Icono del sitio La Razón

Perfilan como parte de la agenda tema narcotráfico

El narcotráfico es uno de los temas de la agenda entre Bolivia y Brasil, por lo que ambos países deben encaminar una mayor coordinación para hacer frente a este flagelo, coincidieron en plantear una diputada y una analista.

«Si bien Bolivia tiene la responsabilidad de disminuir la producción de coca, Brasil tiene la responsabilidad de controlar sus fronteras y la actividad del narcotráfico dentro de su país», afirmó la presidenta de la Comisión de Política Internacional de Diputados, Éricka Claure (CN).

El candidato a la presidencia de Brasil, José Serra, afirmó en agosto que el Gobierno boliviano «es flojo en materia de control de la cocaína», mientras que en mayo denunció que el 80 por ciento de la droga provenía de Bolivia e, incluso, sugirió que el Gobierno boliviano era cómplice.

Las administraciones de Evo Morales y de Luiz Inácio Lula Da Silva, rechazaron las denuncias. Para la experta  en integración latinoamericana, Karen Longarik, la temática del narcotráfico es preocupante y tema central en la agenda bilateral.

«Según estudios que se han realizado, parece que el 60 por ciento del tráfico de drogas que  sale de Bolivia está yendo al Brasil, y eso exige indudablemente políticas de una lucha frontal contra el narcotráfico», afirmó.

Fuentes de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) revelaron que las organizaciones delictivas brasileñas,  Primer Comando Capital (PCC) y Vhermelo, tienen nexos y operaciones en Bolivia.  

Longarik sostiene que Serra, en la eventualidad de que llegue a la presidencia de Brasil, encaminará un mayor control fronterizo.

«El candidato opositor a Lula, hablamos de Serra, se ha referido duramente al problema del narcotráfico proveniente de Bolivia, y en caso de que él asuma el gobierno de Brasil, seguramente, va a aplicar políticas muy duras de control transfronterizo», perfiló.

En el mes de marzo, los gobierno de los presidentes Morales y  Da Silva ratificaron un acuerdo para dar continuidad a los operativos de lucha contra el narcotráfico en las zonas de frontera.

Bolivia y el vecino país comparten una zona limítrofe de 3.423 kilómetros. Un informe de la Organización de Naciones Unidas estableció que el 2008, la capacidad de producción de coca llegó a 54.000 toneladas, que representaron un potencial de producción de 104 toneladas de cocaína.

El informe del 2010, reportó que el 2009 se registró una capacidad de producción de 54.600 toneladas de coca. Claure insistió en la importancia de trabajar de forma conjunta para combatir este flagelo.

Datos

Tráfico de droga
El tráfico ilícito de cocaína en Bolivia movería alrededor de 500 millones de dólares, de los 72 mil millones que genera en el mundo, informó el pasado 25 de junio el responsable de la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (ONUDD), Sergio Guedes.

Crecimiento
El 2006 respecto al 2005, hubo un crecimiento de hectáreas de cultivo de coca del 8 por ciento, mientras que el 2007 fue del 5 por ciento, el 2008 del 6 por ciento y el 2009 del 1 por ciento. Esta información está contenida en el informe de Naciones Unidas.

Mercado

El 27 de julio, el encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en Bolivia, John Creamer, dijo que Brasil es el principal mercado para la cocaína que se exporta desde Bolivia. «El gran mercado para la cocaína boliviana es Brasil», dijo.


Las represas entrarán en el debate

La experta en temas internacionales, Karen Longaric, recordó que está pendiente la firma de un acuerdo de conformidad entre Brasil y Bolivia para la construcción brasileña de hidroeléctricas en el río internacional Madera. 

«La construcción de represas hidroeléctricas ha generado un reclamo duro por parte de Bolivia, por las consecuencias negativas que podría traer al medio ambiente, y los reclamos de los lugareños», informó Longaric, quien es autora del libro «Solución de Controversias en la Integración Sudamericana».

La experta explicó que el  Madera es un río internacional por lo que cualquier proyecto que comprenda sus aguas debería ser conversado y negociado en base a un convenio bilateral que suscriban los países que comparten este recurso; Brasil y Bolivia.

Silvia Molina, investigadora del Foro Boliviano sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Fobomade) criticó el accionar del Gobierno boliviano que, en su criterio, «avala» la construcción de hidroeléctricas por parte de Brasil. Advirtió que estas obras causarán daño al medio ambiente, ecología y a los pobladores de la región, además de afectar la soberanía de Bolivia.

«Estas represas  forman parte del proyecto del río Madera ; se están construyendo dos y el Ejecutivo está avalando estas construcciones», cuestionó.

Molina recordó que el 2008 las organizaciones indígenas y campesinas del Norte Amazónico de Bolivia demandaron al gobierno de Brasil ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de los Estados Americanos (OEA), por las obras que iniciaron en esa zona.

El río Madera se origina en la cordillera de los Andes, formado por los ríos Beni y Madre de Dios, para desembocar en el Amazonas. Cualquier proyecto en este río, es de interés bilateral.