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Sunday 28 Apr 2024 | Actualizado a 19:58 PM

GOBIERNO PROPONE SEIS OPCIONES PARA NEGOCIAR LA VÍA

Diálogo. La reunión entró en un cuarto intermedio hasta este domingo a las 08.00

Por La Razón

/ 4 de septiembre de 2011 / 05:00

Este sábado, seis ministros y otros representantes gubernamentales se reunieron en el Politécnico de la Universidad Autónoma del Beni en San Borja con los delegados de los originarios, que marchan hacia La Paz en defensa del TIPNIS desde el 15 de agosto.

El encuentro estaba fijado para las 10.00, pero se inició a las 11.15. El diálogo versó sobre la construcción del segundo tramo vial y cerca de las 19.00 entró en un cuarto intermedio hasta hoy a las 08.00. Se tratarán los 16 puntos del pliego indígena.

Debido a que en la mañana la comisión gubernamental no tenía equipos para presentar sus alternativas para el tramo, la exposición se realizó en la tarde y estuvo a cargo del gerente de la regional Norte de la Administración Boliviana de Carreteras (ABC), Leonardo Ossio, quien usó una presentación en Power Point.

Alternativas. La primera opción pasa por el núcleo del TIPNIS, en la  segunda, tercera y quinta alternativas el camino estaría cerca del centro. La propuesta cuatro plantea que la vía bordee el parque por la izquierda y la sexta, por la derecha.

Luego de Ossio, la viceministra de Medio Ambiente, Cynthia Silva, explicó con una fotografía cómo sería el tramo II de la vía. Después, los indígenas se quedaron analizando las opciones a puertas cerradas. Pidieron a la prensa salir.

El ministro de la Presidencia, Carlos Romero, catalogó la cita de «muy positiva», ya que quedó claro que «el camino entre Cochabamba y Beni debe ir». Cuando se le consultó si el Gobierno aceptará la decisión tomada por los indígenas, respondió: «Ellos analizarán y corresponde que nos presenten sus puntos de vista, no diría que vamos a restringirnos a escuchar una decisión de ellos», pero se reafirmó en que la propuesta inicial de que el tramo pase por el centro del parque es la posición del Ejecutivo. Se quiere «escuchar los análisis técnicos, hay ONG y asesores con estudios sobre impactos, y estamos dispuestos a que los presenten». La comisión de Gobierno está formada por los ministros Romero, Wálter Delgadillo (Obras Públicas); Teresa Morales (Desarrollo Productivo); Nilda Copa (Justicia); Mabel Monje (Agua y Medio Ambiente); José Gutiérrez (Hidrocarburos); y los viceministros Silva, Isabel Ortega (Justicia Originaria) y Édgar Valeriano (Tierras). Además de autoridades de la ABC, YPFB y ABT.

Impactará 0,03% al TIPNIS

El ministro de la Presidencia, Carlos Romero, dijo que la opción a la que apuesta el Gobierno para construir el tramo II de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos tendría un impacto de 0,03 por ciento en el Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).

De las seis alternativas que fueron expuestas este sábado, el Ejecutivo prefiere la que plantea que la carretera pase por el centro del TIPNIS. Romero dice que ésta es la que menos perjuicio tendría para el área.

«La propuesta que cruza el Isiboro Sécure, de acuerdo al Viceministerio de Medio Ambiente, tiene un impacto directo de 0,03 por ciento con relación a la floresta, entonces más que el tema de los lugares, hay que ver el tema de impactos».

Romero habló con los periodistas luego de que se declaró un cuarto intermedio en el diálogo entre la comisión gubernamental y los indígenas. El encuentro se realiza en el Politécnico de la Universidad Autónoma del Beni José Ballivián.

«Lo que ha presentado el ministro Delgadillo es que la propuesta que tiene menos impacto es esta propuesta, que necesariamente tiene que cruzar por el territorio del Isiboro Sécure», agregó.

En ese sentido, resaltó que hay otras alternativas que si bien no pasan por el centro del parque, traen mayores perjuicios. Por ejemplo, la opción de construir bordeando el TIPNIS «tiene un impacto mayor porque afecta los cauces de ríos y aguas que circundan  el Isiboro Sécure».

