Los mercados y centros de abasto totalmente cerrados, así como las trancas de tránsito de acceso a la ciudad de Potosí bloqueadas, han dejado a la Villa Imperial paralizada y aislada para exigir el diálogo con el Gobierno.
Una reunión entre el Comité Cívico, la Central Obrera Departamental y el comité de movilizaciones —en la que participó por unos minutos el gobernador potosino Félix Gonzales— determinó iniciar el paro indefinido para exigir la atención de sus demandas.
Una tregua de sólo 12 horas, luego de un paro de 48 horas, permitió a la población abastecerse de productos básicos, necesarios para encarar los días de huelga, contó a La Razón el periodista Omar Valasco de radio Kollasuyo.
Tras ese plazo volvieron las medidas de presión para que se solucione el tema limítrofe y el uso de los recursos naturales de Coroma a favor de Potosí; la construcción el aeropuerto internacional, el funcionamiento de la planta de Karachipampa y la conservación del Cerro Rico de Potosí.
La Terminal de Buses cerró sus puertas y los viajes a Potosí, al menos desde La Paz y Sucre, fueron suspendidos; así como el paso fronterizo de Villazón hacia Argentina.
Solidaridad. El periodista Velasco informó de que al menos mil pobladores de la localidad de Coroma «están viviendo prácticamente de la limosna pública, ellos están hace más de tres días y en las últimas horas llegaron muestras de solidaridad para ofrecer harina, azúcar, pan, coca y hasta medicamentos».
Coroma es un territorio potosino que colinda con Oruro, donde está en disputa el cerro Pahua, rico en yacimientos de minerales y cal, por lo que sus habitantes demandan la construcción de una fábrica de cemento.
Su presencia habría motivado a los potosinos a radicalizar sus demandas y fortalecer el movimiento.