Oficiales se suman al reclamo de los policías de baja graduación
Subtenientes, mayores y un coronel expresaron su respaldo a la tropa y se movilizan bajo pasamontañas. Los amotinados provocaron destrozos en unidades policiales
La movilización de los suboficiales, sargentos, clases y policías recibió ayer el respaldo de uniformados de mayor rango. En La Paz se vio desde subtenientes hasta policías con grado de mayor entre la tropa, mientras que los amotinados en Sucre recibieron el apoyo del comandante departamental de Chuquisaca, coronel Rolando Ramos.
En horas de la mañana de ayer se advirtió que entre los policías con rostros cubiertos por pasamontañas se encontraban al menos una veintena de oficiales, entre subtenientes, tenientes, capitanes y mayores. En todos esos casos, se quitaron sus marbetes y grados que los identificaban, para luego ser parte de las marchas alrededor de la plaza Murillo y la toma de oficinas policiales.
En la irrupción que se vivió en el Comando Departamental de La Paz, la tarde de ayer, se vio que algunos oficiales corrieron al ver acercarse la marcha de camaradas, toda vez que en la mañana aquellos que fueron sorprendidos cerca de las instituciones tomadas fueron agredidos. En inmediaciones de la Digipi, al lado de la iglesia de La Merced, dos oficiales fueron golpeados porque no se solidarizaron con la protesta.
En la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), ubicada en la calle Sucre, los oficiales desalojaron a todos los civiles, luego de enterarse del rumor de que sus camaradas iban a tomar también esas dependencias. Tras sacar a las personas, cerraron las puertas por unos minutos, pero luego las reabrieron y formaron una barricada humana que dejó oír la voz de que “si vienen los van a dejar entrar nomás”.
Pero donde la tropa sí se sintió apoyada por los jefes policiales fue en Sucre, donde sorpresivamente recibieron el apoyo de su comandante, coronel Rolando Ramos.
Éste se reunió por más de dos horas con sus oficiales. Al término de ese encuentro, y frente a sus camaradas, declaró que “toda la guarnición policial tiene que estar unida (…) Como Comandante, quiero anunciarles que estamos con ellos, no vamos a abandonar esta lucha porque es una reivindicación para todos los policías”, señaló.
La identificación de algunos jefes policiales con la tropa se reflejó también en los estribillos de los movilizados. En la UTOP, por ejemplo, se escuchó gritar: “Toro, general; Toro, general”, en alusión al exdirector nacional de la FELCC, coronel Jorge Toro, uno de los pocos jefes que pronunció públicamente su disconformidad con la posesión del coronel Víctor Maldonado como comandante de la institución, el 21 de mayo.
Los uniformados de bajo rango declararon estado de emergencia el viernes pasado. Se preveía que el lunes iban a tener un encuentro con autoridades del Gobierno para negociar un incremento salarial. La inasistencia del ministro Carlos Romero a esa cita radicalizó las medidas.
Demanda y protesta de efectivos
Renuncia
El pliego petitorio de los policías amotinados cuenta, desde ayer, con una nueva demanda: la renuncia del comandante de la Policía, coronel Víctor Maldonado, quien debería ser reemplazado por el coronel Jorge Toro.
Comando
El Comando General de la Policía se constituyó a las 16.00 de ayer en un escenario improvisado de diálogo entre oficiales y policías de bajo rango. Cuando los movilizados pasaron por el lugar, los primeros les hicieron entender que debían cuidar la institución.
Previsión
Se intentó tomar el Comando General, pero sólo rompieron algunos vidrios. En horas de la mañana, oficiales sacaron documentos del lugar.
Queman documentos de procesos disciplinarios
Centenares de policías de baja graduación tomaron la mañana de ayer las dependencias de la Dirección General de Investigación Policial Interna (Digipi), edificio donde también está instalada la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI). Los policías movilizados destrozaron puertas y ventanas; ingresaron a esas oficinas y luego de sacar la documentación de los procesos contra uniformados, la incendiaron.
Fue aproximadamente a las 09.45 que se inició la toma de esas instalaciones ubicadas en la esquina de las calles Comercio y Colón, a una cuadra de la plaza Murillo. Minutos antes, la tropa amotinada, que asumió como centro de operaciones la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP), se manifestó enfrente del Palacio de Gobierno.
Al calor de estribillos y alentados por uniformados de la Unidad de Polivalentes que se pertrecharon en el techo de su edificio, los policías de civil y con pasamontañas, en la mayoría de los casos, empezaron rompiendo los vidrios de la Digipi. Al rato, lograron ingresar y salir con papeles a los que prendieron fuego. A los expedientes de los procesos contra policías con alguna denuncia de tipo disciplinario, se sumaron luego las computadoras, muebles y hasta alfombras de ese recinto.
Un hecho que enardeció a los manifestantes fue el haber descubierto cajas de cerveza en lata en esas oficinas, envases que sirvieron para arremeter una vez más contra ese edificio. Guadalupe Cárdenas, dirigente de la Federación Nacional Única de Esposas de Policías, sólo estuvo en el inicio de esta toma; al cabo de una hora, sus camaradas terminaron incendiando todo el inmueble.
Violencia. A esa toma, que se enmarca dentro de una de sus demandas, la abrogación de la Ley 101 de Régimen Disciplinario, se sumaron más tarde las ocupaciones de las oficinas del Servicio General de Identificación Personal (Segip) de La Paz. En El Alto, se obligó al cierre de la oficina de Licencias y, en la tarde, pasada las 13.00, se produjo la quema incluso de valores, según reportó el director de esa institución, Antonio Costas. “Tenemos tres heridos”, señaló.
A las 16.00 se registraron destrozos a oficinas del Comando General de la Policía, en la avenida 20 de Octubre de La Paz. La misma turba, en su camino hacia la UTOP, rompió vidrios de los ministerios de Gobierno y de Justicia. En Cochabamba se produjeron destrozos en la toma de las oficinas de Inteligencia, mientras que en Sucre tomaron el Comando y el cuartel de Poconas. En Tarija no hay motín, según afirmó el coronel Wálter Villarpando.