Demandas

1.- Rechazo a que el tramo II de la carretera se construya por el TIPNIS.   
2.- La paralización de las actividades hidrocarburíferas en  el parque Aguaragüe.
3.- El Gobierno debe garantizar que territorios indígenas sean respetados en la nueva legislación agraria.   
4.- Reconocimiento al derecho de recibir retribución por compensación de la mitigación de gases (Fondo Verde).
5.- Desarrollo normativo       y el derecho a la consulta.   
6.- Desarrollo productivo, la descentralización a las regiones del oriente, Chaco y Amazonía con asignación de recursos económicos.
7.- Participar en elaboración de Ley de Bosques.
8.- Incorporación de las propuestas indígenas de tierras bajas a la Ley de Áreas Protegidas.
9.- Recursos para implementar la «autonomía indígena».   
10.- Desembolsar recursos para construcción de la Universidad Indígena Boliviana.
11.- Incorporar a los pueblos indígenas como beneficiarios del Seguro Universal de Salud.
12.- Realizar el Censo de Población y Vivienda a la brevedad posible.
13.- Implementar planes de vivienda para los originarios.
14.- Implementar políticas de manejo, protección y conservación para resolver el problema de contaminación del río Pilcomayo.
15.- Cumplimiento del acuerdo de mayo del 2010 con la APG.   
16.- Garantizar el derecho pleno del acceso y uso de la información y la comunicación a los pueblos indígenas.

Sectores de Cochabamba se movilizan por la carretera

Organizaciones sociales de Cochabamba se movilizaron ayer en apoyo a la construcción de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos con el argumento de que el proyecto generará desarrollo e integración para ese departamento y el Beni.

El gobernador de Cochabamba, Edmundo Novillo, dijo que la carretera es vital para el desarrollo de la región, por lo que pidió a los indígenas que marchan desde el 15 de agosto hacia La Paz dialogar con el Gobierno.

«Todas las movilizaciones que se realicen a lo largo de este tiempo respaldando el camino van a ser muy importantes», dijo.

El representante de la Coordinadora de los Movimientos Sociales, Feliciano Vegamonte, explicó que la marcha de ayer refleja la conciencia de las organizaciones que apoyan la construcción de la carretera que, aseguró, permitirá integrar Cochabamba y Beni.

«Nuestros hermanos indígenas, quienes viven en el territorio del TIPNIS también están aquí presentes para decir su pronunciamiento de apoyo a la construcción de la carretera. Hay también ciudadanos de a pie», concluyó.

Los indígenas marcharon más de 120 kilómetros
Los indígenas afiliados a la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano (CIDOB) iniciaron la marcha el lunes 15 de agosto desde la plaza principal de Trinidad (Beni) en rechazo a que la construcción del tramo II de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos atraviese el TIPNIS. Ahora se encuentran en San Borja, tras haber recorrido más de 120  kilómetros.

La carretera tiene respaldo financiero del Brasil
La carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos consta de tres tramos y tiene una longitud de 306 kilómetros. Su construcción demandará una inversión de $us 415 millones, de los cuales     $us 332 millones provienen de un crédito del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil. El Órgano Ejecutivo informó que cada kilómetro costaría $us 1,3  millones.

El Gobierno envió en cinco oportunidades a ministros
Desde que se inició la marcha, el Gobierno envió, sin éxito, cinco comisiones ministeriales para buscar el diálogo con los indígenas. Este sábado, representantes gubernamentales sí consiguieron entablar conversaciones. El Ejecutivo ha denunciado que los  marchistas son financiados por organizaciones y que algunos dirigentes han tenido contacto con la Embajada de EEUU.

La CIDOB denunció la situación en un foro en Brasil
La Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano (CIDOB) denunció internacionalmente el plan del Gobierno de construir la carretera en el TIPNIS. El principal dirigente de la entidad, Adolfo Chávez, informó que una comisión viajó a Brasil en agosto al encuentro de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica, en el que informó de la situación.

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¿EJ en septiembre?

Por La Razón

/ 28 de abril de 2024 / 00:18

Renovadas acciones de amparo y medidas cautelares están paralizando nuevamente y dejan en incertidumbre las Elecciones Judiciales (EJ). Según lo establecido en la ley transitoria, este 5 de mayo debe concluir la fase de preselección de postulantes en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Y el TSE anunció que la votación popular sería en septiembre. Hay duda sobre tales plazos.

Desde hace un año, el proceso electoral para renovar el Órgano Judicial y el Tribunal Constitucional está a la deriva. Según el mandato constitucional, las elecciones debieron realizarse en 2023. Pero políticos y operadores del sistema, en especial del TCP, se encargaron de frenar, congelar y a la postre postergar la elección. Como no se eligieron nuevas autoridades, los actuales magistrados (cuyo mandato ya se cumplió) decidieron autoprorrogarse. Fue como un guion escrito desde el principio para boicotear el proceso.

