Perspectivas de una tregua en Gaza entre Hamás e Israel se desvanecen
La guerra estalló el 7 de octubre después de que Hamás atacara el sur de Israel. En respuesta, la ofensiva aérea y terrestre de Israel ya ha dejado 28.985 muertos.
Niños palestinos van a la escuela en una ciudad destruida por los bombardeos israelíes.
Imagen: AFP
Las perspectivas de una tregua entre Israel y Hamás en Gaza se desvanecieron este domingo tras la amenaza de Estados Unidos de bloquear una nueva resolución en la ONU y el pesimismo de un mediador sobre las posibilidades de un cese el fuego.
Los esfuerzos para poner fin a los combates que arrasan el estrecho territorio coinciden con la determinación del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de entrar en Rafah.
Cerca de 1,4 millones de palestinos malviven en esta localidad fronteriza con Egipto, la mayoría desplazados de otras partes del pequeño enclave.
La implacable campaña israelí para «aniquilar» al movimiento islamista palestino se acerca cada vez más a esta ciudad, el último núcleo urbano en el que aún no han incursionado las tropas del Estado hebreo.
La guerra estalló el 7 de octubre después de que Hamás atacara el sur de Israel, dejando a 1.160 muertos, en su mayoría civiles, según un balance establecido por la AFP en base a datos oficiales israelíes.
Los comandos islamistas también capturaron ese día a 250 personas, de las cuales 130 siguen retenidas en Gaza, incluyendo 30 que habrían muerto, según cifras israelíes.
OPERACIÓN MILITAR DESPROPORCIONADA
En respuesta, la ofensiva aérea y terrestre de Israel ya ha dejado 28.985 muertos, en su mayoría mujeres y menores, según el Ministerio de Salud de Gaza.
No entrar en Rafah, insistió Netanyahu el sábado, equivaldría a «perder la guerra» contra Hamás, que gobierna el enclave desde 2007 y es considerado como organización «terrorista» por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea.
Pese a los llamados internacionales a evitar un asalto contra la ciudad, Netanyahu insistió en que la operación avanzará con o sin un acuerdo con Hamás para la liberación de rehenes.
Las últimas negociaciones, sin embargo, no han sido «muy prometedoras», admitió el sábado Catar, un mediador clave del conflicto junto a Estados Unidos y Egipto.
‘NO ES UNA GUERRA, ES UN GENOCIDIO’
El primer ministro catarí, Mohamed bin Abdulrahman Al Thani detalló que los esfuerzos por una tregua se complicaron por la insistencia de «muchos países» de que una nueva tregua incluya nuevas liberaciones de rehenes.
Hamás amenazó además con suspender su participación en el diálogo a menos de que se envíe ayuda al norte de Gaza, donde oenegés advierten de una hambruna inminente.
El Consejo de Seguridad de la ONU podría votar la próxima semana un llamado a un «alto el fuego humanitario» en Gaza, aunque Estados Unidos adelantó que probablemente bloqueará la iniciativa.
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«En caso de que se someta a votación tal y como está redactado, no será aprobado», advirtió la embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield.
El proyecto, presentado por Argelia, busca un alto el fuego inmediato. Estados Unidos, en cambio, apoya un acuerdo de tregua para liberar a los rehenes que detenga los combates durante seis semanas.
Argelia inició los debates sobre esta nueva resolución después de que la Corte Internacional de Justicia dictaminara a finales de enero que Israel debía impedir cualquier acto de «genocidio» en Gaza.
Para el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, el Estado hebreo no hace lo suficiente.
«Lo que está ocurriendo en la Franja de Gaza no es una guerra, es un genocidio», declaró en Adís Abeba, en Etiopía, comparando sus acciones con la campaña de Adolf Hitler para exterminar a los judíos.
El Ministerio de Salud de Hamás informó el domingo que 127 personas habían muerto en las últimas 24 horas en Gaza.
‘LO MARTIRIZARON EN LA ZONA SEGURA’
En una morgue en Rafah, un grupo de personas se despedía de su ser querido. «Es mi primo, lo martirizaron en al Mawasi, en la ‘zona segura'», declaró Ahmad Muhammad Aburizq.
Egipto, fronterizo con Gaza, teme que una ofensiva contra Rafah desencadene un éxodo de palestinos a su territorio.
En una llamada telefónica, el presidente egipcio Abdel Fattah al Sisi y su par francés Emmanuel Macron coincidieron en que obligar a los gazatíes a cruzar hacia Egipto constituiría «una violación del derecho internacional humanitario» y aumentaría los riesgos «de escalada regional».
La guerra ha suscitado temores de una expansión del conflicto. El ejército israelí informó el domingo que bombardeó «infraestructuras terroristas» del movimiento islamista Hezbolá, respaldado por Irán, en el sur de Líbano.
El conflicto avivó también la violencia en Cisjordania, un territorio palestino ocupado por Israel desde 1967.
El jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, afirmó que la situación en esa zona suponía un escollo para la paz.
«Cisjordania es el verdadero obstáculo para la solución de dos Estados», declaró en la Conferencia de Seguridad de Múnich, insistiendo en que la UE debe «apoyar la iniciativa árabe» de crear un Estado palestino, tanto en Cisjordania como en Gaza.
OCUPACIÓN DE HOSPITAL
El ejército israelí informó el domingo que sus tropas siguen operando «en el hospital Nasser» de Jan Yunis, la ciudad del sur de Gaza donde el cuerpo armado concentra sus operaciones.
Las tropas israelíes ingresaron el jueves al hospital tras recibir «información creíble» de que rehenes habían sido retenidos en el recinto.
La incursión dejó al centro médico «fuera de servicio» a pesar de la presencia de 200 pacientes, denunció el jefe de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en la red social X.
Seis pacientes, entre ellos un niño, murieron en el hospital debido a los cortes de electricidad, según Hamás.
El grupo islamista indicó que «70 miembros del personal médico» habían sido arrestados y reportó que también se detuvo a «decenas de pacientes mientras estaban en las camas del hospital» y que fueron llevados a «un destino desconocido».