El Gobierno, a través del ministro de Defensa, Rubén Saavedra, otorgó ayer un plazo de 48 horas a la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) para que explique las causas de la activación del cohete de un avión de entrenamiento militar T-33, que estuvo a pocos metros de impactar al nuevo avión presidencial.
El hecho se registró la mañana del martes en la base aérea del Grupo Aéreo de Caza (GAC) de la FAB, ubicada en la ciudad de El Alto. Las autoridades militares no se pronunciaron hasta ayer sobre el incidente que provocó daños materiales en una vivienda de la zona.
Saavedra informó que instruyó que se realice una investigación para establecer las circunstancias de lo sucedido. «Esperamos, en un plazo de 48 horas, tener un informe del resultado final de ese hecho», sostuvo.
El piloto Oswaldo Pericón, que fue parte de la escuadrilla de los T-33 en los años 80, consideró el martes que en este hecho pudo haberse registrado fallas en el sistema de seguridad en tierra. «Los cohetes en tierra tienen que estar asegurados con unos pasadores, que evitan que puedan activarse involuntariamente».
El cohete, tras activarse, pasó a pocos metros del nuevo avión presidencial, un jet Falcon que costó 38,7 millones de dólares, e impactó con una vivienda, sin causar daños humanos. Saavedra aseguró ayer que el avión presidencial no estuvo en riesgo.
«El cohete no tenía explosivos, era con fines de práctica y no ocasionó daños personales», explicó el Ministro de Defensa.
Pagarán los gastos de la refacción
La Fuerza Aérea correrá con los gastos que demande la reparación de los daños provocados en una vivienda, por el cohete, informó el Gobierno.