Como efecto de un bloqueo de caminos realizado en enero, finalmente la bancada oficialista en la Cámara de Diputados viabilizó las truncadas elecciones. Se aprobó entonces una ley de consenso que trazó la ruta, sus fases y los plazos tanto para la preselección a cargo de la ALP como para la votación bajo responsabilidad del TSE. Así, se publicó la convocatoria, se recibieron más de 700 postulaciones, se verificaron requisitos y se resolvieron las inhabilitaciones. Hasta ahí todo conforme a lo previsto.

En medio de la evaluación de méritos, incluida una prueba de conocimientos, varios postulantes inhabilitados por incumplir requisitos activaron demandas en la justicia para la reconsideración de sus casos. Todas esas acciones prosperaron dejando en suspenso el proceso de preselección de postulantes. Y el plazo corre. Luego de calificar los méritos, la Comisión Mixta de la Asamblea debe aprobar su informe, que será la base para la elección, por dos tercios, en sesión plenaria. Queda solo una semana.

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Es evidente que algunos actores políticos y operadores judiciales están empeñados en frenar sin fecha, nuevamente, las elecciones judiciales. Sería desastroso para la institucionalidad en el país en un contexto de alta desconfianza y de crisis. Por ello es sensato que la Comisión Mixta retome el proceso desde mañana. Tampoco sería una buena señal que se amplíen los plazos, ya que ello implica postergar la votación popular (quizás hasta octubre, lo que se superpone con las elecciones primarias).

Todos sabemos que las elecciones judiciales no solucionan la crisis del sistema de administración de justicia, pero al menos implican cumplir la Constitución y evitar que los autoprorrogados continúen degradando aún más el Estado de Derecho con sus decisiones a la carta. Por ello es fundamental que la ALP culmine pronto su trabajo de preselección con voluntad política y madurez democrática. Luego será el turno de la ciudadanía en las urnas. Y seguirá en agenda la cada vez más urgente reforma estructural del sistema.

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Un asunto oscuro

Según la presidenta ejecutiva de YLB, la acusación fue fruto de una investigación técnica realizada a lo largo de dos años

Por La Razón

/ 25 de abril de 2024 / 06:59

La todavía incipiente industria del litio en Bolivia no puede salir de las sombras. Al violento arresto del exministro de Minería y exresponsable de la planta en la región de Lípez en Potosí, Luis Alberto Echazú, se ha sumado, ayer, la muerte del exgerente ejecutivo de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB). El tema se ha politizado y, ahora, judicializado, pero del negocio no hay más que promesas.

Los contornos del caso, la actuación presuntamente arbitraria e irregular de la Fiscalía el lunes, según denuncia del abogado de Echazú, así como las declaraciones de jerarcas y portavoces del ala evista del MAS, hacen pensar en intereses políticos ligados a la sorda pelea por el poder en el partido gobernante antes que en aquellos ligados al efectivo despegue de la industria del litio en el país. El intercambio de acusaciones, con y sin fundamento, en nada ayuda a reactivar el proyecto.

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El tono y el contenido de una “carta abierta” firmada por el exgerente de YLB, Juan Carlos Montenegro, otro de los imputados, antes de morir (incluyendo una última línea en la que pide perdón a sus seres queridos por el “dolor” que les causará “esta mi decisión”), hace pensar en que detrás de la acusación hecha el jueves de la semana pasada por la actual gerente del proyecto y el procurador del Estado, además de la sorprendentemente rápida actuación del Ministerio Público, hay mucho más que la búsqueda de justicia o de castigo a la corrupción.

Según la presidenta ejecutiva de YLB, la acusación fue fruto de una investigación técnica realizada a lo largo de dos años, asunto del cual ni ella ni su antecesor habían dicho nada anteriormente. Al ser conducido a celdas policiales, el exministro, ahora en detención domiciliaria, afirmó que “el Gobierno quiere ocultar tres años y medio” de parálisis en el que debería ser el proyecto más importante del Estado Plurinacional en los últimos años.

Coincidiendo con la denuncia de YLB contra exfuncionarios de la institución, el mismo día, el Presidente del Estado acusó a “potencias mundiales” y un “país vecino” de pretender controlar los recursos naturales del país, especialmente el litio, bloqueando las exportaciones y excluyendo a Bolivia en procesos estratégicos de comunicación. A la luz de lo sucedido en los últimos años, es evidente que el principal obstáculo está en el Estado y no fuera de las fronteras.

