Pese al triunfo socialista, Puigdemont ve opciones de gobernar en Cataluña
El Partido Socialista del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, consiguió 42 de los 135 escaños del Parlamento regional
Carles Puigdemont aplaude mientras reacciona a los resultados de las elecciones catalanas
Imagen: AFP
El triunfo de los socialistas en las elecciones regionales en Cataluña no despejó la gobernabilidad en esta región española escenario de una tentativa de secesión en 2017, donde Carles Puigdemont no renuncia a intentar formar un improbable gobierno independentista en minoría.
Un día después de los comicios, la incertidumbre se abría paso en esta región de ocho millones de habitantes, y uno de los motores económicos del país, tras unos resultados que dejan varios escenarios abiertos, incluido el de una eventual repetición electoral.
El Partido Socialista del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, consiguió 42 de los 135 escaños de un Parlamento regional en el que el secesionismo perdió su mayoría absoluta.
Pero, a pesar de su aumento de votos (9 diputados más que en 2021), su líder en Cataluña, Salvador Illa, tendrá que tejer alianzas para tratar de formar gobierno. Y el horizonte no se presenta sencillo.
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Cataluña
Después de llevar a su partido, Juntos por Cataluña, a la segunda posición con 35 escaños (tres más que en 2021), el separatista Carles Puigdemont mantiene su objetivo de gobernar de nuevo Cataluña, seis años y medio después de liderar la fallida secesión.
«Creemos que hay opciones de poder ir a la investidura y, por tanto, [quiero] anunciar mi intención de presentar mi candidatura a la presidencia», anunció el lunes en una conferencia de prensa en Argelès-sur-Mer, en el sur de Francia.
Huido de España para eludir a la justicia desde 2017, Puigdemont estableció allí una campaña que concibió como el último paso antes de su ansiado regreso a Cataluña, en cuanto el Parlamento español apruebe en las próximas semanas la polémica ley de amnistía para los separatistas que Sánchez pactó con los partidos catalanes a cambio del apoyo a su nuevo mandato en noviembre.
«Podemos agrupar una mayoría coherente, no absoluta, pero sí una mayoría coherente, más amplia que la que puede sumar el candidato del Partido Socialista», aseguró.
Sin mayoría independentista
Este eventual ejecutivo de «coherencia soberanista» podría sumar, según sus cálculos, hasta 59 diputados. Para lograrlo debería rehacer los puentes -ahora «débiles», según reconoció- entre las fuerzas separatistas que dominaron durante esta década que alcanzó su clímax en el convulso otoño de 2017.
Dichas fuerzas, Junts, Izquierda Republicana de Cataluña (ERC) -el partido del actual presidente regional, Pere Aragonès- y la CUP, una formación de izquierda radical independentista, alcanzaron 74 escaños en las anteriores elecciones.
Ni siquiera agregando los dos diputados que logró Alianza Catalana -una nueva formación separatista de extrema derecha. Con la que el resto de partidos aseguró que no pactaría-, el independentismo lograría acercarse a la mayoría absoluta de 68 escaños.
Gran parte del desplome lo sufrió ERC, que pasó de 33 a 20 diputados.
Presidente de un gobierno regional que apenas duró tres años, Aragonès anunció este lunes su marcha de la primera línea política. Tras los malos resultados electorales. Y aseguró que su formación pasará a la «oposición», que «es donde [los] ha situado la ciudadanía».
Contra el bloqueo
Los movimientos de ERC serán, sin embargo, muy observados en los próximos días. Sus 20 diputados no solo han sido cortejados por Junts, sino que serían igualmente socios predilectos para los socialistas, que ya les pidieron. Al menos, su abstención para lograr una investidura.
Los candidatos a la presidencia deben obtener el apoyo de la mayoría absoluta de la cámara regional en primera vuelta.
«Se ha de pasar página de una etapa, el independentismo a día de hoy no suma», aseguró este lunes la portavoz del PSC, Nuria Parlón. Que abrió la puerta a explorar diferentes opciones, «con pactos con las fuerzas progresistas. O con la fórmula de un gobierno en minoría con apoyos puntuales».
La alianza, a priori, más sencilla de los socialistas sería con la izquierda radical, que ya forma parte del gobierno central en Madrid, pero juntos solo suman 48 diputados, lejos todavía de la mayoría absoluta.
Según los socialistas, lo que está totalmente descartado es apoyar o abstenerse ante una eventual investidura de Puigdemont. Aunque su partido, Junts, haya suscrito algunos acuerdos con Sánchez a cambio del apoyo crucial de sus siete diputados en el Parlamento español.
«Nosotros no apoyaremos una investidura de Puigdemont», aseguró Parlón, «aunque nos amenace con bloquear la gobernabilidad en España».
(13/05/2024)