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Tuesday 23 Apr 2024 | Actualizado a 02:57 AM

La marcha indígena parte fortalecida y la tensión se concentra en Yucumo

Los colonizadores que cuestionan la protesta indígena ponen condiciones para levantar el bloqueo. Un contingente de policías partió a la zona para evitar enfrentamientos

Por La Razón

/ 8 de septiembre de 2011 / 05:00

La marcha se reanuda  a las 06.00 y, como estrategia, la dirigencia indígena decidió que esté dividida en tres bloques: el primero compuesto por las mujeres, el segundo por niños y el último por varones. La próxima meta es la comunidad beniana de La Embocada, a 25 kilómetros de San Borja.

25 kilómetros más allá, en Yucumo, continúa el bloqueo de colonizadores que cuestionan la movilización indígena y que decidieron poner cinco condiciones para levantar la protesta, entre ellas que no exista una consulta sobre el tramo carretero en cuestión y que éste se construya, que los indígenas no se opongan a la explotación hidrocarburífera y el abandono de los asentamientos humanos en tierras fiscales.

PLIEGO. En todos los casos, estas condiciones van en contra del pliego de 16 puntos de los marchistas, quienes anticiparon que continuarán su caminata con destino a La Paz pese al bloqueo. Sus dirigentes se anticiparon en advertir que un eventual enfrentamiento en la ruta será responsabilidad del Gobierno. Ante el incremento de la tensión en Yucumo, un contingente de policías partió ayer rumbo a esa zona.

«Seguimos con el bloqueo, porque pedimos diálogo entre el Gobierno y los hermanos indígenas», declaró en el lugar el dirigente de los colonizadores, Adrián Lovera.

Dirigentes indígenas y colonizadores se reunieron ayer en La Embocada en busca de un acuerdo de no agresión para evitar enfrentamientos entre ambos sectores cuando la marcha pase por el lugar del bloqueo. «Hubo un cuarto intermedio, sin hora, pero nosotros descartamos que haya confrontación», afirmó Lovera.

La presidenta del Comité de Marcha, Jenny Suárez, recordó que la protesta comenzó con 1.500 marchistas y ahora «se sumaron más compañeros; en total somos 2.325. Estamos fortalecidos y unidos para la defensa de nuestros pueblos». Luego prosiguió con su tarea de empacar sus pocas pertenencias para reanudar hoy la columna.   

Con una fogata al medio del campamento, los otros marchistas alistaban sus prendas, escuchando de fondo la canción Coraje, que el cantautor boliviano  Luis Rico compuso durante la marcha indígena de 1990.

META. Ángela Noé (30), quien continúa llorando por la muerte de su hijo de ocho meses por una infección contraída en la marcha, llenaba dos bolsas. «Es la ropa de mis niños. Seguiremos con la marcha y llegaremos a La Paz con más fortaleza», anunció decidida.

El presidente de la Asamblea del Pueblo Guaraní, Celso Padilla, señaló que la marcha se reanudará en la plaza central de San Borja. «Queremos agradecer el apoyo de este pueblo. Nos ayudaron mucho y como símbolo de agradecimiento saldremos del punto central de San Borja».

El vicepresidente de la subcentral del TIPNIS, Fernando Vargas, dijo que la pausa en San Borja sirvió para «recargar pilas» y para dar una oportunidad al diálogo, que al final no prosperó.

El Gobierno, que instaló una comisión ministerial en San Borja desde el 1 de septiembre, expuso durante tres jornadas de diálogo seis alternativas para la construcción de la vía, pero ninguna de ellas fue aceptada por los marchistas.

Ayer, el Gobierno envió otra propuesta escrita, pero los marchistas se negaron a responderla porque exigen un diálogo con el mandatario Evo Morales.

Indígenas denuncian abusos de bloqueadores

El dirigente del Consejo Nacional de Markas y Ayllus del Qullasuyu (Conamaq), Rafael Quispe, denunció ayer a la red Erbol que los colonizadores que bloquean la carretera a Yucumo cometen abusos contra los sospechosos de apoyar la marcha indígena que se dirige hasta esa región.

«Aproximadamente unas 10 autoridades de Mama T’allas y Tata Mallkus estaban viniendo a sumarse a la marcha y fueron interceptados (por colonizadores), varios de ellos lograron escapar pero tres fueron retenidos por una hora. En ese paso les registraron sus bultos y les decomisaron pito, coca, maíz, libretas de apuntes, credenciales, resoluciones y tarjetas; no solamente están revisando a los indígenas, sino a todos los que están pasando hacia Trinidad», sostuvo en contacto telefónico con la radioemisora.