Mientras Chile se abre a las inversiones de riesgo compartido y se propone recuperar el sitial de primer exportador de litio en el mundo en los próximos dos años, y el presidente de Argentina busca entregar las reservas de su país a las transnacionales del sector, Bolivia todavía no ha mostrado cuál es su estrategia de industrialización y comercialización del preciado mineral, al extremo que ni siquiera ha transparentado los acuerdos (no contratos) que tiene con empresas chinas y rusas. Así, es imposible tener optimismo en el futuro del litio.

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Ley ‘antihombres’

Los datos son innegables y terribles: la violencia contra las mujeres, lejos de disminuir, persiste e incluso aumenta.

Por La Razón

/ 21 de abril de 2024 / 00:27

La penosa declaración del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, en sentido de que la Ley 348 es una ley “antihombres” (sic), puso en agenda la cuestión irresuelta de la violencia contra las mujeres. Rodríguez recibió fuertes críticas, pero también adhesiones. Lo preocupante es que fomenta a grupos antiderechos y pone en riesgo una norma que protege a las mujeres.

 La ley integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia (Ley 348) fue promulgada por el presidente Morales en marzo de 2013. Su objeto es establecer mecanismos, medidas y políticas integrales de prevención, atención, protección y reparación a las mujeres en situación de violencia, así como la persecución y sanción a los agresores. Se trata de una ley avanzada, resultado de muchos años de lucha de las mujeres por sus derechos en una sociedad patriarcal y machista como la boliviana.

En 11 años de vigencia, la Ley 348 permitió el registro de centenas de miles de denuncias de violencia contra mujeres en el país. Según datos del Observatorio de Género de la Coordinadora de la Mujer, el año pasado hubo casi 52.000 denuncias. Los casos de violencia familiar o doméstica, que son la mayoría, se incrementaron en 193% entre 2013 y 2023. Cada día, en promedio, hay 142 denuncias de violencia contra mujeres, 30 agresiones sexuales, 104 embarazos de niñas y adolescentes. En 2023 se registraron 81 feminicidios.

Los datos son innegables y terribles: la violencia contra las mujeres, lejos de disminuir, persiste e incluso aumenta. Por ello son deplorables afirmaciones tan ligeras como que la Ley 348 es una “ley antihombres” o, peor, que “la violencia no tiene género”. Si bien existen acusaciones falsas contra hombres, e incluso detenciones arbitrarias presumiendo culpabilidad, ello no atenúa ni menos niega la abrumadora evidencia de que las mujeres son las victimas sistemáticas de actos de violencia en todas sus formas.

En su capítulo de derechos fundamentales, la Constitución señala con claridad que “todas las personas, en particular las mujeres, tienen derecho a no sufrir violencia física, sexual y psicológica”. Y establece que el Estado tiene la obligación de adoptar las medidas necesarias para prevenir, eliminar y sancionar la violencia de género.

Con ese mandato constitucional, la Ley 348 define mecanismos para proteger a las mujeres. Y traza la ruta para la denuncia, persecución y sanción penal de los agresores.

Es evidente que se requiere una reforma normativa y hay valiosas propuestas para el efecto. Pero sobre todo fallan los operadores del sistema judicial. Claro que debe evitarse que haya hombres inocentes en prisión, pero sobre todo que los feminicidas y violentos estén libres. Las polémicas palabras del presidente del Senado tendrían que servir para debatir el tema, mejorar la ley, garantizar en serio para las mujeres una vida libre de violencia y frenar las muy peligrosas campañas antiderechos.

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Un vecino conflictivo

El gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo

Por La Razón

/ 18 de abril de 2024 / 07:06

Días atrás, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, informó que había decidido reforzar la seguridad en la frontera con Bolivia debido a la supuesta presencia de cientos de militares iraníes en el país. La respuesta de la Cancillería boliviana fue tan rápida como mesurada, en evidente contraste con el tono que está adoptando el gobierno de Javier Milei.

Desde el inicio, la presidencia de Javier Milei ha sido notable no solo por sus políticas internas de shock, sino también por su manejo de las relaciones internacionales, especialmente con países latinoamericanos de gobiernos considerados izquierdistas. Sus controversiales interacciones con líderes regionales han generado un amplio debate sobre las estrategias diplomáticas y sus implicaciones tanto a nivel regional como doméstico.

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Primero, el intercambio de insultos con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, provocó una rápida escalada de tensiones que afortunadamente no pasaron a más. Milei respondió a las críticas de López Obrador, quien había tildado a Milei de “facho conservador”, con términos igualmente duros, exacerbando las fricciones bilaterales. Este tipo de diplomacia de confrontación no solo socava las relaciones tradicionalmente cordiales entre Argentina y México, sino que también plantea preguntas sobre la estabilidad regional.

