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Friday 26 Apr 2024 | Actualizado a 23:51 PM

LA FISCALÍA CONFIRMA QUE ‘EL VIEJO’ ES EL DELATOR EN EL CASO RÓZSA

A 20 meses de haberse desarticulado un grupo terrorista en Santa Cruz, la Fiscalía presentó la acusación formal contra 39 personas e informó que Ignacio Villa Vargas, alias El Viejo, fue la pieza clave que permitió desarticular la organización liderada por el abatido Eduardo Rózsa.

Por La Razón

/ 18 de diciembre de 2010 / 05:00

A 20 meses de haberse desarticulado un grupo terrorista en Santa Cruz,  la Fiscalía presentó la acusación formal contra 39 personas e informó que Ignacio Villa Vargas, alias El Viejo, fue la pieza clave que permitió desarticular la organización liderada por el abatido Eduardo Rózsa.

El 16 de abril del 2009, en el hotel Las Américas, se ejecutó un operativo policial que terminó con la vida de Rózsa, Árpad Magyarosi y Michael Dwyer, mientras que Elöt Tóásó y Mario Tadic fueron detenidos y recluidos en la cárcel de La Paz.

Ese día empezó una investigación que concluyó ayer con una imputación formal. Marcelo Soza es el fiscal asignado al caso y quien ayer presentó a la fiscal de Distrito, Betty Yañíquez, y a los medios de comunicación los resultados de su trabajo.

  Informó que Villa Vargas fue quien delató al grupo de Rózsa y permitió su desarticulación. «Logramos determinar que el famoso El Viejo, Ignacio Villa Vargas, recibía dinero de Rózsa y de Hugo Achá (ex presidente de Human Rigths Foundation), para que compre armamento. Villa Vargas no cumple este requerimiento. Como le salía más fácil delatar al grupo y quedarse con el dinero, lo hace ante los organismos de seguridad del Estado, que es la Policía Boliviana», explicó.

Tras prestar declaraciones en la Fiscalía, Villa Vargas huyó del país a mediados del año pasado, denunciando que había sido torturado para  involucrar en el caso a varios líderes político-empresariales cruceños.

El ex dirigente cívico Branko Marinkovic, el hermano del gobernador  Rubén Costas, Pablo Costas, el cívico y dirigente ganadero Guido Nayar, entre otros líderes, están vinculados con la organización irregular, mientras que 61 personas fueron sacadas de la pesquisa y 10 sobreseídas. Soza informó que se acusó a 39 personas, aunque en la lista sólo se contó 38. De este total, 18 huyeron y 13 guardan detención preventiva.

Rózsa fue contratado como mercenario. Inició su viaje al país desde Budapest (Hungría) e ingresó por la frontera con Brasil a Santa Cruz, en abril del 2008. En una entrevista que concedió al periodista András Kepes señaló: «…si no hay autonomía, si no hay convivencia con autonomía, proclamaremos la independencia y fundaremos un nuevo país…».

El dinero que recibió para su viaje  fue depositado —según Soza— en el Banco Mercantil Santa Cruz, por el abogado Alejandro Melgar, asesor de la Cámara de Industria y Comercio de Santa Cruz (Cainco), hoy prófugo.

Sus principales objetivos, según lo hizo conocer a Mario Tadic uno de sus camaradas, eran «redefinir el estatus y el futuro de Santa Cruz y derrocar al Gobierno», según establece la investigación. El fiscal resaltó que Rózsa y su grupo se hacían pasar por periodistas para movilizarse.

Atribuyó al grupo irregular el atentado a la casa del Cardenal. «En marzo del 2009, Pablo Costas y otras personas (como Luis Orlando Justiniano), conocían del plan para atentar contra el Cardenal, porque en un correo pedían información: ‘te escribo para que informes de lo de abril, la fecha exacta; y si es prudente, el ‘bombom’ al Cardenal’», informó.

Uno de los refugios que iban a utilizar luego del atentado era la hacienda de Zvonko Matkovic (ex prefecto cruceño); hecho que no lograron consumar porque la Policía los interceptó un día después.

Además de Melgar, identificó a Pablo Costas y Hugo Achá como los principales financiadores del grupo armado. Anunció una segunda etapa del proceso para profundizar la investigación sobre los financiadores. El grupo irregular operó desde el stand de ganaderos cruceños y de Cotas, en la Expocruz. Soza informó que solicitará la extradición o expulsión de los que fugaron del país. La acusación formal da inicio al juicio.

El perfil del líder de los terroristas

Rózsa, hijo de madre boliviana, combatió en la guerra de los Balcanes. Fundó la Brigada Internacional, una fuerza de mercenarios de diferentes nacionalidades.

