Nacional

Thursday 16 May 2024 | Actualizado a 02:11 AM

Chile incluyó caso Charaña en su defensa ante La Haya

Situación. Un senador chileno dice que un fallo a favor de Perú afectará a La Paz

Por La Razón

/ 7 de enero de 2011 / 05:00

Como parte de su defensa ante la demanda de Perú, Chile informó al Tribunal de La Haya sobre la negociación marítima de 1975 con Bolivia. Un senador chileno dice que un fallo a favor de Lima afectará el diálogo con La Paz y urge avanzar en acuerdos antes de la sentencia.

El periódico chileno La Tercera informó de que entre los argumentos que Chile mencionó en la contramemoria que entregó al Tribunal de La Haya estaban las objeciones que Perú impuso para que no se concretara el denominado acuerdo de Charaña.

El objetivo de este punto era cuestionar que el país vecino no había manifestado con anterioridad su inconformidad con los límites entre ambos países.

En 1975, los ex presidentes Augusto Pinochet y Hugo Banzer acordaron en Charaña una fórmula de solución de la demanda boliviana, que consistía en que Santiago ceda un corredor con continuidad marítima al norte de Arica, a cambio de canje territorial. Perú estuvo de acuerdo, pero pidió soberanía tripartita en un tramo; Chile rechazó la propuesta y fracasó el diálogo. Ese territorio marítimo en cuestión, es parte hoy del lío Lima-Santiago.

Bolivia, a través del cónsul Walker San Miguel habría pedido al Tribunal de La Haya acceso al expediente del lío de sus vecinos. En La Paz no se dio información sobre el tema, pero el canciller, Alfredo Moreno, afirmó ayer que no hay «ningún inconveniente» para que se acceda a la información.

«No hemos recibido un requerimiento de ellos en forma oficial, entendemos que tienen interés, y si ellos lo requirieran nosotros no tenemos ningún inconveniente en que ellos tengan acceso a esos documentos», explicó el canciller chileno.

El senador y jefe del Movimiento Amplio Social (MAS), Alejandro Navarro, explicó que es importante que el gobierno boliviano se interiorice sobre la demanda internacional, porque un eventual fallo contrario a Chile generará condiciones desfavorables al proceso de diálogo bilateral. «Esto implicaría que se debe ceder mar a Perú y luego enfrentar una situación similar con Bolivia», reflexionó el legislador.

Los gobiernos de Evo Morales y Michelle Bachelet acordaron el 2006 una agenda de 13 puntos, donde está el tema del mar. El presidente chileno, Sebastián Piñera, afirmó en reiteradas ocasiones que se mantiene la agenda.

En La Paz, el experto en temas marítimos, Víctor Hugo Chávez, consideró que la estrategia chilena es una «forma más de cómo se aprovecha del enclaustramiento y de la inacción de nuestro Estado, en este tema». «Los chilenos quieren decir ante La Haya que un fallo favorable a Perú afectaría a Bolivia», insistió Chávez.

Hasta marzo, el Estado tendría plazo para pronunciarse ante La Haya. El vicepresidente Álvaro García afirmó el 25 de octubre que se cuidará los intereses. «Bolivia está atenta a todo el tablero de ajedrez que se ha puesto en marcha en torno a la temática referida al mar», explicó ese día.

En reiteradas ocasiones, autoridades peruanas, como el canciller José Antonio García Belaúnde, afirmaron que el lío es entre Perú y Chile. Para Navarro, se debe acelerar el diálogo con Bolivia de tal manera de llegar a un acuerdo antes de la sentencia del Tribunal.

«Esa opinión la hemos entregado al Presidente (Piñera), personalmente así lo he señalado. Chile debe ser capaz de ofrecer a Bolivia una propuesta antes del fallo de La Haya», insistió. Líderes de partidos políticos con representación parlamentaria se reunieron ayer con Piñera.

El abrazo de Charaña de 1975

Hecho
En 1975, los extintos presidentes Hugo Banzer y Augusto Pinochet perfilaron una solución a la demanda marítima boliviana, que se la conoció como el abrazo de Charaña. Chile aceptó ceder un corredor con soberanía y continuidad marítima al norte de Arica, a cambio de una compensación territorial. Perú fue consultado y aceptó la cesión de una franja desde la frontera boliviana-chilena hasta el tramo de la carretera Panamericana, que une Tacna y Arica, a partir de lo cual propone el establecimiento de un área territorial bajo soberanía compartido entre los tres estados.Chile no aceptó la propuesta.

