Lula: Es ‘inaceptable’ que América Latina y África no tengan puesto en Consejo de Seguridad
Pidió una "amplia revisión de la Carta" de la ONU, el corazón del derecho internacional, que incluye la reforma de instituciones para hacerlas más efectivas
Luiz Inácio Lula da Silva habla durante la Asamblea General de las Naciones Unidas
Imagen: AFP
Es «inaceptable» que América Latina y África no tengan un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, denunció este martes el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ante la Asamblea General de la ONU.
«La exclusión de América Latina y África de puestos permanentes en el Consejo de Seguridad es un eco inaceptable de las prácticas de dominación del pasado colonial», denunció Lula que recordó que «estamos llegando al final del primer cuarto del siglo XXI con las Naciones Unidas cada vez más vaciadas y paralizadas».
Es hora de «restituir a la organización las prerrogativas inherentes a su condición de foro universal» y dotarla con los medios necesarios para «enfrentar los cambios vertiginosos del panorama internacional», dijo.
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Consejo de Seguridad
Pidió una «amplia revisión de la Carta» de la ONU, el corazón del derecho internacional. Que incluye la reforma de instituciones para hacerlas más efectivas en la promoción del desarrollo sostenible y el combate al cambio climático. Así como la revitalización del papel de la Asamblea General y la reforma del Consejo de Seguridad. Para hacerlo más eficaz y representativo de la «realidad contemporánea».
«No tengo ilusiones sobre la complejidad de una reforma como esta, que enfrentará intereses cristalizados en que se mantenga el status quo», dijo. Todo tras antiguos fracasos para que se haga efectiva la reforma de instituciones nacidas hace casi 80 años, al término de la Segunda Guerra Mundial
Lula dio la bienvenida al inicio de su discurso a la delegación palestina, en medio de los aplausos.
Asimismo, arremetió contra la desigualdad de género y contra los acuerdos climáticos «no cumplidos».
El mundo está cansado de «metas de reducción de emisiones de carbono ignoradas y del auxilio financiero a los países pobres que no llega». Eso afirmó antes de advertir de los riesgos del negacionismo, que «impera ante las evidencias del calentamiento global».