Desde EEUU, Marinkovic alega inocencia

Después de un año y medio de haber dejado Bolivia, el ex presidente cívico cruceño, Branko Marinkovic, reapareció ayer y, a través de una videoconferencia desde Estados Unidos, reivindicó su inocencia en el caso terrorismo  y se declaró en el exilio.

«Es muy difícil estar alejado de la familia sabiendo y teniendo la constancia de mi inocencia. No hay ningún correo, llamadas, ni nada aparte de las acusaciones políticas y falsas que han dado lugar a una persecución feroz hacia mi persona y que ha llegado hasta mi familia», sostuvo.

El ex cívico se contactó vía skype (videoconferencia por internet) con diversos medios de comunicación de Santa Cruz, minutos después de que el fiscal Marcelo Soza presentara la acusación formal contra varios involucrados con la célula terrorista de Eduardo Rózsa en La Paz. Marinkovic es uno de los acusados. Lamentó que la investigación haya sido «parcializada» y «dirigida políticamente».

«Esto tenía nombre y apellido desde el primer día. Desde las nueve de la mañana de ocurridos los trágicos hechos en el hotel Las Américas, ya había un spot en la televisión boliviana acusándome de esto sin tener ninguna prueba en mi contra», recordó. Más adelante, aseguró que se hizo un gran montaje alrededor de Rózsa, a quien dijo nunca haber conocido ni haber tenido contacto alguno.

Para Marinkovic, la intervención de la Policía en el hotel Las Américas, el 16 de abril del 2009, fue un caso que no sólo aplacó a la oposición política cruceña,  sino que logró dividir Santa Cruz y causar «una herida profunda». Aseguró que, «como ocurre en todas las dictaduras, nos vamos al exilio porque sabemos que hay una indefensión; no tenemos garantizados nuestros derechos».

El empresario es acusado de haber financiado al grupo de Rózsa, quien fue abatido en el operativo policial de abril del 2009, junto a Árpad Magyarosi y Michael Dwyer. Soza anunció que pedirá la extradición o expulsión de los que fugaron del país.


Lista de acusados

1. Mario Tadic Astorga
2. Elöt Tóásó
3. Ignacio Villa Vargas
4. Juan Carlos Guedes
5. Alcides Mendoza M.
6. Alejandro G. Santisteban
7. Mario Antonio Herrera S.
8. Roberto E. Justiniano Á.
9. Hugo Paz Lavadenz
10. Hugo M. Vásquez
11. Zvonko Matkovic Rivera
12. Marco A. Monasterio M.
13. Juan Carlos Velarde
14. Lucio Áñez Roca
15. Zoilo Salces Sepúlveda
16. Juan C. Santisteban L.
17. Ronald E. Castedo A.
18. Gary A. Prado Salmón
19. Carlos E. Pereira P.
20. Juan A. Kudelka Salles
*21. Juan Adalberto Pérez C.
22. Alberto Melgar Villarroel
23. Guido E. Nayar Parada
24. Mario A. Paniagua Alpire
25. Alejandro Melgar P.
26. Gelafio Santiestevan H.
27. Branko E. Marinkovic
28. Hugo A. Achá Melgar
29. Alejandro Braun Ibáñez
30. Luis Alberto Hurtado V.
31. Enrique Vaca Pedraza
32. Ronny Hurtado Vaca
33. Lorgio Balcázar Arroyo
34. David Sejas López
35. Héctor Renato Laguna P.
36. Pablo H. Costas Aguilera
37. Mario A. Brunn L.
38. Luis O. Justiniano Áñez
*Los últimos 18 están fuera del país.

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Un asunto oscuro

Según la presidenta ejecutiva de YLB, la acusación fue fruto de una investigación técnica realizada a lo largo de dos años

Por La Razón

/ 25 de abril de 2024 / 06:59

La todavía incipiente industria del litio en Bolivia no puede salir de las sombras. Al violento arresto del exministro de Minería y exresponsable de la planta en la región de Lípez en Potosí, Luis Alberto Echazú, se ha sumado, ayer, la muerte del exgerente ejecutivo de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB). El tema se ha politizado y, ahora, judicializado, pero del negocio no hay más que promesas.

Los contornos del caso, la actuación presuntamente arbitraria e irregular de la Fiscalía el lunes, según denuncia del abogado de Echazú, así como las declaraciones de jerarcas y portavoces del ala evista del MAS, hacen pensar en intereses políticos ligados a la sorda pelea por el poder en el partido gobernante antes que en aquellos ligados al efectivo despegue de la industria del litio en el país. El intercambio de acusaciones, con y sin fundamento, en nada ayuda a reactivar el proyecto.

