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Desmantelar la UNRWA aceleraría riesgo de hambruna en Gaza, advierte su jefe en ONU

Los palestinos reaccionan mientras se reúnen para recoger alimentos de ayuda en Beit Lahia, en el norte de la Franja de Gaza, el 26 de febrero de 2024. AFP

El desmantelamiento de la criticada Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) haría correr el riesgo de acelerar la hambruna en Gaza y condenaría a una generación de niños «a la desesperación», advirtió el miércoles su jefe, Philippe Lazzarini.

«El desmantelamiento de la UNRWA tendrá repercusiones duraderas», dijo Lazzarini ante el Consejo de Seguridad de la ONU. «A corto plazo, empeorará la crisis humanitaria en Gaza y acelerará la aparición de la hambruna», subrayó.

La agencia, para la que trabajan más de 30.000 personas en la región (en los territorios palestinos de Gaza y Cisjordania, así como en Líbano, Jordania y Siria), sufre acusaciones por Israel de tener como empleados a «más de 400 terroristas» en la Franja de Gaza.

Además, a 12 de sus empleados los acusaron de haber estado directamente implicados en el ataque sin precedentes perpetrado el 7 de octubre por el grupo islamista Hamás en suelo israelí.

La ONU despidió inmediatamente a los empleados acusados e inició una investigación interna.

Tras las acusaciones israelíes, una quincena de países, entre ellos Estados Unidos, principal donante, anunciaron la suspensión de su financiación a la UNRWA.

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Hambruna en Gaza

El ataque de Hamás dejó 1.160 muertos, en su mayoría civiles, según un informe de la AFP a partir de datos oficiales. En respuesta, Israel lanzó su ofensiva en Gaza.

Según Philippe Lazzarini, la agencia, creada por la Asamblea General de la ONU en 1949, «es la columna vertebral de las operaciones humanitarias» en Gaza; denunció que existe una campaña «insidiosa» para poner fin a sus operaciones.

La hambruna ya amenaza el norte de la Franja de Gaza. Cerca de 34.000 personas, la mayoría civiles, han muerto desde el inicio de la ofensiva israelí, según el Ministerio de Salud del enclave gobernado por Hamás. 

«A largo plazo, esto amenazaría la transición desde un alto el fuego hacia el ‘día después’; al privar a una población traumatizada de servicios esenciales», insistió el jefe de la agencia, que gestiona escuelas y hospitales en Gaza.

«Convertiría en casi imposible la inmensa tarea de hacer regresar a la escuela a casi medio millón de niñas y niños profundamente afectados» por el conflicto, añadió.