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Carrera por salvar la Amazonía deja de lado al Cerrado, la crucial sabana brasileña

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Cerca de 25.000 personas están confinadas desde hace diez días y en riesgo de quedarse sin alimentos en pueblos indígenas de la Amazonía colombiana. Foto: AFP

Cuando Carminha Maria Missio y su familia se mudaron hace más de cuarenta años a la sabana brasileña para cultivar soja en una tierra considerada «estéril», muchos los tomaron por locos.  

«Los lugareños decían que lo único que crecían aquí eran lagartijas», afirma esta abuela de 67 años, calificada por Forbes Brasil como una de las mujeres más poderosas del agro de su país.

Desconocido internacionalmente, el Cerrado, ubicado al sureste de la Amazonía, es la sabana con mayor biodiversidad del mundo. Se la conoce como la «cuna de las aguas», porque alberga las nacientes de importantes ríos y acuíferos que bañan América Latina.  

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Sabana brasileña

Algunos científicos consideran este bioma tan importante como la Amazonía para la conservación del planeta.  

Pero sus praderas y sus árboles de ramas retorcidas están desapareciendo a gran velocidad, con una destrucción récord en septiembre, frente al avance de los campos de algodón y soja, principalmente.  

Como Missio, una legión de pioneros procedentes de otras partes de Brasil apostaron todo al mudarse allí.  

Y fueron recompensados: la región es actualmente un granero mundial, que convirtió a Brasil en el mayor exportador de soja.  

De ahí salió la mitad de las 155 millones de toneladas de estas semillas que el país produjo el año pasado, destinadas a engordar vacas, pollos y cerdos que son consumidos en todo el planeta.

Bioma ‘sacrificado’

La mitad del Cerrado está actualmente ocupada por cultivos.  

En lugares como Sao Desiderio, municipio de Bahia (noreste), que este año lidera los índices nacionales de deforestación, el paisaje tras la cosecha se parece a una alfombra infinita, con áreas verdes de vegetación remanente rodeadas de vastos campos marrones.  

Para cultivar este suelo arenoso, pobre en nutrientes, los productores invierten pesado en sistemas de riego, fertilizantes y pesticidas, financiados por gigantes globales de las materias primas como Bunge y Cargill.

Para empezar, despejan el terreno, frecuentemente con el método de «correntao». Una gruesa cadena tirada por dos tractores que rasura toda la vegetación a su paso.  

También utilizan fuego. Este año, los incendios han consumido en el Cerrado un área equivalente a la superficie de Suiza, según el grupo de investigación MapBiomas.  

Riesgos

Los expertos advierten que el riego y la degradación del suelo están secando la región. Un estudio reciente estimó que el caudal de los ríos decayó 15% respecto a su promedio histórico, y para 2050 se habrá reducido un 34%.

El Cerrado se convirtió en un «bioma de sacrificio», afirma Leticia Verdi, del grupo ambientalista ISPN.

Mientras el presidente Luiz Inácio Lula da Silva está cumpliendo su promesa de reducir la deforestación en la Amazonía, la destrucción se incrementó un 27% en el Cerrado desde el año pasado. Esto incluye el récord de 659 km2 deforestados en septiembre.  

«Hubo una fuga de la deforestación de la Amazonía hacia el Cerrado», asegura Verdi.

(25/10/2023)