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El tono y el contenido de una “carta abierta” firmada por el exgerente de YLB, Juan Carlos Montenegro, otro de los imputados, antes de morir (incluyendo una última línea en la que pide perdón a sus seres queridos por el “dolor” que les causará “esta mi decisión”), hace pensar en que detrás de la acusación hecha el jueves de la semana pasada por la actual gerente del proyecto y el procurador del Estado, además de la sorprendentemente rápida actuación del Ministerio Público, hay mucho más que la búsqueda de justicia o de castigo a la corrupción.

Según la presidenta ejecutiva de YLB, la acusación fue fruto de una investigación técnica realizada a lo largo de dos años, asunto del cual ni ella ni su antecesor habían dicho nada anteriormente. Al ser conducido a celdas policiales, el exministro, ahora en detención domiciliaria, afirmó que “el Gobierno quiere ocultar tres años y medio” de parálisis en el que debería ser el proyecto más importante del Estado Plurinacional en los últimos años.

Coincidiendo con la denuncia de YLB contra exfuncionarios de la institución, el mismo día, el Presidente del Estado acusó a “potencias mundiales” y un “país vecino” de pretender controlar los recursos naturales del país, especialmente el litio, bloqueando las exportaciones y excluyendo a Bolivia en procesos estratégicos de comunicación. A la luz de lo sucedido en los últimos años, es evidente que el principal obstáculo está en el Estado y no fuera de las fronteras.

Mientras Chile se abre a las inversiones de riesgo compartido y se propone recuperar el sitial de primer exportador de litio en el mundo en los próximos dos años, y el presidente de Argentina busca entregar las reservas de su país a las transnacionales del sector, Bolivia todavía no ha mostrado cuál es su estrategia de industrialización y comercialización del preciado mineral, al extremo que ni siquiera ha transparentado los acuerdos (no contratos) que tiene con empresas chinas y rusas. Así, es imposible tener optimismo en el futuro del litio.

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Ley ‘antihombres’

Los datos son innegables y terribles: la violencia contra las mujeres, lejos de disminuir, persiste e incluso aumenta.

Por La Razón

/ 21 de abril de 2024 / 00:27

La penosa declaración del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, en sentido de que la Ley 348 es una ley “antihombres” (sic), puso en agenda la cuestión irresuelta de la violencia contra las mujeres. Rodríguez recibió fuertes críticas, pero también adhesiones. Lo preocupante es que fomenta a grupos antiderechos y pone en riesgo una norma que protege a las mujeres.

 La ley integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia (Ley 348) fue promulgada por el presidente Morales en marzo de 2013. Su objeto es establecer mecanismos, medidas y políticas integrales de prevención, atención, protección y reparación a las mujeres en situación de violencia, así como la persecución y sanción a los agresores. Se trata de una ley avanzada, resultado de muchos años de lucha de las mujeres por sus derechos en una sociedad patriarcal y machista como la boliviana.

En 11 años de vigencia, la Ley 348 permitió el registro de centenas de miles de denuncias de violencia contra mujeres en el país. Según datos del Observatorio de Género de la Coordinadora de la Mujer, el año pasado hubo casi 52.000 denuncias. Los casos de violencia familiar o doméstica, que son la mayoría, se incrementaron en 193% entre 2013 y 2023. Cada día, en promedio, hay 142 denuncias de violencia contra mujeres, 30 agresiones sexuales, 104 embarazos de niñas y adolescentes. En 2023 se registraron 81 feminicidios.

Los datos son innegables y terribles: la violencia contra las mujeres, lejos de disminuir, persiste e incluso aumenta. Por ello son deplorables afirmaciones tan ligeras como que la Ley 348 es una “ley antihombres” o, peor, que “la violencia no tiene género”. Si bien existen acusaciones falsas contra hombres, e incluso detenciones arbitrarias presumiendo culpabilidad, ello no atenúa ni menos niega la abrumadora evidencia de que las mujeres son las victimas sistemáticas de actos de violencia en todas sus formas.

En su capítulo de derechos fundamentales, la Constitución señala con claridad que “todas las personas, en particular las mujeres, tienen derecho a no sufrir violencia física, sexual y psicológica”. Y establece que el Estado tiene la obligación de adoptar las medidas necesarias para prevenir, eliminar y sancionar la violencia de género.

Con ese mandato constitucional, la Ley 348 define mecanismos para proteger a las mujeres. Y traza la ruta para la denuncia, persecución y sanción penal de los agresores.

