Hoy se realizó el juicio en contra de ocho personas en Valencia (España) acusados de tráfico de droga que iba oculta en dos contenedores de tablones de maderas procedentes de Bolivia.

Los acusados están sindicados de traficar con 534 kilos cocaína evaluados en 18.156.000 euros, informa Europa Press. 

La fiscal encargada de esta causa pide para estas ocho personas penas que oscilan entre los 12 y 13 años y medio de prisión por un delito contra la salud pública.

El Ministerio Público solicitó también para los procesados -uno de ellos, un pastor evangelista murciano-, por un delito contra la salud pública, multas que alcanzan los 35 millones de euros.

La droga incautada, de entre un 70 y un 90% de pureza, según el paquete, habría alcanzado en el mercado un valor al por mayor de diecinueve millones de euros, según El Mundo.

En el juicio celebrado este martes en la Sección Tercera de la Audiencia de Valencia, el pastor acusado, de la Congregación evangélica de Puerto Lumbreras (Murcia), ha reconocido que era el socio único de la empresa que recibió los contenedores con la droga pero ha defendido que «jamás» imaginó que lo que se estaba importando fuera droga.

Según el escrito fiscal, esta persona era la titular de la empresa que servía de «tapadera», para que el resto de los procesados, bajo la dirección de uno de ellos, una mujer, realizara distintas labores destinadas a la importación de cocaína desde Bolivia para su posterior distribución en España, informa EFE.

El caso

El caso se destapó el 8 de abril de 2009, cuando la oficina de Aduanas del Puerto de Valencia seleccionó un contenedor para revisarlo y descubrió que en su interior había cocaína oculta entre tablones de madera. Por este motivo, lo cerró y solicitó al juzgado su entrega vigilada y varias intervenciones telefónicas.

La empresa destinataria de la mercancía, San Vicente Bauer y Vizcaíno S.L., había sido constituida por uno de los procesados junto a un matrimonio de Bolivia. El objetivo, según el mismo escrito, era dar cobertura con las importaciones y poder introducir droga en España. En el interior de estos tablones se descubrieron 294 kilogramos de cocaína, con una pureza del 70,6 por ciento, y cuyo valor en el mercado ascendía a 9.996.000 euros.

Dos de las procesadas eran las gestoras y los contactos del hombre de Bolivia en España para controlar las operaciones sin riesgo.

Una de ellas tenía un centro de llamados instalado en Puerto Lumbreras (Murcia), a nombre de la sociedad San Vicente Bauer y Vizcaíno. Desde este local podían tener los contactos necesarios para cerrar operaciones «sin riesgo alguno».

La otra mujer –sobrina del socio boliviano– fue la que recibió información sobre los tablones de madera que ocultaban la cocaína en un primer envío, y se encargó de la organización para sacar del puerto toda la madera y luego quedarse con los palets que contenían la droga, según la fiscal.

El 26 de mayo se interceptó en el puerto otro contenedor que escondía 35 tablones de madera con 242 paquetes de cocaína que tenían un peso total de 240,566 kg y otros 340 gramos, todo ello valorado en 8.180.400 euros. El método de ocultación era el mismo del envío interceptado con anterioridad y sus destinatarios eran los procesados, que estaban detenidos.