El secretario ejecutivo de la Federación de Colonizadores de las Comunidades Interculturales de Yucumo, Adriano Lovera, rechazó las acusaciones de Quispe, pero sí reconoció que sus afiliados están realizando control a los viajeros.

Dirigentes rechazan otra propuesta

El ministro de la Presidencia, Carlos Romero, denunció ayer que los dirigentes de la VIII Marcha Indígena rechazaron este miércoles recibir una propuesta de preacuerdo diseñada por el Gobierno para buscar una salida al conflicto por la construcción del tramo II de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos.

«Esta comunicación ha sido enviada al campamento, sin embargo, de manera desconsiderada, ha sido devuelta sin siquiera recepcionarla. Nos dijeron que se ha roto cualquier comunicación con el Gobierno, incluyendo el envío de notas escritas», protestó Romero durante una conferencia de prensa en San Borja, donde ayer permanecían los marchistas.

La propuesta del Ejecutivo que ayer fue rechazada incluye, entre otros temas, la instalación de mesas de diálogo para tratar el pliego de 16 puntos de los indígenas, la presentación de anteproyectos de ley para evitar asentamientos en el TIPNIS y la suspensión de la marcha.

Con el antecedente del rechazo, la autoridad afirmó que la dirigencia del sector indígena «nunca» quiso el diálogo. «No hubo un diálogo sincero, ellos siempre fingieron con el diálogo», protestó.

Al respecto, el dirigente del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq), Rafael Quispe, confirmó que la marcha indígena ya no recibirá más comunicaciones del Gobierno. «Por eso continuaremos la marcha», sostuvo.

Romero indicó que la comisión gubernamental encargada del caso se quedará en San Borja para intentar reanudar el diálogo. 

Llorenti acusa a la CIDOB de recibir dinero de una ONG

El ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, develó en rueda de prensa que Adolfo Chávez y otros dirigentes de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), sin que sepan las bases, recibieron $us 130 mil de la Red Fondo Verde.

«Tenemos más información en sentido de que la CIDOB, presidida por Adolfo Chávez, recibió decenas de miles de dólares de la cooperación, en el marco de la aplicación de la Red Fondo Verde, a través de la cual los países capitalistas o industrializados ofrecen pagar compensaciones económicas por sus agresiones a la naturaleza», explicó a los periodistas.

El ministro Llorenti recordó que la Red Fondo Verde es la política de los países capitalistas para tratar de pagar algún tipo de bono, como compensación por la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero.

Afirmó que, según un informe, la CIDOB ejecutó $us 130 mil a través de proyectos vinculados a ese tipo de políticas, pero remarcó que no se sabe si las bases están enteradas de la ejecución de esos recursos.

En ese marco, dijo que «están convencidos de que en la marcha, no las bases, sino algunos dirigentes están contaminados con intereses ajenos a los objetivos de sus propias organizaciones, como las ONG y los vínculos» con Estados Unidos.

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Ley ‘antihombres’

Los datos son innegables y terribles: la violencia contra las mujeres, lejos de disminuir, persiste e incluso aumenta.

Por La Razón

/ 21 de abril de 2024 / 00:27

La penosa declaración del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, en sentido de que la Ley 348 es una ley “antihombres” (sic), puso en agenda la cuestión irresuelta de la violencia contra las mujeres. Rodríguez recibió fuertes críticas, pero también adhesiones. Lo preocupante es que fomenta a grupos antiderechos y pone en riesgo una norma que protege a las mujeres.

 La ley integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia (Ley 348) fue promulgada por el presidente Morales en marzo de 2013. Su objeto es establecer mecanismos, medidas y políticas integrales de prevención, atención, protección y reparación a las mujeres en situación de violencia, así como la persecución y sanción a los agresores. Se trata de una ley avanzada, resultado de muchos años de lucha de las mujeres por sus derechos en una sociedad patriarcal y machista como la boliviana.

En 11 años de vigencia, la Ley 348 permitió el registro de centenas de miles de denuncias de violencia contra mujeres en el país. Según datos del Observatorio de Género de la Coordinadora de la Mujer, el año pasado hubo casi 52.000 denuncias. Los casos de violencia familiar o doméstica, que son la mayoría, se incrementaron en 193% entre 2013 y 2023. Cada día, en promedio, hay 142 denuncias de violencia contra mujeres, 30 agresiones sexuales, 104 embarazos de niñas y adolescentes. En 2023 se registraron 81 feminicidios.

