Sus restos se cremarán conforme a su voluntad
Al templo de Las Carmelitas llegaron autoridades de Gobierno y amigos de la familia para dar el último adiós a la periodista, ex Defensora y ex titular del Senado
El templo de Las Carmelitas, ubicado en la zona de Sopocachi de La Paz, no dejó de recibir, hasta anoche, a cientos de personas que llegaron a rendir un homenaje a la periodista, ex defensora del Pueblo y senadora Ana María Romero de Campero, fallecida el lunes.
En cuanto la noticia de la muerte de Anamar se conoció, y una vez que sus restos fueron trasladados desde su hogar hasta esa iglesia, el lugar se llenó de flores, cánticos y visitantes, muchos de los cuales confundidos en un abrazo sollozaban su pérdida o recordaban los buenos momentos que compartieron con ella.
Muy temprano en la mañana, decenas de periodistas se habían apostado en las afueras de su domicilio, en la calle Capitán Ravelo, para obtener alguna versión de su familia sobre lo sucedido. Fue Fernando, el primogénito de los Campero Romero, quien anunció que los restos de su madre serían trasladados al templo donde, en octubre del 2003, Anamar protagonizó una huelga de hambre en contra de la represión militar aplicada por el entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.
Hasta la casa llegó también el obispo de El Alto, monseñor Jesús Juárez, quien declaró que semanas antes la vio y le entregó de regalo una medalla de la Virgen María porque «siempre fue una laica comprometida, y como tal participó en el Sínodo de Laicos en Roma».
Faltando unos 15 minutos para la 10 de la mañana, el féretro de la ex Defensora fue sacado de su casa, escoltado por sus familiares. Una vez instalado en el templo de Las Carmelitas, el hijo mayor anunció que conforme a su voluntad sus restos serían velados en ese recinto, cremados en esta jornada y enterrados el día de mañana en el Cementerio Jardín.
Los ambientes de la iglesia fueron visitados por el presidente en ejercicio Álvaro García Linera, autoridades de Gobierno y asambleístas de la oposición y el oficialismo, quienes lamentaron la pérdida de Romero y destacaron su trayectoria como periodista, activista por los derechos humanos y la igualdad.
«Era una luchadora por la democracia, comprometida con su país, defensora de Bolivia; su deceso es una pérdida para Bolivia, una pérdida para la sociedad. Yo hablé con ella hace dos o tres semanas, siempre con la lucidez y la claridad extraordinaria, pero físicamente muy cansada», recordó García Linera, que llegó al lugar acompañado de la ministra de Transparencia, Nardi Suxo, y del titular de Gobierno, Sacha Llorenti.
«Es una pérdida irreparable, trabajé con ella cinco años en la Defensoría del Pueblo y aprendí mucho de ella, creo que es una luz que se apaga pero que se volverá a encender. Ojalá los periodistas sigan sus pasos», manifestó Suxo a la prensa. Por su parte, la ministra de Salud, Nila Heredia, dijo que también conversó con Anamar semanas antes. «Estaba absolutamente lúcida. Ella no midió nada, incluso en la campaña, a pesar de que estaba delicada. El mayor pesar que tuvo fue no haberse incorporado activamente al Senado y haber logrado desarrollar una gestión».
Al interior de la iglesia empezaron a sonar los acordes de La Caraqueña interpretada por la cantante Jenny Cárdenas y muchos de los presentes empezaron a recordar los temas favoritos de Anamar, los libros, películas y actores de su preferencia. El traslado del féretro de la ex Defensora a la Asamblea Legislativa estaba previsto para ayer en la tarde, pero no se concretó.
El presidente de la Cámara Baja, Héctor Arce, expresó su confianza en que los restos de la ex presidenta del Senado sean llevados al Palacio Legislativo en esta jornada, donde la bandera nacional está izada a media asta, con un crespón negro en señal de duelo.
«Esperemos que mañana (hoy), en horas de la tarde, después de una misa de cuerpo presente que se va a desarrollar en la iglesia de Las Carmelitas, podamos tenerla en la Asamblea Legislativa Plurinacional», manifestó el asambleísta.
Su carrera como periodista
Ana María Romero de Campero trabajó de corresponsal de Nueva Época y las agencias internacionales de noticias DPA y UPI. Además fue cronista de El Diario, reportera de radio Fides, de la Agencia de Noticias Fides y directora de Presencia. Su trayectoria fue reconocida con el Premio Nacional de Periodismo 1998, según información del Círculo de Mujeres Periodistas.
Su paso por la política
En 1979 fue ministra de Informaciones en el gobierno de Wálter Guevara, pero el golpe de Estado de Alberto Natusch Busch terminó con esa etapa democrática. De 1998 al 2003 se desempeñó como la primera Defensora del Pueblo. En enero del 2010 llegó a la presidencia del Senado.
Según la oposición, el TSE debe definir al sucesor de Anamar
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) debe ser la instancia que resuelva el problema generado sobre el curul que deja la extinta Ana María Romero de Campero, informó el senador de Convergencia Nacional, Bernard Gutiérrez. El suplente de la extinta legisladora, Javier Hurtado, también renunció a su curul, por lo que ayer surgió la duda sobre quién y cómo ocupará ese escaño.
«Hay un vacío en la norma; ni el reglamento del Senado ni la Constitución contemplan esta figura porque no se establece qué pasa con el curul de Ana María Romero. Desde nuestro punto de vista, habrá que revisar los datos de los resultados electorales de La Paz. El Tribunal Electoral tendrá que ser el que ratifique este criterio», expresó el legislador.
La propuesta consiste en que el segundo en votación asuma el mandato senatorial dejado por la extinta senadora del MAS.
El presidente del TSE, Wilfredo Ovando, informó que no se consideró quién podría tomar el lugar de Romero. «No habíamos tomado en cuenta este tema de quién podría ser el sucesor, en todo caso, estamos en un momento de dolor, yo creo que lo veremos posteriormente, seguro se presentará una petición del Legislativo ante el Órgano Electoral y la sala plena será la que tome alguna determinación», explicó.
El presidente en ejercicio, Álvaro García, evitó pronunciarse sobre esta situación que surge en el Senado. «Es secundario, lo importante es el recogimiento nacional ante una gran figura», sostuvo. Actualmente, el Senado opera con 35 de sus 36 senadores.