Es evidente que se requiere una reforma normativa y hay valiosas propuestas para el efecto. Pero sobre todo fallan los operadores del sistema judicial. Claro que debe evitarse que haya hombres inocentes en prisión, pero sobre todo que los feminicidas y violentos estén libres. Las polémicas palabras del presidente del Senado tendrían que servir para debatir el tema, mejorar la ley, garantizar en serio para las mujeres una vida libre de violencia y frenar las muy peligrosas campañas antiderechos.

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Un vecino conflictivo

El gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo

Por La Razón

/ 18 de abril de 2024 / 07:06

Días atrás, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, informó que había decidido reforzar la seguridad en la frontera con Bolivia debido a la supuesta presencia de cientos de militares iraníes en el país. La respuesta de la Cancillería boliviana fue tan rápida como mesurada, en evidente contraste con el tono que está adoptando el gobierno de Javier Milei.

Desde el inicio, la presidencia de Javier Milei ha sido notable no solo por sus políticas internas de shock, sino también por su manejo de las relaciones internacionales, especialmente con países latinoamericanos de gobiernos considerados izquierdistas. Sus controversiales interacciones con líderes regionales han generado un amplio debate sobre las estrategias diplomáticas y sus implicaciones tanto a nivel regional como doméstico.

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Primero, el intercambio de insultos con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, provocó una rápida escalada de tensiones que afortunadamente no pasaron a más. Milei respondió a las críticas de López Obrador, quien había tildado a Milei de “facho conservador”, con términos igualmente duros, exacerbando las fricciones bilaterales. Este tipo de diplomacia de confrontación no solo socava las relaciones tradicionalmente cordiales entre Argentina y México, sino que también plantea preguntas sobre la estabilidad regional.

Por otra parte, las relaciones con Colombia se tensaron significativamente después de que Milei llamara al presidente Gustavo Petro «comunista asesino». Esta declaración provocó una pronta respuesta diplomática de Colombia, incluyendo el llamado de su embajador en Buenos Aires, lo cual subraya la seriedad del conflicto y el impacto en las relaciones diplomáticas; por ahora las relaciones entre ambos países están normalizándose y los respectivos embajadores han regresado a sus funciones.

Asimismo, la afirmación de la ministra Bullrich sobre la presunta presencia de militares iraníes en Bolivia añadió más leña al fuego, mostrando una tendencia hacia declaraciones provocativas que pueden tener serias repercusiones diplomáticas y de seguridad. Algo similar había ocurrido poco antes, cuando el presidente Milei afirmó que el gobierno de Chile iba a llevar a ese país a la pobreza por adoptar políticas socialistas. En ambos casos la respuesta fue pronta, mesurada y contundente.

En el frente interno, estas controversias internacionales parecen servir como una cortina de humo para desviar la atención de los problemas económicos graves que enfrenta Argentina, como la inflación y el estancamiento económico. Al centrarse en conflictos externos, el gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo, mientras posterga o minimiza la discusión sobre la necesidad de reformas económicas internas profundas.

Es posible que las tácticas de confrontación de Milei tengan un atractivo político inmediato entre ciertos sectores en Argentina que le son afines, pero los riesgos asociados a alienar a países vecinos y potenciales socios comerciales son altos, especialmente en el mediano y largo plazos, cuando el polémico mandatario ya no esté en funciones.

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Los medios en cuestión

Por La Razón

/ 14 de abril de 2024 / 00:20

El reciente estudio Delphi de la Fundación Friedrich Ebert (FES-Bolivia), realizado con líderes de todo el país, revela datos delicados respecto a los medios de comunicación y su desempeño. Además de una baja confianza, se percibe a los medios como promotores del conflicto y como actores políticos que informan en función a su agenda e intereses. La evaluación es crítica.

Hubo un tiempo en que los medios de comunicación y periodistas, en general, estaban en la cima de la confianza ciudadana. Junto con la Iglesia Católica, tenían muy alta legitimidad. Hoy es diferente: en la Delphi de la FES, solo el 7% tiene una confianza alta o muy alta en los medios. Para el 39% es regular. Y un mayoritario 54% confía poco o nada. Estos datos debieran preocuparnos. Si bien estamos mejor que otras entidades, la confianza es un bien preciado que los medios debemos recuperar y preservar.

