García exige un grupo de élite contra el terrorismo
Posición. Destacó labor de la Utarc en caso Rózsa
Ante la amenaza latente de intentos separatistas, la Policía debe formar un equipo de inteligencia capaz de intervenir y desbaratar estas posibles acciones, exigió el presidente interino Álvaro García, en el acto de imposición de grados a generales.
Este nuevo grupo de élite apuntaría a sustituir a la desarticulada Unidad Táctica de Resolución de Crisis (Utarc) que, precisamente, habría infiltrado a su comandante, capitán Wálter Andrade, en la supuesta organización irregular liderada por el abatido Eduardo Rózsa, que luego fue desbaratada.
«Ha sido un excelente desempeño policial el que ha permitido desbaratar a quienes pensaron descuartizar a nuestra amada Bolivia; éste fue uno de los peligros, siempre latente. La Policía cumplió con profesionalismo su trabajo y debe mantener ese profesionalismo», demandó.
Andrade y un equipo de élite ejecutaron, el 16 de abril del 2009 en Santa Cruz, un operativo que desarticuló a la organización de Rózsa y abrió una investigación que vincula con los supuestos hechos separatistas a la cúpula político-empresarial cruceña.
En el acto de imposición de grados y entrega de sables a seis nuevos generales, entre ellos el comandante de la Policía, general Óscar Nina, García exigió a la institución mantenerse alerta ante afanes separatistas a través de un equipo de inteligencia formado por los mejores uniformados.
El nuevo grupo debe estar integrado por «los mejores oficiales, los más comprometidos con la patria y los mejores calificados para mantener una estructura de información y de inteligencia que nos permita desbaratar cualquier nuevo intento de algún traidor a la patria», insistió García.
ÉLITE. La actuación de la Utarc fue cuestionada y puesta en duda por la oposición político-parlamentaria del 2009 e informes forenses externos sobre la muerte de Rózsa y sus cómplices Árpad Magyarosi y Michael Dwyer.
Los informes de peritos contratados por familiares de los abatidos establecían que los milicianos fueron ejecutados y que no murieron en un enfrentamiento, como informó la Policía.
Andrade declaró ante el fiscal que investiga el caso, Marcelo Soza, que respondieron al fuego de Rózsa. Del operativo resultaron aprehendidos y, posteriormente, remitidos a la cárcel de San Pedro Mario Tadic y Elöt Tóásó.
Posterior al acto de imposición de grados desarrollado en la Academia Nacional de Policías, el ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, también reivindicó la necesidad de contar con un equipo de inteligencia para precautelar la seguridad del Estado boliviano.
«Es imprescindible mejorar y modernizar nuestro servicio de Inteligencia. Cualquier Estado tiene que tener un servicio de Inteligencia efectivo y eficiente, que pueda informar a las instancias pertinentes sobre lo que ocurra para preservar la integridad del país», consideró Llorenti.
En varias ocasiones se denunció que la Utarc no respondía de forma directa al Comando de la Policía, sino a otras instancias del Ministerio de Gobierno.
García dijo que Inteligencia no es «ni tortura ni coacción», sino información para transmitir datos al mando superior para actuar en defensa del Estado.