Los mandatarios de la UE retomaron este jueves en Bruselas las negociaciones sobre la ayuda militar a Ucrania, un asunto constante en la agenda del bloque desde el inicio de la invasión rusa. y sobre la necesidad de reponer sus propios arsenales.
Tras más de dos años de contienda, las tropas ucranianas encuentran crecientes dificultades para contener a las de Moscú, que reivindican avances en algunos puntos del frente.
«Tenemos que continuar y acelerar nuestro apoyo a Ucrania. La necesidad actual está en las municiones» dijo al llegar a la reunión el primer ministro de Bélgica, Alexander de Croo, cuyo país ejerce la presidencia semestral de la UE.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, reforzó mediante videoconferencia el pedido de más municiones y afirmó que se trata de un «asunto vital» para su país.
La agenda de los 27 países de la UE europeos tiene dos aspectos paralelos que exigen enormes cantidades de dinero: cómo financiar más armas para Ucrania y reforzar la industria europea de defensa.
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Fondos rusos congelados
Para financiar armas, uno de los planes contempla utilizar los rendimientos de los fondos rusos congelados en la UE por fuerza de las sanciones adoptadas en 2022, cuando arrancó la invasión.
Los funcionarios europeos estiman que en la Unión Europea existe el equivalente de unos 230.000 millones de dólares retenidos de activos rusos, que generan en dividendos más de 2.000 millones de dólares anuales.
Por ello, los dirigentes tienen sobre la mesa una propuesta para destinar el 90% de los beneficios generados por esos activos al Fondo Europeo de Apoyo a la Paz, que financia la compra de armas a Ucrania.
El 10% restante iría a un fondo de la UE para «fortalecer las capacidades de la industria de defensa de Ucrania».
«Entendemos que es una cuestión en la que es preciso resolver los problemas jurídicos. Y es lo que estamos analizando, si están resueltos», dijo el primer ministro portugués, António Costa, al llegar a la reunión.
Rusia ya ha advertido que caso la UE adopte ese paso, ello daría lugar a disputas judiciales «durante décadas».
Ucrania
Simultáneamente, los dirigentes de la UE deben armar un enorme plan de inversiones en la industria europea de Defensa, para proporcionar armas a Ucrania y reponer los arsenales de los países del bloque.
La UE se había comprometido el año pasado a entregar a Ucrania un millón de obuses hasta marzo de este año, promesa que no pudo cumplir y ahora busca un plan para alcanzar esa meta al fin de 2024.
Francia, Estonia y Polonia propusieron usar préstamos conjuntos similares al enorme paquete de apoyo que presentó la UE durante la pandemia de Covid, para financiar ahora el gasto en defensa mediante la emisión de bonos.
Pero un grupo de países más austeros (llamados ‘frugales’ en Bruselas), encabezados por Alemania, no están dispuestos a llegar a ese punto.
Gaza, la otra preocupación
Otro punto apremiante de la cumbre es la situación en la Franja de Gaza. Tópico donde cada vez se tornan más evidentes las diferencias de enfoque entre los países del bloque.
Los países de la UE pidieron una «pausa humanitaria inmediata» en Gaza. Se encuentra al borde de la hambruna debido a la guerra entre Israel y el movimiento islamista Hamás, en el poder el ese territorio palestino.
Un diplomático europeo dijo que en Gaza hay una «catástrofe humanitaria»; y que ante esa situación la UE tiene que adoptar una posición clara y definida.
España e Irlanda llegaron a proponer que la UE suspendiera su acuerdo de asociación con Israel, aunque la moción tiene mínimas chances de prosperar.
Los diplomáticos europeos también instaron a Israel a abstenerse de lanzar una ofensiva en Rafah, en el extremo sur de la Franja de Gaza. Lugar en el que se hacinan 1,5 millones de palestinos, en su mayoría desplazados por la guerra.
Los mandatarios europeos acordaron por otra parte iniciar negociaciones para la adhesión de Bosnia al bloque.