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Saturday 27 Apr 2024 | Actualizado a 16:52 PM

UE observa denuncia de Convención de Viena

Christian Leffler - El Director para las Américas del Servicio de Acción Exterior de la Unión Europea llegó al país para evaluar con el Gobierno las perspectivas de la cooperación europea. Hizo un espacio en su agenda para atender a este medio, justamente un día antes de reunirse con las autoridades bolivianas.

Por La Razón

/ 10 de septiembre de 2011 / 05:00

Christian Leffler – El Director para las Américas del Servicio de Acción Exterior de la Unión Europea llegó al país para evaluar con el Gobierno las perspectivas de la cooperación europea. Hizo un espacio en su agenda para atender a este medio, justamente un día antes de reunirse con las autoridades bolivianas, y habló, entre otras cosas, sobre la protesta que presentó Bolivia al artículo 49 de la Convención de Viena de 1961, referido al tratamiento que se da a la hoja de coca.

— ¿Cuál el estado de la relación Bolivia-Unión Europea?
— Somos socios desde hace muchos años. Tenemos una cooperación bien estabilizada. Bolivia es el país en América Latina con el que tenemos la cooperación al desarrollo, el apoyo financiero, más grande del continente. En la actual programación de cooperación multianual, del 2007 al 2013, Bolivia se beneficia de más o menos 250 millones de euros (Bs 2.385.000.000)  y eso algo bastante importante. Esa es la cooperación programada para apoyar estrategias nacionales de desarrollo en varios sectores. Pero además hay también una especial en el ámbito de la seguridad alimentaria, de 120 millones de euros adicionales; entonces estamos hablando de más o menos 370 millones (Bs 3.529.800.000) de cooperación. Es una cooperación que se aplica en estrategias nacionales y prioridades nacionales, nosotros no estamos aquí para decirle al Gobierno o al pueblo boliviano qué hacer,.
— Justamente el Gobierno ha identificado el tema de la seguridad alimentaria como una prioridad. ¿Qué proyectos se encara con el apoyo de la UE?
— Tenemos un apoyo a la política sectorial de seguridad alimentaria que incluye unos 120 millones de euros, es decir más de 1.000 millones de bolivianos. Estos últimos años hemos podido apoyar al Ministerio de Desarrollo Rural en la producción de  semillas, en infraestructura, en todo lo que es apoyo a la seguridad alimentaria, enfocada sobre todo a las áreas más vulnerables.
— ¿Cómo ven en Europa el conflicto que existe en el país debido a la construcción de una carretera que pasa por un parque natural y a la que se oponen los indígenas?
— Intentamos comprender más esta evolución interna. Que haya un debate es normal y es bueno, ese es el discurso democrático en una sociedad, para clarificar y priorizar los proyectos nacionales. Es claro que aquí hay situaciones a clarificar y también para nosotros hay sectores sensibles, pero son principalmente cuestiones que hay que arreglar entre bolivianos. Nosotros trabajamos con las autoridades bolivianas para  mejorar la estructura de gobierno desde hace unos años, a fin de generar  la posibilidad de que todas las partes bolivianas contribuyan a la definición del proyecto nacional.
— Con motivo del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, la Alta Representante de la UE, Catherine Ashton, dijo que se deben respetar convenios como el 169 de la Organización Internacional del Trabajo. ¿Esto se aplica para todos los casos?
— Sí, claro. Esta convención de la OIT, es algo que se aplica en Europa también y hay varios países de la UE que también tienen desafíos en ese sentido y  nosotros, como somos casi multilateralistas genéticos, estamos siempre a favor de soluciones y progresos a nivel multilateral. Cuando hay una convención que se ha negociado, que ha llegado para todos, para nosotros ese es el marco que debe ser el punto de referencia para los países y para la legislación nacional. Por eso trabajamos en muchos países de América Latina con los gobiernos, para ver cómo pueden traducirse en leyes nacionales y en prácticas nacionales las intenciones y disposiciones de esta convención de la OIT.
— ¿Y cómo se interpreta la consulta definida en esta convención? ¿Es vinculante?
— Debe haber consultas y estructuras de consulta para permitir a las poblaciones indígenas expresarse sobre todos los proyectos que puedan afectarles, y ese es el principio de base. Eso puede hacerse de varias maneras, pero la esencial es construir estructuras que permitan un diálogo, que permitan una consulta formal antes de la toma final de decisiones sobre proyectos que afectan a las poblaciones indígenas.
— En la línea que siguieron Perú y Colombia y ahora continúa Ecuador, Bolivia ha expresado su interés de concretar un acuerdo comercial con la UE. ¿En qué anda este proyecto?
