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Fatah, entre la espada y la pared por la guerra de Israel con Hamás

Banderas del partido Fatah. Foto AFP

Banderas del partido palestino Fatah. Foto AFP

La popularidad de Fatah, el mayor partido palestino, cae en picado desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza, de donde fue expulsado por el movimiento islamista en 2007.

Fatah apostó por la vía de las negociaciones, pero estas no desembocaron en el Estado palestino prometido por los Acuerdos de Oslo en 1993. 

Hamás, en cambio, decidió centrarse en la lucha armada y se jacta ahora de haber colocado la causa palestina en el centro de los debates.

El dirigente de Fatah, Mahmud Abás, preside la Autoridad Nacional Palestina desde su creación en 1994. Con sede en Ramala, administra parcialmente Cisjordania, ocupada por Israel desde 1967.

Pero la Autoridad está más débil que nunca y sus divisiones internas se han intensificado desde el inicio de la guerra el 7 de octubre.

Los combatientes de Hamás y otros grupos armados palestinos se infiltraron ese día en el sur de Israel y mataron a cerca de 1.200 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a unas 240, según las autoridades israelíes. 

Israel bombardea desde entonces la Franja de Gaza y ha emprendido una invasión terrestre con el objetivo de «aniquilar» al grupo islamista, en el poder en ese territorio palestino desde 2007. 

Bajas civiles

Hamás afirma que más de 17.000 personas, también civiles en su mayoría, murieron en el estrecho enclave desde el inicio de la ofensiva israelí.

En Cisjordania, el ejército israelí multiplica sus operaciones contra localidades palestinas y la colonización gana terreno incesantemente.  

En ese contexto, la nueva generación del partido tiene pocas esperanzas de alcanzar un acuerdo con Israel.

Algunas voces defienden el regreso de la lucha armada a través de las brigadas de los Mártires de al Aqsa, el brazo militar del movimiento.

«Con Oslo tuvimos una dosis de anestésico», afirmó un alto dirigente bajo condición de anonimato. 

«Los líderes que podrían tener alguna influencia tienen demasiados intereses personales vinculados a la Autoridad Palestina, por lo que no pueden correr el riesgo de oponerse» a Abás y su estrategia de lucha pacífica contra la ocupación, añadió.

Fatah «Incapaz» de reaccionar

El dirigente, de 88 años, es altamente impopular en Cisjordania, donde Hamás ha ganado en popularidad.

El 17 de octubre, la policía palestina disparó granadas lacrimógenas contra manifestantes que gritaban «¡Fuera!» y «¡el pueblo quiere que se vaya el presidente!».

Para el investigador Xavier Guignard, «los manifestantes asimilan cada vez más a la Autoridad Palestina con la política de Israel, ya sea por su inacción, como por su cooperación en materia de seguridad». 

En las protestas, denuncian «el hecho de que Mahmud Abás fue incapaz de reaccionar a lo que ocurre en Gaza», analiza para AFP.

El presidente palestino, cuyo mandato expiró en 2009,  busca no poner a la comunidad internacional en su contra, ya que cuenta con ella para alcanzar un acuerdo con el Estado hebreo. 

Otro dirigente del partido afirmó, también bajo condición de anonimato, que «la dirección se cuida de no mostrar ninguna señal de apoyo a Hamás por lo que hizo» el 7 de octubre. 

La carta que puede jugar Barghuti

El brazo armado de Fatah, las brigadas de los Mártires de Al-Aqsa, perdieron terreno en 2004, tras la muerte del histórico dirigente Yaser Arafat y la llegada al poder de Abás.

La mayor parte de sus combatientes murieron en combate o fueron detenidos por Israel, muchos de por vida.

Marwan Barghuti –presentado por Israel como el líder de las brigadas– fue detenido en 2002 y es, desde entonces, uno de los presos palestinos más conocido.

Su liberación suele mencionarse cuando se negocian intercambios entre presos palestinos y rehenes israelíes. 

«Es el único que puede unir a Fatah, es aceptado por Hamás y es popular»; afirmó un antiguo miembro de las fuerzas de seguridad del partido palestino, que prefiere no dar su nombre.

En los círculos diplomáticos, Barghuti es visto como el único hombre capaz de reconciliar a los palestinos y reactivar a la Autoridad Palestina.

Cinco combatientes del partido oficialista palestino murieron en una operación militar israelí en Naplusa el 18 de noviembre. Formaban parte de los jóvenes que retomaron las armas dentro del movimiento. 

Todos nacieron durante la segunda Intifada (levantamiento palestino) y ya no creen en la diplomacia.

«Estos combatientes, incluidos algunos de Fatah, se están organizando lejos de su dirección política»; declaró a AFP Tawfiq al Tirawi, exjefe de inteligencia de la Autoridad Palestina. 

Al Tirawi mencionó una «especie de rebelión» dentro del movimiento, como ocurrió en otros grupos palestinos.

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