El jefe de gobierno transitorio promete ‘estabilidad y calma’ en Siria
El nuevo primer ministro dirigía hasta ahora el gobierno del bastión rebelde de Idlib, en el noroeste de Siria
Mohammad al-Bashir presidiendo una reunión del nuevo gabinete en Damasco
Imagen: AFP
El jefe del gobierno transitorio sirio, nombrado este martes, prometió «estabilidad y calma» en el país, después de que una fulgurante ofensiva rebelde derrocara al presidente Bashar al Asad, que gobernó Siria con puño de hierro durante 24 años.
La alianza rebelde dirigida por el grupo islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS) nombró a Mohamad al Bashir como jefe del gobierno transitorio hasta el 1 de marzo. Su elección se produce dos días después de que la coalición tomara Damasco, la capital.
«Ahora es el momento de que este pueblo disfrute de estabilidad y calma», afirmó Al Bashir durante una entrevista con la cadena de televisión qatarí Al Jazeera.
El nuevo primer ministro dirigía hasta ahora el gobierno del bastión rebelde de Idlib, en el noroeste de Siria. La ofensiva que derrocó al presidente sirio salió el 27 de noviembre de esta provincia.
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Gobierno transitorio
El viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Ryabkov, confirmó el martes que Bashar al Asad, quien tomó el poder tras la muerte de su padre Hafez en 2000, se encuentra en Rusia con su familia.
Moscú interviene militarmente en Siria desde 2015 y es, al igual que Irán, un estrecho aliado de Al Asad, quien reprimió las masivas manifestaciones prodemocracia de 2011, lo que desencadenó una cruenta guerra civil que dejó más de 500.000 muertos y millones de desplazados.
Abu Mohamed al Jolani, el líder islamista que dirigió la ofensiva rebelde, se reunió el lunes con el exprimer ministro Mohamed al Jalali para «coordinar el traspaso de poder».
También prometió llevar ante la justicia a «los criminales, asesinos, oficiales de seguridad y del ejército involucrados en la tortura del pueblo sirio».
Su grupo, HTS, tiene sus raíces en la rama siria de Al Qaida y está catalogado por muchos gobiernos occidentales como organización terrorista, aunque ha intentado moderar su imagen.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una oenegé que monitorea el conflicto, calcula que al menos 910 personas, entre ellas 138 civiles, murieron desde el inicio de la ofensiva.
– No habrá «otra» guerra –
La caída de Al Asad abre un periodo de incertidumbre en el país, gobernado por la misma familia desde hace medio siglo.
Siria quedó dividida en múltiples zonas de influencia desde que empezó el conflicto de 2011, con fuerzas beligerantes apoyadas por distintas potencias extranjeras.
«Debemos evitar que se repitan los escenarios horribles ocurridos en Irak, Libia y Afganistán». Así advirtió la jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Kaja Kallas.
Al Jolani, el líder de los rebeldes, aseguró en una entrevista al canal Sky News que no iba a haber otro conflicto. «La gente está agotada por la guerra. Así que el país no está preparado para otra y no acabará en otra», dijo.
Washington, a su vez, pidió al próximo gobierno sirio impedir que el país sea «usado como base para el terrorismo». Eso dijo el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken.
Aunque ya no posee ningún territorio en Siria, el grupo yihadista Estado Islámico (EI) sigue activo en el país.
El OSDH, con sede en Reino Unido pero con una extensa red de fuentes en el terreno, indicó que el EI ejecutó a 54 soldados sirios en la zona desértica del país, mientras huían de la ofensiva rebelde.