— Ese es un tema a discutir con el Gobierno en el alto nivel. Nosotros hemos propuesto a todos los países del Pacto Andino, hace unos años, hacer una cuenta de asociación. En esa época no había consenso entre los miembros del Pacto Andino y por eso que avanzamos con Colombia y Perú con un acuerdo de libre comercio acompañado con otro acuerdo de diálogo y cooperación política. Es verdad que ahora estamos en discusiones avanzadas con Ecuador para ver si puede empezar también la negociación para hacer un acuerdo similar, vamos a ver, hemos discutido ya y con Bolivia continuamos. Ahora queremos comprender con más claridad lo que busca Bolivia, cómo podría integrarse en un contexto regional, de que sea un solo acuerdo o múltiples , pero para hacer también sinergias entre los acuerdos, ayudar en una cooperación más estrecha entre los países andinos.
— ¿Qué es lo que dificulta el avance de esta negociación?
— En parte una cuestión de recursos, recursos humanos y otros para hacer el trabajo. También debemos identificar muy precisamente cuáles son los intereses de parte del otro, cuál será la estructura. Claro que en el caso de Bolivia, como país en desarrollo, con un nivel ahora no muy alto en comparación con otros países de la región, la UE ya le ha otorgado ventajas, posibilidades de exportar a Europa, por ejemplo, en condiciones muy ventajosas. Entonces hay que ver cuáles son las ventajas, además de un acuerdo.
— En un anterior informe sobre la situación del Sistema de Preferencias Generalizadas (SPG) con la UE se identificó que Bolivia aprovechaba escasamente este sistema. ¿La situación ha mejorado?
— Bolivia está utilizando el sistema de preferencias y se queda en ese sistema de preferencias. Hay el sistema general y hay el SPG y también el SPG Plus y de eso también Bolivia se beneficia, se beneficia de sus ventajas demás, pero eso está vinculado con acciones de los países beneficiarios en ámbitos multilaterales y en el contexto de varias convenciones multilaterales. Y la salida de Bolivia de la Convención de la ONU  de 1961 sobre la lucha contra las drogas puede ser un problema. Trabajamos con los ministerios bolivianos para resolver esta cuestión a fin de que Bolivia pueda continuar beneficiándose, como hoy, de todos los privilegios comerciales con la UE.
— ¿Cuándo se decide  la renovación del acceso a estas preferencias especiales? ¿Hay una fecha definida?
— No. La renovación del sistema general es un proceso muy largo. La Comisión Europea ha hecho esa propuesta a los estados miembros y ahora está en discusión, en negociación, en el Consejo de Ministros y en el Parlamento Europeo. Esto es un trabajo que va a continuar una buena parte del 2012, sino todo el 2012, pero por lo que es el SPG general no tengo duda de que Bolivia se queda en el sistema de preferencias, es más una cuestión de focalización del sistema de reestructuración, ambas dimensiones del programa, pero claro que en comparación de otros países del continente americano, Bolivia es uno de los primeros para entrar en el sistema de preferencias (general).
— Pero en este caso la gestión del Gobierno en la Convención de Viena ha generado al menos alguna susceptibilidad en los miembros de la UE…
— Sí
— Y eso probablemente pudiera influir, decía usted, en el momento en que se decida en  qué términos accede Bolivia a las preferencias plus…
— Es posible.
— Y en materia de lucha contra las drogas ¿cómo reciben esas informaciones sobre estructuras jerárquicas de la Policía boliviana comprometidas con esa actividad?
— Para nosotros el abuso de las drogas, el narcotráfico y la criminalidad que se crea alrededor es una de las más grandes amenazas a las sociedades de este continente. Lo vemos muy claro en países como Guatemala, El Salvador y México, esa lucha armada entre las autoridades y los narcotraficantes, pero aquí hasta ahora no hay esa situación tan grave, aunque hay indicadores de una degradación de esta situación en ciertas zonas fronterizas del país. En el caso de los militares o policías que son acusados de tráfico, eso puede pasar en muchos países, pero puede ser también un indicador, eso es principalmente para las autoridades bolivianas, para hacer una investigación muy profunda, muy precisa y objetiva. Pero lo que queda claro en esto es que tenemos que estar juntos para cortar ese fenómeno del narcotráfico, ese fenómeno de producción ilegal de cocaína, que es distinto al uso tradicional de la coca. Por eso es importante para nosotros que el Gobierno de Bolivia, cuando salga y se reintegre a la convención de la ONU sea muy preciso sobre esta distinción entre el uso tradicional y el tráfico ilegal, entre el cultivo legal y la producción ilegal.
— Ahora Europa es uno de los principales mercados de la droga que sale de Bolivia…
— Hemos visto en varios países de América, de Asia, que la lucha casi militar de represión tiene efectos, pero el narcotráfico siempre vuelve, siempre crece de nuevo. Entonces lo más eficaz es atacar los problemas económicos, sociales y a veces culturales.