Los datos son innegables y terribles: la violencia contra las mujeres, lejos de disminuir, persiste e incluso aumenta. Por ello son deplorables afirmaciones tan ligeras como que la Ley 348 es una “ley antihombres” o, peor, que “la violencia no tiene género”. Si bien existen acusaciones falsas contra hombres, e incluso detenciones arbitrarias presumiendo culpabilidad, ello no atenúa ni menos niega la abrumadora evidencia de que las mujeres son las victimas sistemáticas de actos de violencia en todas sus formas.

En su capítulo de derechos fundamentales, la Constitución señala con claridad que “todas las personas, en particular las mujeres, tienen derecho a no sufrir violencia física, sexual y psicológica”. Y establece que el Estado tiene la obligación de adoptar las medidas necesarias para prevenir, eliminar y sancionar la violencia de género.

Con ese mandato constitucional, la Ley 348 define mecanismos para proteger a las mujeres. Y traza la ruta para la denuncia, persecución y sanción penal de los agresores.

Es evidente que se requiere una reforma normativa y hay valiosas propuestas para el efecto. Pero sobre todo fallan los operadores del sistema judicial. Claro que debe evitarse que haya hombres inocentes en prisión, pero sobre todo que los feminicidas y violentos estén libres. Las polémicas palabras del presidente del Senado tendrían que servir para debatir el tema, mejorar la ley, garantizar en serio para las mujeres una vida libre de violencia y frenar las muy peligrosas campañas antiderechos.

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Un vecino conflictivo

El gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo

Por La Razón

/ 18 de abril de 2024 / 07:06

Días atrás, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, informó que había decidido reforzar la seguridad en la frontera con Bolivia debido a la supuesta presencia de cientos de militares iraníes en el país. La respuesta de la Cancillería boliviana fue tan rápida como mesurada, en evidente contraste con el tono que está adoptando el gobierno de Javier Milei.

Desde el inicio, la presidencia de Javier Milei ha sido notable no solo por sus políticas internas de shock, sino también por su manejo de las relaciones internacionales, especialmente con países latinoamericanos de gobiernos considerados izquierdistas. Sus controversiales interacciones con líderes regionales han generado un amplio debate sobre las estrategias diplomáticas y sus implicaciones tanto a nivel regional como doméstico.

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Primero, el intercambio de insultos con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, provocó una rápida escalada de tensiones que afortunadamente no pasaron a más. Milei respondió a las críticas de López Obrador, quien había tildado a Milei de “facho conservador”, con términos igualmente duros, exacerbando las fricciones bilaterales. Este tipo de diplomacia de confrontación no solo socava las relaciones tradicionalmente cordiales entre Argentina y México, sino que también plantea preguntas sobre la estabilidad regional.

Por otra parte, las relaciones con Colombia se tensaron significativamente después de que Milei llamara al presidente Gustavo Petro «comunista asesino». Esta declaración provocó una pronta respuesta diplomática de Colombia, incluyendo el llamado de su embajador en Buenos Aires, lo cual subraya la seriedad del conflicto y el impacto en las relaciones diplomáticas; por ahora las relaciones entre ambos países están normalizándose y los respectivos embajadores han regresado a sus funciones.

Asimismo, la afirmación de la ministra Bullrich sobre la presunta presencia de militares iraníes en Bolivia añadió más leña al fuego, mostrando una tendencia hacia declaraciones provocativas que pueden tener serias repercusiones diplomáticas y de seguridad. Algo similar había ocurrido poco antes, cuando el presidente Milei afirmó que el gobierno de Chile iba a llevar a ese país a la pobreza por adoptar políticas socialistas. En ambos casos la respuesta fue pronta, mesurada y contundente.

En el frente interno, estas controversias internacionales parecen servir como una cortina de humo para desviar la atención de los problemas económicos graves que enfrenta Argentina, como la inflación y el estancamiento económico. Al centrarse en conflictos externos, el gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo, mientras posterga o minimiza la discusión sobre la necesidad de reformas económicas internas profundas.

Es posible que las tácticas de confrontación de Milei tengan un atractivo político inmediato entre ciertos sectores en Argentina que le son afines, pero los riesgos asociados a alienar a países vecinos y potenciales socios comerciales son altos, especialmente en el mediano y largo plazos, cuando el polémico mandatario ya no esté en funciones.

