“La gran mayoría son oriundos de Cochabamba y después de Santa Cruz y La Paz, un grupo pequeño viene de Uyuni. El cien por ciento fue sorprendido cuando ingresaba con drogas a Chile, como ‘mulas’, recibieron sanciones, algunos diez años, y cumplieron gran parte de sus condenas. Ahora regresan a Bolivia sin esposas ni grilletes”, afirmó Ribera en Iquique.

Agregó que no tendrán antecedentes penales y que regresarán a Bolivia con su expedientes académicos en los casos que hayan estudiado algún oficio o profesión, además del dinero que hayan podido ahorrar durante el trabajo realizado mientras estaban detenidos. Entre las profesiones impartidas están corte y confección, gastronomía y repostería.

Según informes oficiales, en el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Iquique estaban internados 13 hombres y 106 mujeres; en la Penitenciaría Pozo Almonte, 109 hombres y en el reclusorio de Alto Hospicio 200 individuos. Todos suman 428 reos.

El director nacional de la Gendarmería de Chile, Luis Menferrer, dijo que hay 17 reos que deben regularizar sus documentos, ya que tendrían doble identidad en Bolivia y aseguró que a medida que vayan subsanando su situación, retornarán a su país.

Traslado. El operativo de traslado empezará en Iquique a las 04.00. Se dispuso 14 buses con servicios sanitarios, alimentación y médicos, incluido oxígeno para problemas de salud. Los bolivianos indultados viajarán al menos 10 horas y serán llevados hasta Oruro. Estarán escoltados por vehículos de la Gendarmería de Chile hasta la frontera con Bolivia. Se prevé la presencia de al menos 75 uniformados para las labores de resguardo en territorio extranjero. La ruta será cubierta con tres teléfonos satelitales.

El ministro Ribera explicó que con este beneficio se coadyuva a reducir el hacinamiento en las cárceles chilenas y a reducir el costo de la mantención de los reclusos. Señaló que cada interno representa un gasto de al menos 500 mil pesos a Chile y que el Estado vecino, con este indulto, se ahorrará  unos 10 millones de dólares al año. 

En La Paz, el director de Régimen Penitenciario, Ramiro Llanos, informó que se llegó a un acuerdo con la empresa de buses que los trasportarán desde Iquique para que los lleve hasta Oruro donde se desconcentrarán.

Llanos adelantó que en Pisiga se desarrollará un acto con la presencia del Ministro de Justicia de Chile y el viceministro de Justicia y Derechos Fundamentales de Bolivia, Esteban Miranda. Tras la revisión de los documentos de los indultados, seguirá el viaje a Oruro, cerca del estadio Jesús Bermúdez, adonde arribarán a las 16.00.

Costo del traslado para Bolivia

Transporte

La Dirección General de Régimen Penitenciario informó que el traslado de los 428 bolivianos que retornan al país le cuesta más de Bs 20 mil en pasajes en 14 buses turísticos. A ese monto se adiciona el presupuesto para un pequeño refrigerio para los indultados y tres niños que están con sus madres.

Advierten con cárcel si es que retornan al vecino país

El ministro de Justicia, Teodoro Ribera, aseguró que todos los reos, excepto siete, vuelven a Bolivia sin antecedentes. En ese marco, exhortó a los beneficiados a reanudar su vida sin cometer ningún acto ilícito y les advirtió que si antes de 10 años retornan a Chile, se los encarcelará inmediatamente para que concluyan su condena en los penales más recónditos del país.

“El compromiso es acogerse a un beneficio, reinsertarse socialmente, colaborar con su familia y el desarrollo de su país, pero la prohibición de regreso a Chile es clara”, afirmó Ribera. La autoridad explicó que muchas de estas personas fueron “tentadas por el dinero fácil” y que la necesidad las obligó a delinquir, pero que gran mayoría de ellos quiere volver a su país, recuperar a su familia y rehacer su vida.

En cárceles chilenas ahora quedan alrededor de 400 bolivianos, entre ellos quienes no cumplían los requisitos para acceder al indulto o aquellos que podían hacerlo y prefirieron quedarse presos porque trabajan y tienen un sueldo de hasta $us 500. Otros reclusos, según se informó, cuentan con una pareja en ese país y prefiere mantener esa relación.

El Segip les dotará cédulas de identidad

La Dirección General de Régimen Penitenciario (DGRP) recurrió al Servicio General de Identificación Personal (Segip) para que dote de cédulas de identidad a los 428 bolivianos que serán repatriados de Chile.

Si bien estos ciudadanos cuentan con un salvoconducto entregado por  las autoridades chilenas para llegar hasta la frontera, la mayoría no cuenta con una cédula de identidad boliviana vigente, por lo que se prevé que el Segip despliegue un equipo de carnetización en Oruro, exclusivamente para ellos.

“Hemos pedido al Segip que vaya a Oruro y habilite una oficina donde podrán obtener su documentación estos compatriotas”, informó ayer, en La Paz, Ramiro Llanos, director de Régimen Penitenciario.

La autoridad explicó que en Pisiga se desarrollará el control de Migración, que permitirá separar a quienes cuenten con antecedentes en Bolivia. El salvoconducto que les otorga Chile también podrá servirles para obtener su cédula de identidad, de acuerdo con la DGRP, aunque el Segip exige la presentación del certificado de nacimiento.

Por su parte, el Ministerio de Justicia preparó un tríptico en el que se indica direcciones y datos para obtener documentación. De todas maneras, se contará con el respaldo de los papeles que quedaron de ellos en Chile, es decir, de los expedientes.

Esperanza antes de regresar a Bolivia

Cristina A. C. Intentó traficar cocaína de Bolivia a Chile.

“Estoy tres años acá, vengo de Santa Cruz. Yo lavaba ropa, un hombre me ofreció 1.000 dólares por traer medio kilo de cocaína y me detuvieron en la frontera. Soy madre soltera y necesitaba dinero, dejé a mis dos hijos con mis hermanos. Me da miedo volver a verlos”.

Ingrid T. J. Tragó 56 cápsulas de cocaína.

“Tragué 56 cápsulas con droga, me iban a pagar 1.500 dólares al llegar a Chile; no recibí nada y me detuvieron aquí más de dos años. Aprendí repostería y confección. Tengo mis ahorros y voy a comprar mercadería, no quiero saber nada más de cosas ilegales”.

Agustina L. T. Llevó una bolsa sin saber lo que tenía.

“Soy de Cochabamba, estoy presa cuatro años; me ofrecieron 1.000 dólares por llevar una bolsita. Mi hija nació aquí. Estoy feliz de volver porque ahí me espera mi otro hijo. No saben que estuve presa, creen que estoy trabajando. Me dedicaré a la gastronomía”.