Icono del sitio La Razón

Brujas y diablos en la noche de Los Agüizotes

Con máscaras tradicionales y tintes modernos posan para foto en el festival.

Con máscaras tradicionales y tintes modernos posan para foto en el festival.

Miles de personas disfrazadas de aterradores personajes de cuentos y leyendas tomaron de noche las calles de Masaya en Nicaragua, en el festival de Los Agüizotes realizado en Masaya.

El festival es famoso por las máscaras elaboradas por artesanos del barrio indígena de Monimbó. Las brujas, duendes y otros espantos deambularon entre gritos y carcajadas la noche del viernes, acompañados por músicos populares o “chicheros”, que amenizan los sustos con tambores, platillos, trompetas, trombones y tubas en el festejo de Los Agüizotes.

El festival es una tradición repetida cada último viernes de octubre en esta ciudad situada 28 km al sur de Managua. “Esto lo hacían nuestros abuelitos y abuelitas para infundir temor en las futuras generaciones para que se portaran bien”, dice a la AFP William Guerrero, con una máscara de diablo rojo artesanal.

Según la tradición, la carreta nagua o embrujada es una carreta fantasmal que recorre los pueblos por las noches con gran estruendo y es conducida por la muerte, vestida con túnica blanca y con su guadaña, espantando.

Los espantos nacieron del mestizaje cultural y las supersticiones de indígenas, españoles y africanos en el periodo colonial. Los artesanos venden las máscaras 10 y 12 dólares.

Los infantes también participan en el barrio indígena de Monimbo en Masaya,

Fermina López vende máscaras para Los Agüizotes.

Un hombre maquillado representando la muerte.

Algunos participantes añaden fuego al festvial en Masaya