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Los medios en cuestión

Por La Razón

/ 14 de abril de 2024 / 00:20

El reciente estudio Delphi de la Fundación Friedrich Ebert (FES-Bolivia), realizado con líderes de todo el país, revela datos delicados respecto a los medios de comunicación y su desempeño. Además de una baja confianza, se percibe a los medios como promotores del conflicto y como actores políticos que informan en función a su agenda e intereses. La evaluación es crítica.

Hubo un tiempo en que los medios de comunicación y periodistas, en general, estaban en la cima de la confianza ciudadana. Junto con la Iglesia Católica, tenían muy alta legitimidad. Hoy es diferente: en la Delphi de la FES, solo el 7% tiene una confianza alta o muy alta en los medios. Para el 39% es regular. Y un mayoritario 54% confía poco o nada. Estos datos debieran preocuparnos. Si bien estamos mejor que otras entidades, la confianza es un bien preciado que los medios debemos recuperar y preservar.

En un contexto en que los medios digitales y las redes sociales tienden a desplazar a los medios de comunicación tradicionales como principal fuente de información, es necesario hacer un examen acerca de nuestro desempeño. ¿Cómo nos evalúan los líderes? Más de dos tercios, nada menos, sostienen que los medios informan en función a su propia agenda e intereses. Si sumamos el 13,5% que nos perciben como manipuladores, el saldo es muy negativo. Solo un marginal 7% cree que los medios informan con veracidad.

La baja confianza en los medios y la percepción de que informan más pensando en ellos mismos que en la sociedad, quizás se explican, entre otros factores, porque varios operadores mediáticos están polarizados y alientan la polarización. Lo vimos como tragedia en la crisis de 2019, cuando algunos medios y periodistas avalaron y hasta justificaron las masacres. Ello se reafirma en la Delphi: 86% de los líderes consultados sostienen que los medios promueven enfrentamientos y conflictos en el país.

Por si fuera poco, en estas percepciones reveladoras de la situación del campo mediático en Bolivia, casi nueve de cada 10 participantes en el estudio de la FES están de acuerdo con la afirmación de que los medios actúan como si fuesen actores políticos. Es tremendo. Para los liderazgos, la esencia de los medios se está perdiendo. En su balance, varios medios y periodistas están más cerca de la acción política que de la labor informativa. Eso, por supuesto, va en desmedro del periodismo.

Los estudios de percepción cualitativa y de opinión pública expresan tendencias generales en momentos determinados. Son útiles para la reflexión y el análisis. Y contribuyen a la autocrítica. Pero hay diferencias. Más allá de las percepciones aquí descritas, es meritorio el trabajo de medios que persisten en el empeño de cuidar y cultivar cada día los derechos a la comunicación e información. Como diario nos situamos en ese camino reafirmando nuestro compromiso con el libre ejercicio del oficio periodístico.

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Un impasse inédito

El camino hacia la resolución de este conflicto debe estar pavimentado con el respeto a las leyes internacionales

Por La Razón

/ 11 de abril de 2024 / 06:33

Aunque se afirma que no es la primera vez que ocurre en la historia reciente, lo sucedido en Quito la noche del viernes al sábado, cuando la Policía irrumpió en la Embajada de México ante Ecuador, representa mucho más que un escándalo diplomático y ha puesto al país andino en un impasse del cual será muy difícil salir, mucho más debido a la hasta ahora arrogante posición de su gobierno.

El conflicto diplomático entre México y Ecuador, cuyo antecedente inmediato fue la declaración de persona no grata a la embajadora mexicana, que luego dio paso al secuestro y encarcelamiento del exvicepresidente Jorge Glas, que acababa de recibir el estatus de refugiado político (pese a haber sido condenado por delitos comunes años atrás), ha escalado hasta alcanzar los estrados de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), donde México ha presentado una demanda buscando justicia y el respeto a las normas internacionales.

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La decisión de México de acudir a la CIJ y la convocatoria a sesiones extraordinarias de la Organización de Estados Americanos (OEA) los días martes y miércoles reflejan la gravedad de la situación y la necesidad de un marco de acción que respete los principios fundamentales de la diplomacia y el derecho internacional. Estos foros ofrecen una oportunidad invaluable para abordar el conflicto de manera constructiva, poniendo en primer plano la necesidad de soluciones pacíficas y el diálogo basado en el respeto mutuo, razón por la cual la demanda ecuatoriana de revisar los tratados internacionales es poco prudente.

