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La carretera por el TIPNIS divide a sectores sociales

La construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos en su segundo tramo ha dividido a las organizaciones sociales del país porque unas están a favor y otras en contra de este proyecto caminero.

Por ejemplo, la Central Obrera Departamental (COD) de Cochabamba advirtió con la realización de una «gran marcha» o un paro cívico en apoyo a la construcción de la ruta hacia el Beni, para lo que emitió un pronunciamiento denominado  «Unidos por el desarrollo de Cochabamba».

«La movilización es por el desarrollo de Cochabamba, para que se abra la carretera y se pacifique a la gente marchista, porque, sabrán, han cambiado sus pedidos, están haciendo show y todo esto nos obliga a asumir medidas», afirmó el dirigente de  la COD, Gustavo Moreira.

A su vez, el Comité Cívico anticipó la realización de una Asamblea de la Cochabambinidad que se espera se realice esta semana, donde se definirán acciones sobre el proyecto.

«Probablemente sea el jueves, el tema central es el TIPNIS y allí socializaremos la postura. Queremos la carretera, pero no como el Gobierno la plantea, sino que se desvíe en el tramo II y para ello ya se hizo llegar el proyecto a la Gobernación cochabambina», dijo la presidenta de la entidad cívica, Isabel Mérida.

Entretanto, los cocaleros del trópico pidieron a los indígenas suspender la marcha, que iniciaron el lunes 15. Para evitar el avance hacia la sede de gobierno no descartan alcanzar la movilización y ahí convencerlos sobre la importancia de contar con la vía.

Martín Leva, dirigente de la Federación Yungas Chapare, explicó que los cocaleros «estamos con nuestros hermanos indígenas. Los dirigentes del sector nos dicen que tienen que caminar cinco días para tener atención en salud. Ahora, con la carretera no queremos que sufran, vamos a hablar con ellos, en el lugar si es posible, y explicarles la importancia de construir el camino».

En el otro sector se encuentra un grupo de indígenas del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq), liderados por Rafael Quispe, quien señaló que la construcción de la carretera afectará  a los indígenas de la Amazonía y beneficiará a los «grandes empresarios», colonizadores y cocaleros.

MAESTROS. Los profesores urbanos de Cochabamba expresaron su apoyo a la marcha de los indígenas del TIPNIS y sus reivindicaciones, bajo el principio de la libre determinación.

«Estamos seguros que la construcción de la carretera es una muestra de la subordinación del Gobierno a los intereses de las transnacionales en contra de los intereses del país y los derechos de los indígenas del TIPNIS», agregó el dirigente de los maestros, Vladimir Mendoza.

Asimismo, el dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB), Pedro Montes, exigió al presidente Evo Morales y al vicepresidente Álvaro García dialogar con «nuestros hermanos  indígenas» que marchan para encontrar soluciones a sus demandas. «No queremos llegar y no nos obliguen a llegar más allá. En cualquier momento vamos a empezar a convocar a nuestro ampliado nacional y ahí muchas cosas vamos a debatir».

ONG apoya medida de indígenas

La coordinadora del Fobomade, Patricia Molina, expresó su apoyo a la marcha de los indígenas porque se vulneraron las leyes. Antes de que sean consultados ya se inició la contratación de la empresa y se definió el trazo de la carretera, afirmó.

Marchistas, con cintillos

Con cintillos negros en las banderas, los cerca de 1.500 marchistas indígenas que caminan en defensa del TIPNIS, llegaron ayer al mediodía al Puerto de San Borja, a unos 20 kilómetros a la salida de San Ignacio de Moxos.

Así empezó la segunda semana de caminata que indígenas de tierras altas y bajas iniciaron el lunes 15 de agosto desde Trinidad y que pretende llegar en un mes a La Paz. Los cintillos negros rinden homenaje al niño Pedro Moye Nose, que falleció el domingo tras el accidente que sufrió el jueves 18 durante la marcha.

Puerto de San Borja, una comunidad de unas 60 familias, recibió con vítores a los marchistas que arribaron a la cancha principal del pueblo para luego instalar el campamento. «Estamos con ustedes y los ayudaremos en lo que podamos», prometió Roberto Salvatierra, dirigente de esta región. De fondo se oían algunos estribillos como: «¡Viva la octava marcha histórica!», «¡Viva la defensa del Parque Nacional Isiboro Sécure!» y «¡Abajo la carretera!». Liderados por el diputado oficialista Pedro Nuni, la protesta salió de las instalaciones del Servicio Departamental de Caminos a las 06.30 y recorrió unos 20 kilómetros hasta Puerto de San Borja.

«Para nosotros ha sido un hito llegar a San Ignacio y salir de ella, porque todos pensaban que iban a frenar la marcha en San Ignacio, pero no fue así, ahora seguimos y no pararemos hasta La Paz», indicó Nuni en tono optimista. La marcha fue resguardada por cerca de 100 policías durante los primeros 3 km.

Ayoreos dejan marcha y critican a dirigentes de la CIDOB

Portando platos vacíos, botellas de plástico y unos fideos recalentados, así estaba ayer un grupo de 50 indígenas ayoreos en el coliseo de San Ignacio de Moxos, abandonados, según ellos, por los dirigentes de la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano (CIDOB).

«Aquí nadie nos trajo ayuda, ni siquiera los de Salud vinieron. Estamos desde el viernes y estamos sin comida. Nuestra gente tuvo que salir a pedir limosna para ayudarnos un poco y ahora queremos volver a Santa Cruz», señaló Jorge Picaneray, dirigente ayoreo.

Picaneray dijo que su gente se siente engañada por los dirigentes Adolfo Chávez y Pedro Nuni. «Sólo llevaron ayuda al campamento donde estaba el resto de los pueblos y aquí no llegó nada», agregó mientras dos madres que amamantaban a sus hijos reclamaban ayuda en idioma ayoreo.

Según los ayoreos, la marcha está mal organizada y muchos de ellos no fueron consultados. «Queremos que nuestros compañeros nos llamen al 677-43249 para que puedan mandarnos dinero y así poder regresar a Santa Cruz», clamó Picaneray. Este grupo de indígenas está sin dinero, vendieron algunas de sus artesanías para comer y ahora reciben algunos alimentos de pobladores solidarios de San Ignacio de Moxos. La mayoría de estos ayoreos no habla español e intenta hacerse entender mediante señas.