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San Miguel: Con Piñera nos va mejor

La Tercera
San Miguel cuenta que durante las ceremonias del Bicentenario, el presidente Sebastián Piñera invitó a Evo Morales a que lo acompañara a la mina San José (donde están atrapados 33 mineros; uno boliviano). Pero como no pudo ir, se comprometió a participar en el rescate. «El nivel de confianza logrado durante el gobierno de Michelle Bachelet se ha mantenido, es más, creo que se ha superado. Los presidentes Morales y Piñera se han reunido en todas las cumbres e incluso han jugado fútbol. Esta cercanía es una muestra de los nuevos tiempos que se viven», afirma.

— ¿Por qué, justo cuando se pasa por esta «luna de miel», Bolivia plantea su demanda por los ríos Lauca y Silala? Lauca no había estado en la agenda tradicional entre ambos países.
— En los últimos cinco años las confianzas entre nuestras Fuerzas Armadas y entre los líderes políticos ha crecido mucho. El presidente Morales ha venido a Chile en varias ocasiones importantes y en Bolivia hemos recibido visitas chilenas que nunca habíamos tenido. Sin embargo, siempre hay temas no resueltos, como la demanda por una salida al mar.
— ¿No enturbia la relación plantear estos temas?
— Estoy convencido de que debemos construir las confianzas necesarias para discutir esto en una mesa de diálogo transparente. Nosotros hablamos de la «diplomacia de los pueblos», lo que significa ir más allá de la diplomacia tradicional basada en intereses económicos específicos y en cálculos políticos. Acá se trata de pueblos vecinos que se necesitan y entre los que hay un gran intercambio comercial y cultural. Si bien Lauca puede no ser una demanda explícita, siempre ha estado presente en nuestra agenda. Recordemos que el año 62 Chile y Bolivia rompieron relaciones por el conflicto por el río Lauca. Hoy estamos en otra época, y debido al buen estado de nuestras relaciones, es el momento de plantear estos temas. Para Bolivia —basándose en múltiples estudios—, el Silala viene de un manantial que brota de las quebradas de Queté. Se ha producido un gran debate respecto a ese río, una posesión chilena y que, para nosotros, no es de curso internacional. Si bien ambos países firmamos un acuerdo para el pago del uso de aguas, quedó pendiente la llamada «deuda histórica», ya que no se definió un pago retroactivo por ese uso. Eso todavía está sujeto a negociación.   
— ¿Qué entiende Bolivia por «deuda histórica»? ¿Cuánto debería pagar Chile?
— En la reunión que nuestros vicecancilleres tuvieron en julio ya se percibió una discrepancia en esto, por eso es que quedó en paréntesis y se verá en la próxima reunión de noviembre. Pese al remezón que se produjo cuando planteamos estas demandas, tengo fe en que avanzaremos y que pronto llegaremos a un acuerdo.