Chile no ve problemas en interés de Bolivia

El Gobierno chileno aseguró  que no tiene «ningún inconveniente» en que Bolivia, que negocia con este país una salida al Pacífico, acceda al expediente de la demanda que Perú presentó en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya para modificar a su favor el límite marítimo con Chile.

«No hemos recibido un requerimiento de ellos en forma oficial. Entendemos que tienen interés. Si ellos lo requirieran, nosotros no tenemos ningún inconveniente en que ellos tengan acceso al documento», afirmó el canciller Alfredo Moreno, reportó EFE.

Un día antes, Santiago y La Paz superaron un impasse a raíz de que el canciller David Choquehuanca no descartara que el Estado boliviano recurriría al Tribunal de La Haya por el tema mar, aunque por el momento apostaba al diálogo bilateral.

El propio Moreno expresó la molestia de su gobierno por las declaraciones de su colega y pidió explicaciones. Choquehuanca, a través de una misiva a su par chileno, explicó sus declaraciones.

Ambos países fijaron para el 17 de enero una reunión de cancilleres para abordar la agenda bilateral y el encargo de los presidentes  Evo Morales y Sebastián Piñera de formar una comisión especial para la agenda de 13 puntos.

Políticos chilenos van por propuesta útil

Los partidos políticos con representación parlamentaria expresaron ayer al presidente Sebastián Piñera que se «requiere una propuesta útil y posible para ambos países (Bolivia-Chile)» en el tema mar, informó el senador y jefe del Movimiento Amplio Social (MAS),  Alejandro Navarro, quien participó del encuentro político.

Ésta es la segunda reunión de este tipo, donde se analiza la política exterior chilena. En este contexto, el legislador chileno informó de que el gobierno de Santiago ratificó la importancia de avanzar en la agenda bilateral de 13 puntos, entre ellos el tema mar.

«El Presidente y la Cancillería han dicho que están trabajando el punto sexto de la agenda, que es la reivindicación marítima de Bolivia», informó a La Razón. «Soy de la idea de avanzar a fin de que Chile estructure una propuesta para Bolivia. Sabemos muy bien lo que Bolivia quiere de Chile,  mar con soberanía; pero no sabemos aún lo que Chile quiere de Bolivia», reflexionó.

Ambos países formaron comisiones técnicas para avanzar en la resolución de la agenda bilateral. El presidente Piñera y su homólogo Evo Morales decidieron en diciembre, durante un encuentro del Mercosur en Brasil, formar una comisión especial para acelerar el diálogo bilateral.

Navarro anunció que será parte del diálogo. «El Presidente cuenta con el respaldo de mi partido», sostuvo.

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Día del Periodista

Por La Razón

/ 12 de mayo de 2024 / 00:57

El 10 de mayo, las y los periodistas de Bolivia recordamos nuestro día. ¿Hay algo que celebrar?, nos preguntamos. Y sí, existen motivos. Pero también hay nubarrones para el oficio. Por ello, más allá de los homenajes, fue un día de balance y reflexión. ¿En qué condiciones realizamos nuestra labor? ¿Cuánto aportamos a la conversación pública en democracia? ¿Cómo nos ve la sociedad?

Hace más de ochenta años, en 1938, el presidente Germán Busch promulgó un decreto supremo – luego elevado a rango de ley– que creaba la Caja de pensiones, jubilaciones y montepíos de los trabajadores asalariados de la prensa. No fue una concesión, sino una conquista como resultado de años de exigencia de derechos. Así, el 10 de mayo fue declarado Día del Periodista. Tiempo después, en 1953, un decreto supremo del presidente Víctor Paz Estenssoro estableció ese día como feriado para los periodistas.

De ese modo, cada 10 de mayo las y los periodistas revindicamos nuestro oficio y recibimos homenajes, salutaciones, reconocimientos. Es como un día destinado a elogiar el lugar que ocupa el periodismo en una sociedad democrática. Celebramos pues que, pese a dificultades y condiciones adversas, seguimos en el empeño diario de brindar información y opiniones como insumo para la deliberación colectiva. Sostenemos asimismo la necesidad de garantizar la libertad de expresión y el derecho a la información.

