La plaza Murillo estuvo sin vigilancia por causa del motín
El centro político de Bolivia se convirtió en zona de protestas. Policías amotinados dejaron sin resguardo el lugar, lo que provocó que otras movilizaciones entraran al sitio
Pocas veces la plaza Murillo quedó desprotegida debido a la ausencia de control policial. Ayer fue un día de esos, cuando incluso las puertas del Palacio Quemado estaban cerradas y sin la guardia del Batallón Colorados. De cotidiano, es común ver a efectivos policiales siempre prestos ante cualquier movilización, pero, irónicamente, desde hace dos jornadas ellos son los movilizados.
La mayoría tenía el rostro oculto y estaban vestidos de civil. Otros agarraban palos y carteles. Así, los policías amotinados hicieron de la plaza Murillo un centro de protestas, lo que difícilmente se habría visto en otra oportunidad con guardia policial. De testigo, la muchedumbre que pasaba por el lugar comparó la situación de ayer con los hechos lamentables de febrero de 2003, cuando policías y militares se enfrentaron en el centro político del país.
Es que no había control. En otras ocasiones los efectivos de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP), tomada por los protestantes, estaba para evitar cualquier disturbio en el kilómetro cero. Policías equipados de pies a cabeza protegían el lugar. Ahora, éstos son los que se manifiestan dejando la plaza Murillo sin ningún tipo de resguardo.
Ayer los vehículos —que no respetaban los semáforos instalados en el lugar— ingresaban a la plaza y paseaban por carriles prohibidos, algo que jamás sucedió en la zona. La gente estaba sorprendida ante la ausencia del control y los negocios cercanos al sitio decidieron cerrar sus puertas por falta de seguridad.
Pliego. Los policías movilizados piden un salario similar a los efectivos de las Fuerzas Armadas, la abrogación de la Ley 101 de Régimen Disciplinario de la Policía, una jubilación con el 100% de sus haberes y la creación de la Defensoría del Policía. Para lograr su objetivo, instalaron vigilias y huelgas de hambre en varias capitales de departamento. Desde el feriado jueves 21 protagonizaron tomas de instalaciones policiales en La Paz.
La falta de control policial obligó también a cerrar las puertas de la Asamblea Legislativa Plurinacional. A diferencia de otras jornadas, asambleístas nacionales no aparecieron por el lugar. Fueron pocos —concretamente dos de Convergencia Nacional (CN)— los que brindaron declaraciones a medios de comunicación en puertas del edificio legislativo.
Otros sectores movilizados aprovecharon la ausencia de control. Un grupo de trabajadores de AeroSur se instaló frente al Palacio Quemado exigiendo al Gobierno diálogo para resolver su situación laboral.
Los policías amotinados, que dieron al menos cinco vueltas la plaza Murillo, coincidieron con los trabajadores de AeroSur. Ambos bandos se dieron las manos y sumaron gritos para lanzar protestas contra el gobierno de Evo Morales. Eso sí, en el centro de la plaza el trabajo de algunos comerciantes continuó normalmente. Los fotógrafos, por ejemplo, siguieron su rutina.
Amotinados tomaron unidades
Toma
La Dirección Nacional de Inteligencia y el Tribunal Disciplinario de la Policía, a una cuadra de la plaza Murillo, fueron saqueados por los policías amotinados. Pasado el suceso, personas observaban con asombro las computadoras, muebles y folios de procesos que quedaron hechos cenizas en la calle Colón y en el atrio de la unidad policial.
Gritos
Cuando marchaban por la plaza Murillo, los policías movilizados encendían petardos cerca de las puertas del Palacio de Gobierno. Ningún manifestante intentó lanzar piedras a la fachada presidencial, aunque los gritos contra las autoridades se hacían sentir. En la tarde, los policías rompieron vidrios del Ministerio de Gobierno.
Militares, acuartelados por la protesta policial
Se los podía observar detrás de las puertas de vidrio del Palacio de Gobierno. Con uniformes camuflados y armados, estaban atentos a cualquier emergencia. Frente a la protesta policial, las Fuerzas Armadas (FFAA), como medida de prevención, instruyeron el acuartelamiento de sus uniformados en sitios clave, señala un despacho de la agencia ANF.
El jueves por la noche, el Alto Mando Militar decidió dar la orden en el Estado Mayor de las FFAA, ubicado en la zona paceña de Miraflores, efectivos militares recibieron la misión de acuartelarse ante el motín policial.
En el Palacio Quemado, los únicos que pueden brindar seguridad son los militares. Por eso es que las FFAA decidieron instalar un grupo de decenas de efectivos en el edificio presidencial. Según la agencia ANF, que se comunicó con fuentes allegadas al Alto Mando Militar, en la mañana de ayer la cúpula militar realizó una evaluación del motín de la Policía. En la reunión se tomaron previsiones adecuadas en caso de que el conflicto policial pudiera complicarse más.
“Estamos tomando todas las previsiones más recomendables. Nosotros evaluamos la situación y si sacamos militares a las calles las consecuencias serían muy negativas y peores de las que se vivieron en febrero de 2003”, dijo un jefe militar de alta graduación en contacto telefónico con ANF. En febrero de 2003, policías amotinados exigían mejoras a su salario. Ante la falta de atención del gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, radicalizaron sus medidas.
Fue ahí que efectivos militares protegieron el Palacio de Gobierno y ocurrieron enfrentamientos con saldo de muertos. Hoy, los policías piden un sueldo similar a los efectivos de las FFAA, la abrogación de la Ley 101 de Régimen Disciplinario de la Policía, jubilación con el 100% de sus haberes y la creación de la Defensoría del Policía.