Icono del sitio La Razón

La UE y la CELAC buscan relanzar su relación, a pesar de sus divergencias sobre Ucrania

Imagen de la CELAC en 2021. Foto Viceministerio de Comunicación

Imagen de la CELAC en 2021. Foto Viceministerio de Comunicación

Los países de la Unión Europea (UE) y los de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) celebran el lunes y martes una cumbre de dos días en Bruselas en un intento de recomponer un diálogo quebrado.

La última cumbre de esta naturaleza data ya de 2015, y ahora las dos partes corren contra el reloj para recuperar una difícil interlocución.

Después de aquella cita, la UE se sumergió en problemas internos como la gestión de la aguda oleada migratoria de 2015-2016, el Brexit, la pandemia de coronavirus y finalmente la guerra en Ucrania, que generó también una grave crisis energética.

En ese escenario, las relaciones europeas con la región del otro lado del Atlántico quedaron en un compás de espera, y ahora las capitales buscan recuperar el tiempo perdido.

«Durante todos estos años, la región de América Latina y el Caribe buscó mantener los canales de diálogo, pero los europeos simplemente estaban demasiado ocupados», dijo un diplomático latinoamericano que pidió anonimato.

Esa aproximación, sin embargo, no está libre de dificultades.

La UE espera dotar a esa relación de una estructura permanente, pero la CELAC no posee el nivel de institucionalidad de la UE, y por ello la idea aún requerirá muchas horas alrededor de las mesas de negociación.

Incluso el texto de las conclusiones de la cumbre ha sido objeto de desencuentros desde el inicio de las negociaciones.

UE quiere que CELAC comparta sus criterios sobre Ucrania

El más importante de ellos es la sugerencia de los negociadores europeos de hacer mención a la guerra de Ucrania en el documento, una delicada cuestión en la que los dos bloques no exhiben posiciones siempre alineadas.

Una fuente diplomática sudamericana dijo a AFP que los países de la CELAC entienden la «sensibilidad» del tema, pero apuntó que la contraparte europea igualmente debería comprender que los países latinoamericanos y caribeños tienen posiciones diversas.

La UE ha dejado claro que busca reunir el máximo apoyo internacional a la causa de Ucrania. Una fuente del gobierno francés dijo que «el objetivo es que el conjunto de los países de la región apoye a Ucrania».

Sin embargo, los países de la CELAC alegaron sus propias posiciones desencontradas para evitar meterse de cuerpo entero en el tema.

«Esta no es una cumbre sobre Ucrania, sino sobre las relaciones bilaterales entre CELAC y a UE. (…) ¿El tema surgió en las discusiones? Sí, por supuesto. ¿Es el único tema importante? No lo creo», dijo un alto negociador latinoamericano.

Si fuese el caso, añadió la fuente, «no tendría sentido reunir 60 líderes [los 33 de la CELAC y los 27 de la UE] para discutir apenas un único tópico».

Esta falta de consenso hizo que la participación del presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, en la reunión haya sido puesta a un lado.

La ministra de Relaciones Exteriores de México, Alicia Bárcena (quien representará al presidente Andrés Manuel López Obrador), dijo que la cumbre «no será fácil», y mencionó una reciente resolución del Parlamento Europeo sobre Cuba.

Tensiones

La propia organización de la cumbre fue objeto de tensiones. El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, denunció en una declaración en video la «falta de transparencia y la conducta manipuladora» de la UE. «Resta poco tiempo, pero aún no es demasiado tarde para evitar un fracaso», advirtió.

De su lado, la cancillería de Venezuela apoyó las quejas de Rodríguez y añadió que «la decisión de la UE de imponer su propio formato» a la cumbre «amenaza con llevar al fracaso los esfuerzos realizados para su organización».

Los dirigentes presentes deberán discutir temas como la reforma en la composición del sistema financiero internacional, el combate al cambio climático, la seguridad ciudadana y las transiciones energética y digital.

No obstante, el experto Christopher Sabatini, del centro de análisis Chatham House, dijo que se sentirá «sorprendido si hay algo de sustancial más allá de, quizá, algunas declaraciones sobre medio ambiente (…) o de aumentar fondos para iniciativas de desarrollo».

En su visión, el problema central es que «la CELAC no es realmente una organización. Carece de cualquier cuerpo institucional, no tiene estándares o marco normativo para la membresía, y no tiene posiciones comunes sobre nada sustancial».

Esta cumbre era un anhelo que en el seno de la UE fue impulsado principalmente por España, con el apoyo de Portugal.

España asumió el 1 de julio la presidencia semestral rotativa del Consejo de la UE, y desde hace por lo menos un año aspiraba a que esta cumbre se torne uno de los legados de su mandato en el bloque europeo.

Un alto diplomático español dijo que será «una cumbre política, no una cumbre de negociaciones».

También puedes leer: Rusia advierte de los ‘riesgos’ en el mar Negro tras el fin del acuerdo sobre cereales