Perfil

Nombre: Christian Leffler
Nació: 1955
Profesión: Ciencias Políticas y RREE
Cargo: Director de la UE

Un diplomático sueco de amplia experiencia

El actual Director para las Américas del Servicio de Acción Exterior de la  Unión Europea (UE) nació en Göteborg y trabajó para el Servicio de Asuntos Exteriores Sueco en 1980. Se convirtió en el primer sueco «Antici», responsable bajo la Representación Permanente para la coordinación política del trabajo en el Consejo de Ministros. Entró a formar parte de la Comisión Europea en 1996, donde ocupó el puesto de «Antici» y Jefe de Unidad en el Secretariado General responsable de la coordinación de las relaciones con el Consejo de Ministros. En 1999 fue Subdirector de la Oficina Privada de Chris Patten, Comisario Europeo de Relaciones Exteriores. Entre el 2002 y 2007 fue Director responsable del Oriente Medio y el Sur del Mediterráneo en la Dirección General para RREE de la Comisión Europea. Después trabajó como Jefe de Gabinete para Margot Wallström, vicepresidenta de la Comisión para Relaciones Institucionales y Comunicación. El 2010 fue Subdirector General de la DG para el Desarrollo y las relaciones con los países de África, Caribe y el Pacífico.

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Un asunto oscuro

Según la presidenta ejecutiva de YLB, la acusación fue fruto de una investigación técnica realizada a lo largo de dos años

Por La Razón

/ 25 de abril de 2024 / 06:59

La todavía incipiente industria del litio en Bolivia no puede salir de las sombras. Al violento arresto del exministro de Minería y exresponsable de la planta en la región de Lípez en Potosí, Luis Alberto Echazú, se ha sumado, ayer, la muerte del exgerente ejecutivo de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB). El tema se ha politizado y, ahora, judicializado, pero del negocio no hay más que promesas.

Los contornos del caso, la actuación presuntamente arbitraria e irregular de la Fiscalía el lunes, según denuncia del abogado de Echazú, así como las declaraciones de jerarcas y portavoces del ala evista del MAS, hacen pensar en intereses políticos ligados a la sorda pelea por el poder en el partido gobernante antes que en aquellos ligados al efectivo despegue de la industria del litio en el país. El intercambio de acusaciones, con y sin fundamento, en nada ayuda a reactivar el proyecto.

Lea también: Ley ‘antihombres’

El tono y el contenido de una “carta abierta” firmada por el exgerente de YLB, Juan Carlos Montenegro, otro de los imputados, antes de morir (incluyendo una última línea en la que pide perdón a sus seres queridos por el “dolor” que les causará “esta mi decisión”), hace pensar en que detrás de la acusación hecha el jueves de la semana pasada por la actual gerente del proyecto y el procurador del Estado, además de la sorprendentemente rápida actuación del Ministerio Público, hay mucho más que la búsqueda de justicia o de castigo a la corrupción.

Según la presidenta ejecutiva de YLB, la acusación fue fruto de una investigación técnica realizada a lo largo de dos años, asunto del cual ni ella ni su antecesor habían dicho nada anteriormente. Al ser conducido a celdas policiales, el exministro, ahora en detención domiciliaria, afirmó que “el Gobierno quiere ocultar tres años y medio” de parálisis en el que debería ser el proyecto más importante del Estado Plurinacional en los últimos años.