En estas circunstancias, la comunidad internacional, así como los organismos regionales y multilaterales, deben actuar como mediadores para facilitar una resolución que respete las normas internacionales y promueva la estabilidad regional. Según expertos en la materia, la mediación debe enfocarse en la reconciliación y buscar una solución que permita a ambas partes superar el impasse, manteniendo la integridad de los tratados internacionales como guía.

Este conflicto sirve para poner en relieve la importancia de adherirse a los principios del derecho internacional no solo como un fin en sí mismo, sino como un medio para asegurar la paz, la seguridad y el respeto entre las naciones. La resolución de este caso podría sentar un precedente importante para el manejo de futuras disputas diplomáticas y reafirmar el valor de las convenciones internacionales como pilares de las relaciones entre Estados.

El camino hacia la resolución de este conflicto debe estar pavimentado con el respeto a las leyes internacionales y el compromiso con el diálogo y la negociación. Es imperativo que México y Ecuador, con el apoyo de la comunidad internacional y organismos como la OEA, encuentren una salida basada en el entendimiento mutuo y el respeto a los tratados que han guiado las relaciones diplomáticas durante décadas. Este enfoque no solo resolverá el impasse actual de manera justa, sino que también fortalecerá el sistema internacional basado en reglas, crucial para la coexistencia pacífica entre naciones.

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Cuidar al TSE

Por La Razón

/ 7 de abril de 2024 / 04:10

La designación, por parte del presidente Arce, de un nuevo vocal del TSE, reactivó el debate político sobre la institucionalidad electoral, la narrativa anticipada de “fraude” y el papel de las autoridades. Es un capítulo más de la disputa interna en el MAS-IPSP y en la oposición. Es fundamental asegurar la integridad y fortaleza del TSE de cara al próximo ciclo electoral.

 La Constitución establece que el TSE está compuesto por siete vocales: seis elegidos por la ALP y uno designado por el presidente del Estado. En abril de 2021, el presidente Arce designó a la vocal Dina Chuquimia tras la renuncia de Salvador Romero, quien había sido designado por la presidenta de facto Áñez. El pasado jueves, de manera intempestiva, Arce nombró a Gustavo Ávila como nuevo vocal del TSE en reemplazo de Chuquimia. El hecho generó recelo político y una polémica inconducente.

La atribución presidencial para designar a un nuevo vocal electoral está clara, salvo que no puede destituir a un vocal en ejercicio como si fuese, por ejemplo, un ministro de su gabinete. En este caso, la designación de Ávila debió estar precedida por la renuncia de la hoy exvocal Chuquimia o el cumplimiento de su mandato (seis años). No ocurrió así. Y no es la primera vez. En junio de 2021, el presidente Arce destituyó por decreto y sustituyó a seis vocales departamentales designados por Áñez.

Más allá de la legalidad en cuestión, el problema es que se daña la autonomía de la institucionalidad electoral. Y eso es crítico como señal, peor todavía cuando nos acercamos a unas elecciones generales complejas y muy marcadas por la división en el partido oficialista y la fragmentación opositora. Del otro lado, es deplorable la forma ligera e irresponsable, en este caso desde la facción evista y Comunidad Ciudadana, en que se lanzan sospechas de “fraude” y se descalifica por anticipado a las personas.

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Sin esperar un día de su mandato como autoridad, se etiquetó al vocal Ávila como “operador” (de la “proscripción” del MAS, del “fraude”, de la inhabilitación de Evo). Se descalifica así a un profesional de amplia experiencia y trayectoria en materia electoral, que desempeñó varios cargos en el Tribunal Electoral de Tarija hasta ocupar su presidencia, y que hoy puede ser un valioso integrante del TSE y reforzar su Sala Plena. Esas denigraciones precoces también dañan, y mucho, al organismo electoral.

En un contexto marcado por la polarización, una elevada desconfianza en las instituciones e incertidumbre sobre el próximo ciclo electoral, empezando por las elecciones primarias, es fundamental que todos los actores relevantes, en especial los políticos, asuman con altura la necesidad de cuidar y fortalecer al TSE. La integridad y autonomía del árbitro, así como el respeto a la voluntad ciudadana expresada en las urnas, son imprescindibles para garantizar la integridad de las elecciones y preservar la democracia.  

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