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La ONU alerta de ‘espiral de violencia peligrosa’ en Yemen

Las fuerzas de seguridad hutíes montan guardia durante una protesta contra Israel y EEUU en Saná el 26 de enero.

El enviado especial de la ONU para Yemen, Hans Grundberg, instó este miércoles en el Consejo de Seguridad a poner fin a la «escalada de violencia peligrosa» en ese país asolado por casi 10 años de guerra, especialmente a raíz de los recientes ataques de los rebeldes hutíes en el mar Rojo.

Los rebeldes hutíes, que dicen actuar en solidaridad con los palestinos de la Franja de Gaza en el marco del conflicto armado con Israel, han atacado a decenas de buques. Todos transitaban por el mar Rojo y el golfo de Adén, un lugar estratégico para el comercio mundial.

En respuesta, Estados Unidos y Reino Unido han bombardeado en Yemen blancos de esta milicia que controla una parte del territorio yemení.

En estas circunstancias, y pese a los pasos dados en diciembre hacia un nuevo alto el fuego entre los rebeldes hutíes y el gobierno yemení, «el camino hacia la paz se encuentra jalonado de obstáculos», lamentó Grundberg al informar al Consejo de Seguridad sobre la situación del país más pobre de la península arábiga.

«Hay que encontrar una salida a esta espiral de violencia peligrosa», dijo.

Yemen

Para ello, se necesita una «desescalada regional» y que las partes en conflicto yemeníes «cesen las provocaciones públicas; y se abstengan de todo oportunismo militar en el país».

Aunque aseguró haber recibido «las garantías de todas las partes de que prefieren el camino de la paz»; hay señales preocupantes en varias líneas de frente y un aumento de las «amenazas públicas de reanudar los combates», alertó.

Desde 2014, Yemen es escenario de una guerra civil que opone al gobierno, apoyado desde 2015 por una coalición militar liderada por Arabia Saudita, y a los rebeldes hutíes, cercanos a Irán que controlan partes del país, así como la capital Saná, y que ha causado centenares de miles de muertos y provocado una de las peores crisis humanitarias del mundo.

Según la ONU, la «tasa de desnutrición está entre las más altas registradas»; y «17,6 millones de personas se enfrentan a una inseguridad alimentaria aguda en 2024».