Por otra parte, las relaciones con Colombia se tensaron significativamente después de que Milei llamara al presidente Gustavo Petro «comunista asesino». Esta declaración provocó una pronta respuesta diplomática de Colombia, incluyendo el llamado de su embajador en Buenos Aires, lo cual subraya la seriedad del conflicto y el impacto en las relaciones diplomáticas; por ahora las relaciones entre ambos países están normalizándose y los respectivos embajadores han regresado a sus funciones.

Asimismo, la afirmación de la ministra Bullrich sobre la presunta presencia de militares iraníes en Bolivia añadió más leña al fuego, mostrando una tendencia hacia declaraciones provocativas que pueden tener serias repercusiones diplomáticas y de seguridad. Algo similar había ocurrido poco antes, cuando el presidente Milei afirmó que el gobierno de Chile iba a llevar a ese país a la pobreza por adoptar políticas socialistas. En ambos casos la respuesta fue pronta, mesurada y contundente.

En el frente interno, estas controversias internacionales parecen servir como una cortina de humo para desviar la atención de los problemas económicos graves que enfrenta Argentina, como la inflación y el estancamiento económico. Al centrarse en conflictos externos, el gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo, mientras posterga o minimiza la discusión sobre la necesidad de reformas económicas internas profundas.

Es posible que las tácticas de confrontación de Milei tengan un atractivo político inmediato entre ciertos sectores en Argentina que le son afines, pero los riesgos asociados a alienar a países vecinos y potenciales socios comerciales son altos, especialmente en el mediano y largo plazos, cuando el polémico mandatario ya no esté en funciones.

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Los medios en cuestión

Por La Razón

/ 14 de abril de 2024 / 00:20

El reciente estudio Delphi de la Fundación Friedrich Ebert (FES-Bolivia), realizado con líderes de todo el país, revela datos delicados respecto a los medios de comunicación y su desempeño. Además de una baja confianza, se percibe a los medios como promotores del conflicto y como actores políticos que informan en función a su agenda e intereses. La evaluación es crítica.

Hubo un tiempo en que los medios de comunicación y periodistas, en general, estaban en la cima de la confianza ciudadana. Junto con la Iglesia Católica, tenían muy alta legitimidad. Hoy es diferente: en la Delphi de la FES, solo el 7% tiene una confianza alta o muy alta en los medios. Para el 39% es regular. Y un mayoritario 54% confía poco o nada. Estos datos debieran preocuparnos. Si bien estamos mejor que otras entidades, la confianza es un bien preciado que los medios debemos recuperar y preservar.

En un contexto en que los medios digitales y las redes sociales tienden a desplazar a los medios de comunicación tradicionales como principal fuente de información, es necesario hacer un examen acerca de nuestro desempeño. ¿Cómo nos evalúan los líderes? Más de dos tercios, nada menos, sostienen que los medios informan en función a su propia agenda e intereses. Si sumamos el 13,5% que nos perciben como manipuladores, el saldo es muy negativo. Solo un marginal 7% cree que los medios informan con veracidad.

La baja confianza en los medios y la percepción de que informan más pensando en ellos mismos que en la sociedad, quizás se explican, entre otros factores, porque varios operadores mediáticos están polarizados y alientan la polarización. Lo vimos como tragedia en la crisis de 2019, cuando algunos medios y periodistas avalaron y hasta justificaron las masacres. Ello se reafirma en la Delphi: 86% de los líderes consultados sostienen que los medios promueven enfrentamientos y conflictos en el país.

Por si fuera poco, en estas percepciones reveladoras de la situación del campo mediático en Bolivia, casi nueve de cada 10 participantes en el estudio de la FES están de acuerdo con la afirmación de que los medios actúan como si fuesen actores políticos. Es tremendo. Para los liderazgos, la esencia de los medios se está perdiendo. En su balance, varios medios y periodistas están más cerca de la acción política que de la labor informativa. Eso, por supuesto, va en desmedro del periodismo.

Los estudios de percepción cualitativa y de opinión pública expresan tendencias generales en momentos determinados. Son útiles para la reflexión y el análisis. Y contribuyen a la autocrítica. Pero hay diferencias. Más allá de las percepciones aquí descritas, es meritorio el trabajo de medios que persisten en el empeño de cuidar y cultivar cada día los derechos a la comunicación e información. Como diario nos situamos en ese camino reafirmando nuestro compromiso con el libre ejercicio del oficio periodístico.

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