Coincidiendo con la denuncia de YLB contra exfuncionarios de la institución, el mismo día, el Presidente del Estado acusó a “potencias mundiales” y un “país vecino” de pretender controlar los recursos naturales del país, especialmente el litio, bloqueando las exportaciones y excluyendo a Bolivia en procesos estratégicos de comunicación. A la luz de lo sucedido en los últimos años, es evidente que el principal obstáculo está en el Estado y no fuera de las fronteras.

Mientras Chile se abre a las inversiones de riesgo compartido y se propone recuperar el sitial de primer exportador de litio en el mundo en los próximos dos años, y el presidente de Argentina busca entregar las reservas de su país a las transnacionales del sector, Bolivia todavía no ha mostrado cuál es su estrategia de industrialización y comercialización del preciado mineral, al extremo que ni siquiera ha transparentado los acuerdos (no contratos) que tiene con empresas chinas y rusas. Así, es imposible tener optimismo en el futuro del litio.

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Ley ‘antihombres’

Los datos son innegables y terribles: la violencia contra las mujeres, lejos de disminuir, persiste e incluso aumenta.

Por La Razón

/ 21 de abril de 2024 / 00:27

La penosa declaración del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, en sentido de que la Ley 348 es una ley “antihombres” (sic), puso en agenda la cuestión irresuelta de la violencia contra las mujeres. Rodríguez recibió fuertes críticas, pero también adhesiones. Lo preocupante es que fomenta a grupos antiderechos y pone en riesgo una norma que protege a las mujeres.

 La ley integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia (Ley 348) fue promulgada por el presidente Morales en marzo de 2013. Su objeto es establecer mecanismos, medidas y políticas integrales de prevención, atención, protección y reparación a las mujeres en situación de violencia, así como la persecución y sanción a los agresores. Se trata de una ley avanzada, resultado de muchos años de lucha de las mujeres por sus derechos en una sociedad patriarcal y machista como la boliviana.

En 11 años de vigencia, la Ley 348 permitió el registro de centenas de miles de denuncias de violencia contra mujeres en el país. Según datos del Observatorio de Género de la Coordinadora de la Mujer, el año pasado hubo casi 52.000 denuncias. Los casos de violencia familiar o doméstica, que son la mayoría, se incrementaron en 193% entre 2013 y 2023. Cada día, en promedio, hay 142 denuncias de violencia contra mujeres, 30 agresiones sexuales, 104 embarazos de niñas y adolescentes. En 2023 se registraron 81 feminicidios.

Los datos son innegables y terribles: la violencia contra las mujeres, lejos de disminuir, persiste e incluso aumenta. Por ello son deplorables afirmaciones tan ligeras como que la Ley 348 es una “ley antihombres” o, peor, que “la violencia no tiene género”. Si bien existen acusaciones falsas contra hombres, e incluso detenciones arbitrarias presumiendo culpabilidad, ello no atenúa ni menos niega la abrumadora evidencia de que las mujeres son las victimas sistemáticas de actos de violencia en todas sus formas.

En su capítulo de derechos fundamentales, la Constitución señala con claridad que “todas las personas, en particular las mujeres, tienen derecho a no sufrir violencia física, sexual y psicológica”. Y establece que el Estado tiene la obligación de adoptar las medidas necesarias para prevenir, eliminar y sancionar la violencia de género.

Con ese mandato constitucional, la Ley 348 define mecanismos para proteger a las mujeres. Y traza la ruta para la denuncia, persecución y sanción penal de los agresores.

Es evidente que se requiere una reforma normativa y hay valiosas propuestas para el efecto. Pero sobre todo fallan los operadores del sistema judicial. Claro que debe evitarse que haya hombres inocentes en prisión, pero sobre todo que los feminicidas y violentos estén libres. Las polémicas palabras del presidente del Senado tendrían que servir para debatir el tema, mejorar la ley, garantizar en serio para las mujeres una vida libre de violencia y frenar las muy peligrosas campañas antiderechos.