Pero el Día del Periodista es, o debiera ser, además, una ocasión propicia para el balance, para mirarnos puertas adentro y evaluar nuestro desempeño. Este ineludible ejercicio frente al espejo no puede ser autocomplaciente ni tampoco de solo flagelación, sino autocrítico. Para empezar, es importante evaluar las condiciones difíciles, a veces precarias, en las que estamos realizando nuestro trabajo, en un contexto donde las nuevas tecnologías digitales plantean serios desafíos a los medios de comunicación.

Es preocupante asimismo para el oficio periodístico el escenario de crisis no solo político-institucional en el país, sino también la complicada situación económica. Trabajamos en medio de la incertidumbre, sin horizonte de futuro. Y somos parte de la persistente polarización, que bloquea el diálogo plural y dinamita los puentes de encuentro. Diferentes estudios de opinión señalan que la ciudadanía y los liderazgos ven a los medios como promotores del enfrentamiento. Y hasta nos perciben como actores políticos.

¿Cuánto estamos contribuyendo, en el día a día, a la convivencia en democracia? ¿Cómo mejorar nuestras condiciones de trabajo, libres de presiones y amenazas? Y la pregunta esencial: ¿estamos haciendo buen periodismo, conforme a nuestros códigos de ética o, más bien, un periodismo instrumental, con arreglo a nuestra propia agenda y otros intereses? Hay que celebrar el Día del Periodista con llamamiento urgente para cuidar el oficio y, entre otras cosas, frenar la degradación de nuestras asociaciones. 

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El MAS y la crisis

La democracia, o las formas que la hacen legítima, importan cada día menos

Por La Razón

/ 9 de mayo de 2024 / 06:39

Para nadie debe ser desconocido que el Movimiento al Socialismo (MAS) es la fuerza política más importante de las últimas décadas y el único partido con estructura y potencia suficientes para intervenir en todas las esferas de la vida pública. Sin embargo, precisamente por estos atributos, la feroz lucha que han desatado sus dirigentes no solo afecta al partido, sino a todo el Estado.

Más tardó en terminar el X Congreso del partido, el domingo, en la ciudad de El Alto, convocado por el “ala arcista” del partido, que portavoces del “ala evista” en descalificar el encuentro de la peor forma posible y amenazar con todo tipo de recursos, legales y no, para impedir que las decisiones acordadas lleguen a materializarse.

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No es para menos: se ha elegido a un nuevo jefe nacional del partido, honor que recayó en Gróver García, dirigente de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), afín al presidente Arce, y se ha decidido revisar el estatuto del MAS para eliminar la disposición que concede la dirección vitalicia del partido al expresidente Evo Morales y para eliminar la restricción de antigüedad como militante para asumir cualquier candidatura.

Para que el congreso masista pudiese llevarse a cabo y que contase con la presencia de veedores del Tribunal Supremo Electoral (TSE), hizo falta que una Sala Constitucional de La Paz ordenase al Órgano Electoral cumplir con el artículo 30 de la Ley de Partidos Políticos. Entre analistas y opinadores de todas las tendencias hubo consenso en que se trata de un nuevo “fallo a la carta”, de los que menudean desde que los magistrados del Órgano Judicial decidieran autoprorrogarse.

A esta evidente muestra de injerencia de un órgano sobre otro (primero el Ejecutivo sobre el Judicial y luego éste sobre el Electoral), se suma la cantidad de ocasiones en que delegados y portavoces del evismo han descalificado al TSE y sus resoluciones por ser contrarias a sus intereses y expectativas. La democracia, o las formas que la hacen legítima, importan cada día menos.

Súmese a este estado de cosas la previsible pugna que se desatará en la Sala Plena del TSE cuando algunos vocales intenten incidir en favor de uno u otro aspirante a candidato. Entonces, las acusaciones y descalificaciones que hoy se sugieren, serán amplificadas, dañando de manera feroz la credibilidad y reputación del órgano llamado constitucionalmente a administrar los procesos que dan sustento al sistema democrático boliviano y a dar legitimidad a las autoridades electas.

A estas alturas de la lucha es, pues, evidente que sin importar el tono y el contenido de los mensajes que una y otra facción del MAS publicitan, lo verdaderamente central para ambas partes es asegurar que el candidato propio llegue a la papeleta y/o que el contrincante no lo logre. Si para tal fin tienen que terminar de romper la institucionalidad del Estado, no dudarán en hacerlo, y eso son malas noticias.

