Desde su granja hasta Alaska, Carter deja un legado ambiental
Es uno de los dirigentes estadounidenses de reputación ambientalista más sólida, una fama ganada mucho antes que el cambio climático ocupara los primeros planos de la agenda mundial.
La granja solar del expresidente estadounidense Jimmy Carter produce suficiente energía como para abastecer a entre el 40 y el 50% de su ciudad natal de Plains, en Georgia. Foto: AFP.
Miles de paneles solares están ubicados en una parcela de tierra que pertenece a Jimmy Carter y que ahora produce energía verde en lugar de cultivos comerciales de la región, como maní, algodón y maíz.
Los paneles brillan bajo el sol inusualmente cálido de febrero en Plains, Georgia, uno de los muchos proyectos ambientales del ícono local y expresidente Carter.
«Quería inspirar a la gente, quería mostrar a otros propietarios que podían generar energía solar en sus tierras, quería proporcionar energía local limpia a la gente»; dijo a la AFP Jill Stuckey, amiga de la familia Carter desde hace largo tiempo.
En 2017, el expresidente y su esposa, Rosalynn, cortaron la cinta de la primera granja solar en Plains, parte de un largo legado de esfuerzos de conservación y energía.
A sus 98 años, Carter está ahora bajo cuidados paliativos en su modesta casa en la pequeña aldea donde nació y se crió; y a la que regresó después que abandonó la presidencia en 1981.
Carter es uno de los dirigentes estadounidenses de reputación ambientalista más sólida; una fama que se ganó mucho antes que el cambio climático ocupara los primeros planos de la agenda a nivel mundial.
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Alaska protegida
Cuando ocupó la Casa Blanca, entre 1977 y 1981, decidió que millones de hectáreas de Alaska fueran declaradas tierras federales protegidas; promulgó la ley del programa Superfund para limpiar sitios de derrames y desechos peligrosos; y creó el Departamento de Energía, en parte para desarrollar nuevas tecnologías energéticas.
En 1973, los precios del petróleo se dispararon como resultado del embargo petrolero de la OPEP contra Estados Unidos; y la inflación y la estanflación (inflación y estancamiento económico) marcaron los años siguientes.
El crudo volvió a aumentar significativamente en 1979, después de la revolución iraní, una época recordada en Estados Unidos por las largas colas ante las estaciones de servicio.
La crisis del petróleo castigó a los consumidores, hundió los índices de aprobación de Carter y sin duda frustró su candidatura a un segundo mandato.
Totalmente consciente del papel que el contexto exterior estaba jugando en los mercados de su país; Carter alentó desde el principio a los estadounidenses a asumir la responsabilidad personal de su consumo.
Durante su primera «charla junto a la chimenea» como presidente, en febrero de 1977; Carter, vestido con un suéter, llamó a sus conciudadanos a que redujeran el uso de la calefacción para ahorrar energía.
Más tarde, hizo instalar varias decenas de paneles solares en el techo de la Casa Blanca, una iniciativa muy adelantada a su tiempo. Su sucesor, Ronald Reagan, los retiró.