En un contexto en que los medios digitales y las redes sociales tienden a desplazar a los medios de comunicación tradicionales como principal fuente de información, es necesario hacer un examen acerca de nuestro desempeño. ¿Cómo nos evalúan los líderes? Más de dos tercios, nada menos, sostienen que los medios informan en función a su propia agenda e intereses. Si sumamos el 13,5% que nos perciben como manipuladores, el saldo es muy negativo. Solo un marginal 7% cree que los medios informan con veracidad.

La baja confianza en los medios y la percepción de que informan más pensando en ellos mismos que en la sociedad, quizás se explican, entre otros factores, porque varios operadores mediáticos están polarizados y alientan la polarización. Lo vimos como tragedia en la crisis de 2019, cuando algunos medios y periodistas avalaron y hasta justificaron las masacres. Ello se reafirma en la Delphi: 86% de los líderes consultados sostienen que los medios promueven enfrentamientos y conflictos en el país.

Por si fuera poco, en estas percepciones reveladoras de la situación del campo mediático en Bolivia, casi nueve de cada 10 participantes en el estudio de la FES están de acuerdo con la afirmación de que los medios actúan como si fuesen actores políticos. Es tremendo. Para los liderazgos, la esencia de los medios se está perdiendo. En su balance, varios medios y periodistas están más cerca de la acción política que de la labor informativa. Eso, por supuesto, va en desmedro del periodismo.

Los estudios de percepción cualitativa y de opinión pública expresan tendencias generales en momentos determinados. Son útiles para la reflexión y el análisis. Y contribuyen a la autocrítica. Pero hay diferencias. Más allá de las percepciones aquí descritas, es meritorio el trabajo de medios que persisten en el empeño de cuidar y cultivar cada día los derechos a la comunicación e información. Como diario nos situamos en ese camino reafirmando nuestro compromiso con el libre ejercicio del oficio periodístico.

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Un impasse inédito

El camino hacia la resolución de este conflicto debe estar pavimentado con el respeto a las leyes internacionales

Por La Razón

/ 11 de abril de 2024 / 06:33

Aunque se afirma que no es la primera vez que ocurre en la historia reciente, lo sucedido en Quito la noche del viernes al sábado, cuando la Policía irrumpió en la Embajada de México ante Ecuador, representa mucho más que un escándalo diplomático y ha puesto al país andino en un impasse del cual será muy difícil salir, mucho más debido a la hasta ahora arrogante posición de su gobierno.

El conflicto diplomático entre México y Ecuador, cuyo antecedente inmediato fue la declaración de persona no grata a la embajadora mexicana, que luego dio paso al secuestro y encarcelamiento del exvicepresidente Jorge Glas, que acababa de recibir el estatus de refugiado político (pese a haber sido condenado por delitos comunes años atrás), ha escalado hasta alcanzar los estrados de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), donde México ha presentado una demanda buscando justicia y el respeto a las normas internacionales.

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La decisión de México de acudir a la CIJ y la convocatoria a sesiones extraordinarias de la Organización de Estados Americanos (OEA) los días martes y miércoles reflejan la gravedad de la situación y la necesidad de un marco de acción que respete los principios fundamentales de la diplomacia y el derecho internacional. Estos foros ofrecen una oportunidad invaluable para abordar el conflicto de manera constructiva, poniendo en primer plano la necesidad de soluciones pacíficas y el diálogo basado en el respeto mutuo, razón por la cual la demanda ecuatoriana de revisar los tratados internacionales es poco prudente.

En estas circunstancias, la comunidad internacional, así como los organismos regionales y multilaterales, deben actuar como mediadores para facilitar una resolución que respete las normas internacionales y promueva la estabilidad regional. Según expertos en la materia, la mediación debe enfocarse en la reconciliación y buscar una solución que permita a ambas partes superar el impasse, manteniendo la integridad de los tratados internacionales como guía.

Este conflicto sirve para poner en relieve la importancia de adherirse a los principios del derecho internacional no solo como un fin en sí mismo, sino como un medio para asegurar la paz, la seguridad y el respeto entre las naciones. La resolución de este caso podría sentar un precedente importante para el manejo de futuras disputas diplomáticas y reafirmar el valor de las convenciones internacionales como pilares de las relaciones entre Estados.

El camino hacia la resolución de este conflicto debe estar pavimentado con el respeto a las leyes internacionales y el compromiso con el diálogo y la negociación. Es imperativo que México y Ecuador, con el apoyo de la comunidad internacional y organismos como la OEA, encuentren una salida basada en el entendimiento mutuo y el respeto a los tratados que han guiado las relaciones diplomáticas durante décadas. Este enfoque no solo resolverá el impasse actual de manera justa, sino que también fortalecerá el sistema internacional basado en reglas, crucial para la coexistencia pacífica entre naciones.

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