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Democracia en riesgo

Por La Razón

/ 5 de mayo de 2024 / 00:34

La reciente decisión de una sala constitucional en torno al “congreso del MAS-IPSP” convocado por dirigentes de la facción arcista constituye una tosca injerencia en las competencias del TSE. Y cruza un límite que pone en riesgo no solo la institucionalidad electoral, sino la propia democracia. Es fundamental ponerle freno antes de que conduzca a una deriva autoritaria.

 Una de las condiciones fundamentales de un Estado de Derecho es la autonomía e independencia de los órganos del poder público, además de su separación. Cuando uno o más órganos se subordinan a otro o surge una especie de suprapoder, esa estructura y organización funcional del Estado se resquebraja. Asimismo, cuando el sistema de gobierno empieza a depender de decisiones arbitrarias e inconstitucionales, la democracia está en riesgo. Estamos transitando ese muy peligroso umbral en el país.

En nuestro proceso de construcción y reforma estatal, no es nuevo que el Legislativo dependa de los mandatos del Ejecutivo. Tampoco es raro que la administración de justicia esté subordinada al poder político y a poderes fácticos. Lo crítico es que surja un suprapoder que imponga sucesivos fallos por fuera del marco constitucional y pisoteando la institucionalidad democrática. Desde el año pasado hay un suprapoder en Bolivia que, en consorcio con actores políticos, opera desde el TCP y algunas salas constitucionales.

A punta de sentencias, declaraciones y autos constitucionales, y algunas acciones de defensa, un arriesgado suprapoder está llevando a límites insostenibles el funcionamiento de los órganos del poder público y del sistema de gobierno. Así, bloquearon las elecciones judiciales, suspendieron las funciones de fiscalización de la ALP, se autoprorrogaron, beneficiaron a terratenientes y ahora están emitiendo “instrucciones” sobre las organizaciones políticas y los procesos electorales. Es inaceptable.

Es muy complicado y sensible para el TSE gestionar las disputas internas en los partidos, en especial en este momento la batalla entre facciones en el MAS-IPSP. Debe hacerlo en estricto cumplimiento de la Ley de Organizaciones Políticas y de los estatutos partidarios. ¿Qué ocurre cuando una sala constitucional, desde su filiación política, impone acciones que violan la normativa y vulneran las atribuciones del organismo electoral? Eso es lo que acaban de hacer, sin sonrojarse, los vocales Campero y Angles.

En un pronunciamiento difundido este viernes, las autoridades del Órgano Electoral Plurinacional exigen con timidez el respeto a la independencia de poderes para garantizar la democracia en el país. No es una exigencia menor. En realidad, se está advirtiendo que, si magistrados y jueces continúan perforando el sistema y la institucionalidad electoral, la democracia boliviana está en riesgo. Es fundamental que la disputa política no termine derrumbando el orden constitucional y el régimen democrático.

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Elección en suspenso

Las reacciones luego de conocido el fallo revelaron, cómo no, una nueva fuente de incertidumbre

Por La Razón

/ 2 de mayo de 2024 / 06:16

Como se decía días atrás en este mismo espacio, hace mucho que actores políticos y operadores judiciales están empeñados en frenar sin fecha las elecciones judiciales. El más reciente fallo constitucional ordena no solo paralizar el proceso, sino devolverlo al inicio y comenzar con una nueva ley de convocatoria; el argumento es la defensa de derechos, pero la intención tal vez no.

El 18 de abril, Yeny Duri, dirigente indígena y abogada, candidata eliminada en el proceso de preselección, presentó una acción popular en la que denunció que las aspirantes indígenas de Pando no recibían un trato equitativo en comparación con las de otros departamentos, señalando la falta de oportunidades equitativas en el proceso de preselección. La Sala Constitucional Primera de Cobija emitió el lunes una medida cautelar que suspendió el proceso de preselección en curso y luego, el martes, dictaminó que el proceso de preselección debía dejarse sin efecto completamente, argumentando que la convocatoria inicial no había considerado adecuadamente la inclusión de mujeres e indígenas, e instruyó elaborar una nueva.

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La reacciones luego de conocido el fallo revelaron, cómo no, una nueva fuente de incertidumbre, pues si bien hay voces, como la del expresidente Eduardo Rodríguez, quien argumentó que la Sala Constitucional de Cobija era incompetente para emitir tal fallo y que sus razonamientos eran improcedentes, sugiriendo que la Asamblea Legislativa debería continuar con el proceso de preselección, la Comisión Mixta de Constitución decidió entrar en cuarto intermedio hasta hoy, a la espera de la notificación oficial del fallo.

