El llamado síndrome de La Habana muestra ‘modus operandi’ de EEUU
The Washington Post informó que cinco agencias de inteligencia descartaron que las dolencias de diplomáticos estadounidenses se debieran a ataques acústicos
El director del Centro de Neurociencias de La Habana, Mitchell Valdés
Imagen: Xinhua
El llamado síndrome de La Habana muestra «modus operandi» de EEUU coincidiendo con lo que admiten las principales agencias de inteligencia del país norteamericano.
Lo afirmó el científico cubano Mitchell Valdés-Sosa en una entrevista reciente con Xinhua.
El diario The Washington Post informó que cinco agencias de inteligencia descartaron que las misteriosas dolencias reportadas por los diplomáticos estadounidenses acreditados en La Habana se debieran a ataques acústicos.
Los supuestos ataques sónicos, conocido como «síndrome de La Habana» se detectaron en primer lugar en la capital cubana.
Desde el año 2016, diplomáticos estadounidenses y familiares destinados en diferentes países reportaron que han padecido síntomas.
Como jaquecas, náuseas, problemas auditivos o migrañas, entre otros.
Estos incidentes sanitarios se convirtieron en una herramienta aprovechada repetidamente por algunos políticos y medios de comunicación estadounidenses.
Para desacreditar a Cuba, politizando cuestiones médicas.
Lea También: Senadores de EEUU presentan proyecto de ley para levantar embargo contra Cuba
Síndrome de La Habana
En 2017, las autoridades estadounidenses suspendieron los servicios consulares y redujeron al mínimo el personal diplomático estadounidense en La Habana.
También expulsaron a los diplomáticos cubanos en el país norteamericano.
Sin embargo, las supuestas pruebas ofrecidas para justificar la acusación «eran muy insuficientes y tenían muchos errores», comentó el director del Centro de Neurociencias de La Habana.
Según un informe publicado en 2021 por la Academia de Ciencias de Cuba, no es lógico calificarlas como un supuesto «síndrome misterioso».
Sumado a ello, ninguna forma de energía conocida puede causar selectivamente daños cerebrales con tanta precisión.
Sin que otras personas se den cuenta o sin causar la rotura de los tímpanos y quemaduras en la piel, entre otras lesiones.
«Los diplomáticos supuestamente atacados en La Habana tenían un grupo de enfermedades preexistentes”.
“A las que se sumaron el estrés y las condiciones ambientales», añadió Valdés-Sosa.
Aseguró que en este caso se dio un sesgo de confirmación, que ocurre en la ciencia cuando hay una hipótesis no demostrada que se acepta como verdad y todos los hallazgos se adaptan a ese supuesto.
Tras una investigación rigurosa, los expertos estadounidenses y cubanos llegaron a la misma conclusión de la inexistencia del ataque inventado de la nada.
Aspecto que el ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, condenó en su cuenta de Twitter el pasado jueves.
«Nada podrá reparar el daño provocado a las familias cubanas por las medidas extremas tomadas sobre la base de falsedades», manifestó.
A este respecto, el politólogo cubano Luis René Fernández comparte la misma idea, revelando el truco frecuentemente usado por Washington.
«Hay un modus operandi del establishment para desde los medios denigrar a los países que adversan a Washington», dijo el profesor de la Universidad de La Habana.
(07/03/2023)