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AI y HRW condenan el desastre ambiental y humanitario que supone la destrucción de la presa de Jersón

AI HRW

Represa electrica en Ucrania, foto referencial.

Las ONG Amnistía Internacional (AI) y Human Rights Watch (HRW) han condenado este martes el desastre ambiental y humanitario que supone la destrucción de la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka, en el río Dniéper, que ha inundado las inmediaciones de la región entre acusaciones cruzadas de Rusia y Ucrania por la autoría del ataque.

«Estamos profundamente preocupados por la seguridad de cientos de personas afectadas por la destrucción de la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka en la región de Jersón, en Ucrania, y por la gran devastación medioambiental que causarán las inundaciones», ha indicado el director de Medioambiente y Derechos Humanos de HRW, Richard Pearshouse, en un comunicado.

En este sentido, ha recordado que la planta, ubicada en el río Dniéper, suministra agua no solo a la península de Crimea, sino también a la central nuclear de Zaporiyia, que utiliza el embalse para la refrigeración de sus instalaciones, las más grandes de Europa.

De hecho, el director general del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, ha alertado que los «graves daños» en la presa han provocado una «reducción significativa» del agua almacenada en el embalse.

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Por todo ello, Pearshouse ha pedido tanto a las autoridades rusas como a las ucranianas que evacuen a todos los civiles de las áreas afectadas por las inundaciones a la par que proporcionen atención médica y humanitaria a todos aquellos que lo necesiten.

Por su parte, la directora regional de Europa del Este y Asia Central de AI, Marie Struthers, ha reclamado a la comunidad internacional que trabajen para llevar a los responsables de este «enorme desastre humanitario» ante la justicia.

«Las normas del Derecho Humanitario protegen específicamente las presas debido a los peligros que su destrucción representa para la población civil», ha dicho, agregando que el ataque contra Kajovka es una «catástrofe que pone en peligro la vida, la seguridad y el bienestar de cientos de miles de personas».

Asimismo, ha asegurado que su destrucción supone un «desastre humano y ambiental» que «privará a la población del suministro de agua potable, incluso en las principales ciudades y en la península de Crimea ocupada por Rusia».

«De manera particularmente preocupante, puede tener efectos catastróficos en la planta nuclear de Zaporiyia, que también está bajo control ruso y que depende del agua de Dniéper para un mantenimiento crítico», ha recordado.

Finalmente, Struthers ha exigido una investigación «independiente» e «imparcial» sobre el suceso. «Reiteramos nuestro llamamiento a para que todos los presuntos responsables de agresión; crímenes de guerra y otros crímenes de Derecho Internacional comparezcan ante la justicia en juicios justos. Y para que las víctimas y los supervivientes reciban una reparación completa», ha zanjado.