El Ejército se formó en combate
Con la heroica victoria en la batalla de Aroma (14 de noviembre de 1810), nace el Ejército. Sus hazañas y valor se muestran antes y después del nacimiento de Bolivia
Con el triunfo de la batalla de Aroma (14 de noviembre de 1810), se celebra el aniversario de una de las más grandes instituciones bolivianas, su Ejército, que cumple 200 años de inigualable servicio a la patria y a su pueblo. Esta institución tiene una vida brillante y heroica que llena de orgullo a los que formamos parte de sus filas y a toda Bolivia.
El 7 de agosto de 1825, se crea el Ejército de Bolivia, o mejor dicho se lo legitimiza como brazo armado de la nueva nación independiente; pero había una historia previa de 16 años de lucha por la libertad, la cual fue tan prolongada, dura y cruel, y que se constituyó en el primer capítulo de la creación de la institución castrense.
Este proceso se inició el 25 de mayo de 1809, con el grito libertario de Chuquisaca, el primero de Hispanoamérica y el que señaló la ruta de emancipación de las colonias hasta entonces bajo mando del depuesto rey Fernando VII, preso en Bayona. La chispa se extendió primero a La Paz, luego a todos los confines, donde los exaltados criollos creían era el momento de liberarse del mando real.
El nuevo Ejército de Alto Perú se creó apresuradamente para enfrentar al general Goyeneche en Chacaltaya. Un conjunto de civiles y ex militares con armamento improvisado —más entusiastas que competentes— se enfrentó por primera vez con un ejército español profesional, con resultados negativos y que condujeron a la ejecución de los lideres encabezados por Pedro Domingo Murillo. Otros resultados negativos se reflejaron en los combates de Chicaloma, Irupana y Chulumani, en los Yungas de La Paz.
Pero la chispa de la revolución estaba encendida; de la resistencia pasiva y política se pasó a la resistencia militar, luego de la llegada del primer ejército auxiliar argentino, al mando de Balcarce. Con la victoria de Suipacha con la caballería chicheña y los cinteños se crea el embrión de las actuales Fuerzas Armadas. En 16 años que fueron la primera y magistral guerra de guerrillas del sur de América, con la creación de las republiquetas y las hazañas de los Lanza, Warnes, Moto Méndez, Muñecas, Camargo, Rojas, Uriondo, Azurduy, Arce, Padilla y tantos otros que obtuvieron la independencia.
Logros. De cualquier forma, el Ejército primigenio se formó en combates y emboscadas, ganando su primera gran victoria el 14 de noviembre de 1810, en Aroma, cuando por primera vez elementos de infantería, caballería y artillería, con apoyo de nacientes zapadores e inteligencia, vencen a una fuerza profesional española. El nuevo Ejército había nacido y hoy se engalana al cumplir 200 años de leal servicio a Bolivia.
Sin embargo, en dos siglos, el Ejército fue sometido a duras pruebas de defensa de la soberanía de la patria, derramando generosamente su sangre en batallas que van desde los lejanos días de los primeros gritos libertarios y la formación de la República como Chacaltaya, Aroma, Guaqui, Florida, Pari o Zepita, pasando por Paucarpata, Uchumayo, Iruya, Montenegro, Buín, Yungay, Ingavi, Pisagua, San Francisco, Canchas Blancas, Germania, Alto de la Alianza, Riosinho, Bagé, Bahía, Vuelta de Empresa y terminando en Boquerón, Kilometro 7, Alihuatá, Campo Vía, El Carmen, Cañada Strongest, Irindague, Parapetí, Villamontes, Charagua, Cuevo, Ñancorainza, Ñancahuazú, Vado del Yeso o La Higuera.
Estas batallas y combates las protagonizaron hombres y mujeres del Ejército de Bolivia, dignos herederos de aquellos que forjaron nuestra patria, dejando atrás hogares y haciendas, empuñando las armas en campaña ante la continúa y sistemática agresión de los países vecinos que trataban de agrandar su territorio o de obtener recursos naturales negados por el Uti Posidettis Juri, a costa del más débil, sin contar que nuestro Ejército jamás titubeó cuando se trató de evitar con las armas en la mano el despojo sistemático al cual fuimos sometidos.
Un caso claro es la Guerra del Chaco, contienda donde no tuvo logros, pero se evidenció el ímpetu y el patriotismo de los nobles soldados bolivianos.
El 14 de noviembre de 2010, a 200 años de la histórica batalla de Aroma, rendimos homenaje de admiración y respeto al Ejército de Bolivia, verdadera encarnación de los valores y virtudes del boliviano y a todos aquellos que lucharon y murieron bajo los gloriosos colores de sus uniformes y sus banderas.
Este homenaje a sus incomparables gestas en una historia plagada de luchas, victorias y derrotas, está dedicado a sus herederos de hoy, que son los mismos que ayer se cubrieron de gloria, con su mismo espíritu de sacrificio y su valor, esperando que este espíritu se mantenga y se expanda entre nuestro pueblo, verdadero actor y estoico motor de esta gran epopeya que hoy celebramos.
La guerra del Pacífico con Chile
El general de División Tomás Peña y Lillo Tellería es director de la Academia Boliviana de Historia Militar (ABHM). La personalidad destacó también el valor y patriotismo de los soldados y patriotas del Ejército en la Guerra del Pacífico como Eduardo Abaroa y Ladislao Cabrera. Evocó el significado de la batalla de Tarapacá (durante la Guerra del Pacífico de 1879) y reivindicó el irrenunciable derecho de Bolivia de retornar al Litoral, usurpado en injusta guerra por Chile.