Los cadetes de segundo año que resultaron heridos en la ruptura del barandado de una gradería en la Academia Nacional de Policías (Anapol), accidente en el que fallecieron tres de sus camaradas la tarde del viernes, y que recibieron el alta médica hasta ayer, declararon en el marco de la investigación abierta tras la tragedia.
El director departamental de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de La Paz, coronel Roberto Campos, informó que una decena de cadetes que regresaron a la Anapol, declararon ante la comisión de policías y de la Fiscalía que indaga las causas de este hecho.
Campos también anunció que se tomará declaraciones a oficiales de la Policía y a algunos padres de familia de los cadetes que cayeron desde el segundo nivel de uno de los edificios de la Anapol, reportó la red Uno. Una fuente policial que investiga el caso indicó a este diario el lunes que la indagación se basa en dos hipótesis sobre la causa del accidente: el sobrepeso de cadetes en la gradería y una mala construcción del inmueble.
El mismo lunes, la madre de familia de un estudiante de la Anapol denunció que el hecho fue provocado por dos cadetes de cuarto año, quienes ordenaron a las ahora víctimas bajar del edificio, amenazándolas con descargas eléctricas con un aparato denominado “torito”. Esta versión se enmarca dentro de la primera hipótesis que fue fijada por los investigadores. Campos también informó que ayer se recolectaron las barandas que se cayeron de las graderías.
La directora de la Anapol, Cristina Cerruto, sostuvo el lunes que 20 cadetes fueron dados de alta, mientras que otros 30 permanecían internados en hospitales. El fiscal que indaga el caso, Elías Bueno, evitó declarar a este diario sobre los avances de su trabajo; expresó que tenía reuniones. La coronel Cerruto tampoco pudo ser hallada en la Anapol.