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Un vecino conflictivo

El gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo

Por La Razón

/ 18 de abril de 2024 / 07:06

Días atrás, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, informó que había decidido reforzar la seguridad en la frontera con Bolivia debido a la supuesta presencia de cientos de militares iraníes en el país. La respuesta de la Cancillería boliviana fue tan rápida como mesurada, en evidente contraste con el tono que está adoptando el gobierno de Javier Milei.

Desde el inicio, la presidencia de Javier Milei ha sido notable no solo por sus políticas internas de shock, sino también por su manejo de las relaciones internacionales, especialmente con países latinoamericanos de gobiernos considerados izquierdistas. Sus controversiales interacciones con líderes regionales han generado un amplio debate sobre las estrategias diplomáticas y sus implicaciones tanto a nivel regional como doméstico.

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Primero, el intercambio de insultos con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, provocó una rápida escalada de tensiones que afortunadamente no pasaron a más. Milei respondió a las críticas de López Obrador, quien había tildado a Milei de “facho conservador”, con términos igualmente duros, exacerbando las fricciones bilaterales. Este tipo de diplomacia de confrontación no solo socava las relaciones tradicionalmente cordiales entre Argentina y México, sino que también plantea preguntas sobre la estabilidad regional.

Por otra parte, las relaciones con Colombia se tensaron significativamente después de que Milei llamara al presidente Gustavo Petro «comunista asesino». Esta declaración provocó una pronta respuesta diplomática de Colombia, incluyendo el llamado de su embajador en Buenos Aires, lo cual subraya la seriedad del conflicto y el impacto en las relaciones diplomáticas; por ahora las relaciones entre ambos países están normalizándose y los respectivos embajadores han regresado a sus funciones.

Asimismo, la afirmación de la ministra Bullrich sobre la presunta presencia de militares iraníes en Bolivia añadió más leña al fuego, mostrando una tendencia hacia declaraciones provocativas que pueden tener serias repercusiones diplomáticas y de seguridad. Algo similar había ocurrido poco antes, cuando el presidente Milei afirmó que el gobierno de Chile iba a llevar a ese país a la pobreza por adoptar políticas socialistas. En ambos casos la respuesta fue pronta, mesurada y contundente.

En el frente interno, estas controversias internacionales parecen servir como una cortina de humo para desviar la atención de los problemas económicos graves que enfrenta Argentina, como la inflación y el estancamiento económico. Al centrarse en conflictos externos, el gobierno de Milei podría estar buscando consolidar su base política mediante el nacionalismo y el anti-izquierdismo, mientras posterga o minimiza la discusión sobre la necesidad de reformas económicas internas profundas.

Es posible que las tácticas de confrontación de Milei tengan un atractivo político inmediato entre ciertos sectores en Argentina que le son afines, pero los riesgos asociados a alienar a países vecinos y potenciales socios comerciales son altos, especialmente en el mediano y largo plazos, cuando el polémico mandatario ya no esté en funciones.

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Los medios en cuestión

Por La Razón

/ 14 de abril de 2024 / 00:20

El reciente estudio Delphi de la Fundación Friedrich Ebert (FES-Bolivia), realizado con líderes de todo el país, revela datos delicados respecto a los medios de comunicación y su desempeño. Además de una baja confianza, se percibe a los medios como promotores del conflicto y como actores políticos que informan en función a su agenda e intereses. La evaluación es crítica.

Hubo un tiempo en que los medios de comunicación y periodistas, en general, estaban en la cima de la confianza ciudadana. Junto con la Iglesia Católica, tenían muy alta legitimidad. Hoy es diferente: en la Delphi de la FES, solo el 7% tiene una confianza alta o muy alta en los medios. Para el 39% es regular. Y un mayoritario 54% confía poco o nada. Estos datos debieran preocuparnos. Si bien estamos mejor que otras entidades, la confianza es un bien preciado que los medios debemos recuperar y preservar.

En un contexto en que los medios digitales y las redes sociales tienden a desplazar a los medios de comunicación tradicionales como principal fuente de información, es necesario hacer un examen acerca de nuestro desempeño. ¿Cómo nos evalúan los líderes? Más de dos tercios, nada menos, sostienen que los medios informan en función a su propia agenda e intereses. Si sumamos el 13,5% que nos perciben como manipuladores, el saldo es muy negativo. Solo un marginal 7% cree que los medios informan con veracidad.

