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El Gobierno denuncia una trama de ‘golpe de Estado’ en movilización

La ministra de Comunicación, Amanda Dávila, denunció que los policías amotinados ingresaron armas a un distrito policial en la ciudad de Cochabamba. Este hecho e informes del departamento de Inteligencia hicieron que el Gobierno denunciara un intento de “golpe de Estado” detrás de la movilización policial.

“Acá hay un escenario de golpe (de Estado), lamentablemente. Los informes de Inteligencia están anunciando un escenario de golpe de Estado”, denunció Dávila ayer en un contacto telefónico con una radio. 

Rechazo. Esta acusación fue desmentida por los policías movilizados. Indicaron que en su protesta no existe la intención de gestar un golpe contra el presidente Evo Morales.

“Descartamos esa acusación. No queremos derrocar al Presidente (Evo Morales), queremos que se atienda nuestro pliego”, indicó el dirigente de la Asociación de Suboficiales, Sargentos, Clases y Policías (Anssclapol), suboficial Édgar Ramos.

Por su parte, la representante de las esposas de los policías, Guadalupe Cárdenas, denunció que dentro de la movilización policial existen “infiltrados” que quieren perjudicar la protesta.

“Vimos muchos actos de violencia que no cometieron nuestros compañeros. Acá existen infiltrados que quieren teñir nuestra protesta. Pedimos a esa gente que no cometa errores a nombre de la Policía”, advirtió Cárdenas.

Dávila, además de guiarse por informes del departamento de Inteligencia, citó un despacho informativo de Erbol Digital que sostiene que un grupo de policías amotinados ingresó ayer con fusiles M-16 a la Unidad de Tácticas de Operaciones Policiales (UTOP) de Cochabamba.

“Esto no es un juego. Tenemos que estar preparados para cualquier situación que se presente, no vamos a permitir que ninguna otra institución se entrometa en este conflicto que lo tenemos que resolver nosotros con el Gobierno”, afirmó un uniformado al periodista de la red Erbol.

Además, la ministra descartó una intervención de las Fuerzas Armadas en el conflicto. “No se está pensando sacar a las FFAA al escenario, porque sabemos que podría haber enfrentamientos”, consideró Dávila.

Sin embargo, Dávila denunció que dentro la movilización existen intereses políticos que intentan dañar la imagen del Gobierno en el escenario interno.

Citó el caso del exmayor de la Policía David Vargas y del excandidato a una diputación por Unidad Nacional (UN), Juan Carlos Oraide. “Son pequeños grupos que tratan de agudizar el conflicto porque éstos tienen fines políticos”, criticó Dávila.

Horas después, los movilizados decidieron rechazar públicamente la presencia del exmayor Vargas dentro de la protesta que encabezan y anunciaron que Oraide representa a un grupo de policías retirados de El Alto.

Gobierno no identificó los daños tras motín policial

Iván Paredes

Tras las violentas tomas de las oficinas de Inteligencia y de la Dirección General de Investigación Policial Interna (Digipi) de las ciudades de La Paz y Cochabamba, de donde saquearon y quemaron computadoras, documentos y muebles, el Gobierno aún no contabilizó las pérdidas materiales y de documentación.

La única versión que maneja la administración de Evo Morales es la sustracción de 2.300 cédulas de identidad en blanco de las instalaciones del Servicio General de Identificación Personal (Segip), repartición que dejó de administrar el año pasado la Policía, según explicó la ministra de Comunicación, Amanda Dávila.

“No tenemos informes de las pérdidas económicas ocasionadas ayer (viernes) por los actos violentos, pero lo material es algo que se puede recuperar, sin embargo la quema y sustracción de documentos de las unidades es lo que preocupa”, informó el ministro de Gobierno, Carlos Romero.

El viernes, grupos de policías amotinados saquearon documentos, muebles y computadoras de unidades policiales en las ciudades de La Paz y Cochabamba. También destrozaron los vidrios de ingreso del Comando General de la Policía y del Ministerio de Gobierno. Esos actos lo hicieron mientras marchaban por las infraestructuras del Estado.

Pero para la dirigencia policial, los actos violentos no fueron ejecutados por sus movilizados. El presidente de la Asociación de Suboficiales, Sargentos, Clases y Policías (Anssclapol), suboficial Édgar Ramos, dijo que fueron “personas infiltradas” quienes hicieron los destrozos.

“Nosotros llamamos a la cordura a nuestros camaradas, ellos respetaron nuestra decisión y por eso fue un grupo de infiltrados quienes hicieron los actos violentos”, consideró Ramos.

Sin embargo, imágenes de televisión y la presencia de periodista de La Razón constataron que fueron los policías amotinados quienes realizaron los actos de violencia el día viernes.