Vicepresidente demanda a la Fiscalía investigar presuntos afanes golpistas
Para el Vicepresidente los conflictos sociales vividos en el país son un intento de quiebre del funcionamiento normal del Estado.
El vicepresidente Álvaro García demandó a la Fiscalía investigar afanes golpistas aprovechando el motín policial conjurado la madrugada de hoy con un acuerdo entre el Gobierno y los uniformados. Aseguró que hay al menos seis “indicios” que demuestran la existencia de un proceso de desestabilización.
También cuestionó a políticos de oposición por haber minimizado la crisis derivada del conflicto desatado por los uniformados en demanda de una mejora salarial y de la anulación de la ley de Régimen Disciplinario por ser atentatoria contra sus derechos. Advirtió que quien no ve las acciones desestabilizadoras “en cierta medida es cómplice”.
García, en una conferencia de prensa enumeró seis indicios del proceso de desestabilización: El hecho de que los policías armados deliberaron rompiendo reglas democráticas de convivencia; la toma de instituciones policiales; la parálisis de las actividades de la Cancillería y de la Asamblea Legislativa por la toma de la plaza Murillo; atentados dinamiteros a Palacio y el Legislativo; parálisis del sistema financiero y radiogramas en los que se habla del golpe de Estado.
Los policías iniciaron el amotinamiento el jueves e hicieron de las instalaciones de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP), a pasos del centro del poder político, su centro de operaciones. Fueron tomadas distintas dependencias policiales y la banca restringió sus actividades porque quienes les proporcionan seguridad se plegaron al conflicto.
“Tiene que haber una investigación, esperamos que el Ministerio Público investigue”, demandó el Vicepresidente.
“Un grupo de compañeros deliberó y al deliberar rompió la convivencia democrática”, explicó el Vicepresidente, quien recordó que la toma de instalaciones públicas es característica de los golpes de Estado. Además provocaron que “paralice actividades la Cancillería y la Asamblea”, ubicadas en alrededores del centro del conflicto, plaza Murillo.
“Es un intento de quiebre del funcionamiento normal del Estado…y se ha atacado a la estructura democrática (con atentados dinamiteros a Palacio y la Asamblea)”, afirmó en la conferencia de prensa en la que añadió que los radiogramas interceptados son otro indicio que apunta al golpe de Estado, porque en ellos hablan, precisamente el proceso de desestabilización, de bombas molotov y de matar al ministro de Gobierno, Carlos Romero.
Algunos policías, expolicías y políticos, a los que no identificó, intentaron –acusó- aprovechar la demanda “legítima” de la mayoría de los uniformados. “Hubo un grupo de políticos de derecha que buscaron direccionar esa demanda legítima”, insistió.
El jefe del Movimiento Sin Miedo (MSM), Juan del Granado, al igual que otros opositores negó la existencia de un golpe de Estado, como insistentemente denunciaba el Gobierno en los días de crisis. “Si hubiesen verdaderos indicios de golpe de Estado, de acciones contrarias a la estabilidad democrática, todo el país las rechazaría y el Movimiento Sin Miedo, en primer lugar”, aseguró del Granado el lunes.
Para García la oposición mantuvo una posición “hipócrita” frente a la democracia, porque no salió a defenderla. “Decirles que son una pena, que dan vergüenza. La miseria de sus ideas se traduce en la miseria de sus acciones políticas”, cuestionó y añadió que “quien no las ve (acciones de desestabilización) en cierta medida es cómplice”.
Reivindicó que la conjura del proceso de desestabilización es una victoria del pueblo.