La baja confianza en los medios y la percepción de que informan más pensando en ellos mismos que en la sociedad, quizás se explican, entre otros factores, porque varios operadores mediáticos están polarizados y alientan la polarización. Lo vimos como tragedia en la crisis de 2019, cuando algunos medios y periodistas avalaron y hasta justificaron las masacres. Ello se reafirma en la Delphi: 86% de los líderes consultados sostienen que los medios promueven enfrentamientos y conflictos en el país.

Por si fuera poco, en estas percepciones reveladoras de la situación del campo mediático en Bolivia, casi nueve de cada 10 participantes en el estudio de la FES están de acuerdo con la afirmación de que los medios actúan como si fuesen actores políticos. Es tremendo. Para los liderazgos, la esencia de los medios se está perdiendo. En su balance, varios medios y periodistas están más cerca de la acción política que de la labor informativa. Eso, por supuesto, va en desmedro del periodismo.

Los estudios de percepción cualitativa y de opinión pública expresan tendencias generales en momentos determinados. Son útiles para la reflexión y el análisis. Y contribuyen a la autocrítica. Pero hay diferencias. Más allá de las percepciones aquí descritas, es meritorio el trabajo de medios que persisten en el empeño de cuidar y cultivar cada día los derechos a la comunicación e información. Como diario nos situamos en ese camino reafirmando nuestro compromiso con el libre ejercicio del oficio periodístico.

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Un impasse inédito

El camino hacia la resolución de este conflicto debe estar pavimentado con el respeto a las leyes internacionales

Por La Razón

/ 11 de abril de 2024 / 06:33

Aunque se afirma que no es la primera vez que ocurre en la historia reciente, lo sucedido en Quito la noche del viernes al sábado, cuando la Policía irrumpió en la Embajada de México ante Ecuador, representa mucho más que un escándalo diplomático y ha puesto al país andino en un impasse del cual será muy difícil salir, mucho más debido a la hasta ahora arrogante posición de su gobierno.

El conflicto diplomático entre México y Ecuador, cuyo antecedente inmediato fue la declaración de persona no grata a la embajadora mexicana, que luego dio paso al secuestro y encarcelamiento del exvicepresidente Jorge Glas, que acababa de recibir el estatus de refugiado político (pese a haber sido condenado por delitos comunes años atrás), ha escalado hasta alcanzar los estrados de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), donde México ha presentado una demanda buscando justicia y el respeto a las normas internacionales.

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La decisión de México de acudir a la CIJ y la convocatoria a sesiones extraordinarias de la Organización de Estados Americanos (OEA) los días martes y miércoles reflejan la gravedad de la situación y la necesidad de un marco de acción que respete los principios fundamentales de la diplomacia y el derecho internacional. Estos foros ofrecen una oportunidad invaluable para abordar el conflicto de manera constructiva, poniendo en primer plano la necesidad de soluciones pacíficas y el diálogo basado en el respeto mutuo, razón por la cual la demanda ecuatoriana de revisar los tratados internacionales es poco prudente.

En estas circunstancias, la comunidad internacional, así como los organismos regionales y multilaterales, deben actuar como mediadores para facilitar una resolución que respete las normas internacionales y promueva la estabilidad regional. Según expertos en la materia, la mediación debe enfocarse en la reconciliación y buscar una solución que permita a ambas partes superar el impasse, manteniendo la integridad de los tratados internacionales como guía.

Este conflicto sirve para poner en relieve la importancia de adherirse a los principios del derecho internacional no solo como un fin en sí mismo, sino como un medio para asegurar la paz, la seguridad y el respeto entre las naciones. La resolución de este caso podría sentar un precedente importante para el manejo de futuras disputas diplomáticas y reafirmar el valor de las convenciones internacionales como pilares de las relaciones entre Estados.

El camino hacia la resolución de este conflicto debe estar pavimentado con el respeto a las leyes internacionales y el compromiso con el diálogo y la negociación. Es imperativo que México y Ecuador, con el apoyo de la comunidad internacional y organismos como la OEA, encuentren una salida basada en el entendimiento mutuo y el respeto a los tratados que han guiado las relaciones diplomáticas durante décadas. Este enfoque no solo resolverá el impasse actual de manera justa, sino que también fortalecerá el sistema internacional basado en reglas, crucial para la coexistencia pacífica entre naciones.

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