El Presidente de la Comisión, Miguel Rejas, del MAS, afirmó que la intervención de la Sala es una «aberración» y criticó duramente a los vocales que concedieron la tutela a la candidata Duri; dijo también que el fallo fue resultado de manipulaciones por parte de vocales y jueces, sugiriendo que algunos de ellos habían sido influenciados por quienes presentaron amparos.

A su vez, la senadora Andrea Barrientos indicó que el fallo de la Sala es «ilegal e inaplicable» y que ninguna sala constitucional tiene la competencia para declarar la inaplicabilidad de una ley, especialmente de la Ley 1549, que ha pasado por control constitucional y cuenta con amplio respaldo legislativo. El diputado por Creemos Leonardo Ayala argumentó que la decisión vulnera los derechos de los más de 400 postulantes habilitados para el proceso de preselección. El Presidente Nato de la Asamblea, como es habitual, no apareció.

La interminable sucesión de recursos judiciales y constitucionales, sumada a la incapacidad de las y los legisladores para acordar un plan de acción capaz de superar los obstáculos que unos y otros ponen en el camino, muestra todo, menos voluntad política, para cumplir con el mandato constitucional de realizar la elección de autoridades del Judicial. Mientras tanto, el sistema judicial boliviano se hunde irremediablemente.

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¿EJ en septiembre?

Por La Razón

/ 28 de abril de 2024 / 00:18

Renovadas acciones de amparo y medidas cautelares están paralizando nuevamente y dejan en incertidumbre las Elecciones Judiciales (EJ). Según lo establecido en la ley transitoria, este 5 de mayo debe concluir la fase de preselección de postulantes en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Y el TSE anunció que la votación popular sería en septiembre. Hay duda sobre tales plazos.

Desde hace un año, el proceso electoral para renovar el Órgano Judicial y el Tribunal Constitucional está a la deriva. Según el mandato constitucional, las elecciones debieron realizarse en 2023. Pero políticos y operadores del sistema, en especial del TCP, se encargaron de frenar, congelar y a la postre postergar la elección. Como no se eligieron nuevas autoridades, los actuales magistrados (cuyo mandato ya se cumplió) decidieron autoprorrogarse. Fue como un guion escrito desde el principio para boicotear el proceso.

Como efecto de un bloqueo de caminos realizado en enero, finalmente la bancada oficialista en la Cámara de Diputados viabilizó las truncadas elecciones. Se aprobó entonces una ley de consenso que trazó la ruta, sus fases y los plazos tanto para la preselección a cargo de la ALP como para la votación bajo responsabilidad del TSE. Así, se publicó la convocatoria, se recibieron más de 700 postulaciones, se verificaron requisitos y se resolvieron las inhabilitaciones. Hasta ahí todo conforme a lo previsto.

En medio de la evaluación de méritos, incluida una prueba de conocimientos, varios postulantes inhabilitados por incumplir requisitos activaron demandas en la justicia para la reconsideración de sus casos. Todas esas acciones prosperaron dejando en suspenso el proceso de preselección de postulantes. Y el plazo corre. Luego de calificar los méritos, la Comisión Mixta de la Asamblea debe aprobar su informe, que será la base para la elección, por dos tercios, en sesión plenaria. Queda solo una semana.

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Es evidente que algunos actores políticos y operadores judiciales están empeñados en frenar sin fecha, nuevamente, las elecciones judiciales. Sería desastroso para la institucionalidad en el país en un contexto de alta desconfianza y de crisis. Por ello es sensato que la Comisión Mixta retome el proceso desde mañana. Tampoco sería una buena señal que se amplíen los plazos, ya que ello implica postergar la votación popular (quizás hasta octubre, lo que se superpone con las elecciones primarias).

Todos sabemos que las elecciones judiciales no solucionan la crisis del sistema de administración de justicia, pero al menos implican cumplir la Constitución y evitar que los autoprorrogados continúen degradando aún más el Estado de Derecho con sus decisiones a la carta. Por ello es fundamental que la ALP culmine pronto su trabajo de preselección con voluntad política y madurez democrática. Luego será el turno de la ciudadanía en las urnas. Y seguirá en agenda la cada vez más urgente reforma estructural del sistema.

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