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Indultados en Chile cruzan la frontera hacia la libertad

Además, en los motorizados regresaron cuatro niñas, hijas de las ahora exinternas. Los rostros de los indultados reflejaron diferentes expresiones como alegría, nerviosismo e incluso temor por el reencuentro con sus familiares, tras cumplir parte de su condena en penales chilenos por narcotráfico. No faltaron las personas que se cubrieron los rostros para ocultar su identidad. Así concluyeron más de cinco horas de viaje desde Iquique, aunque faltaba el segundo tramo a Oruro. Fue el preámbulo para un emotivo reencuentro.

“No somos criminales, ahora somos libres y no tenemos antecedentes; queremos volver con nuestras familias. Yo no he visto a mis dos hijos hace cuatro años, ya deben estar grandes y ojalá me reconozcan; por ellos voy a trabajar y nunca más quiero cometer este error porque ya no soy una delincuente”, dijo Esperanza P. (34), tras bajar de uno de los  vehículos. Al igual que ella, al menos cinco indultados expresaron a este diario sus ansias por trabajar y no volver a cometer acciones ilegales.

Acto. Tras el arribo, en la frontera se realizó un acto oficial, encabezado por el viceministro de Régimen Interior de Bolivia, Jorge Pérez, y por el Ministro de Justicia de Chile. El primero destacó la iniciativa chilena de indulto y anunció que el Ejecutivo boliviano analiza una norma similar. El segundo explicó que 17 reclusos bolivianos indultados aún se quedaron en su país porque hay dudas sobre su identidad, por sospecha de suplantación, pero agregó que cuando arreglen su situación, se les permitirá su retorno.

Pese a que las reparticiones de Migración y de la Aduana habilitaron mesas especiales para la atención, el registro de los exinternos demoró hasta el final de la tarde. Como la caravana no podía dividirse, tuvieron que esperar el trámite de todos para partir rumbo a Oruro. Mientras tanto, algunos familiares de los exreos llegaron hasta la frontera para encontrar a sus seres queridos.

“Vivo en Sabaya y quiero ver a mi hijo para irme con él a mi pueblo. Allí lo estamos esperando con comida y fiesta; su mujer y su hijo están desesperados de verlo”, expresó en medio de llanto Virginia Quispe, quien cubría su rostro con una manta de lana para evitar el polvo y el viento helado.

Doña Virginia detalló que el segundo de sus hijos desapareció hace tres años y que después le llamó desde Chile para decirle que estaba trabajando. Sin embargo, luego de unos meses, le reveló que estaba en la cárcel por haber traficado un kilo de droga, “trabajo” por el que le iban a pagar 1.500 dólares, dinero que iba a emplear en el pago de unas deudas personales.

La presión de los familiares hizo que siete indultados regresen con sus familiares a sus lugares de origen desde Pisiga. Algunos de ellos burlaron el control policial y lograron abrazar a sus familiares, que hacían fila para cumplir con su registro ante Migración y la Aduana.

“Los indultados son personas libres y pueden decidir si van o no a Oruro; lo que sí se va a coordinar con el Segip es que todos realicen, lo antes posible, sus trámites para obtener su certificados de nacimiento y cédulas de identidad, en el entendido de que estarían en calidad de indocumentados”, sostuvo Esteban Miranda, viceministro de Justicia.

“Mis dos hijos (Edwin, de 23, y Miguel, de 26) están ahí, en el bus siete, he logrado verlos y he corrido para abrazarlos, ya estaba en la puerta, pero no me han dejado subir; por lo menos he tocado sus manos y me han dicho que todo va a estar bien”, relató Efraín Mamani, padre de dos personas que en diciembre de 2009 fueron sorprendidos portando cocaína.

“Me quedé sin trabajo y no teníamos plata para la Navidad. A ellos les han ofrecido un trabajo fácil en Chile, pero los han engañado, les habían puesto droga en las maletas y les han pillado. Ahora van a trabajar conmigo en el campo honradamente”, acotó don Efraín.

La caravana de buses empezó a llegar a Oruro a las 21.30. Los indultados fueron llevados al coliseo cerrado Eduardo Leclere Polo, donde sus familiares los aguardaban. Tras el arribo, hubo confusión por la búsqueda de sus seres queridos. Se vio  emotivos abrazos, besos y llanto durante el reencuentro, en medio de una noche fría.

Familiares dicen que los apoyarán

Espera

Familiares de los reos bolivianos indultados en Chile esperaron a sus seres queridos en la ciudad de Oruro, en el coliseo cerrado, lugar en el que estaba programada la desconcentración. Allí anunciaron que les darán apoyo.

Planes

Rubén Padilla, padre de familia cochabambino, contó que esperaba a su hija de 22 años que fue detenida cuando tenía 17 años. “Tenemos muchos planes para ayudarla”, señaló.

Respaldo

Doña Melania llegó de Santa Cruz para esperar a su hijo de 24 años, con quien se encontraría después de casi tres años. “Vamos a darle todo nuestro apoyo”, dijo en medio de llanto.

Desgracia

Irma Gironda Vda. de Mariaca, mujer de la tercera edad, aguardó a su hija Ana María. Indicó que mientras estuvo detenida en Chile murieron su papá y su hermano.

54 exreos tienen problemas legales en Bolivia

De los 428 reos bolivianos indultados en Chile, 54 tienen problemas legales en Bolivia, según informaron anoche fuentes ligadas al operativo de retorno de los connacionales. De los 54 observados, 34 fueron aprehendidos tras su paso a territorio boliviano por el Ministerio Público, debido a que tienen procesos legales pendientes por delitos de narcotráfico y manutención familiar, entre otros.

Durante el registro migratorio, además, se identificó a 12 indultados en Chile que tenían sentencia ejecutoriada en Bolivia. Estas personas fueron enviadas inmediatamente a recintos penitenciarios de Santa Cruz, Cochabamba, La Paz y Tarija, según el reporte al que accedió este diario en Oruro.

Para el recibimiento de los reclusos perdonados en Chile, en la ciudad de Oruro se habilitaron cinco mesas del Servicio General de Identificación Personal (Segip), a fin de que quienes no tenían ese documento lo tramiten inmediatamente.

El Servicio Nacional de Registro Civil (Sereci) también instaló dos mesas para extender certificados de nacimiento a las personas que arribaron y no tenían ese documento, que es un requisito para el trámite de cédula de identidad en el Segip. Hasta la medianoche, las siete mesas de ambas reparticiones continuaban atendiendo a los exinternos, quienes hacían fila para realizar su trámite en el centro deportivo.

Además, las autoridades de Régimen Penitenciario habilitaron dos albergues, con 180 camas, para que los indultados que no tenían familiares presentes o que no encontraron pasajes para retornar a sus lugares de origen, puedan dormir.

Uno de los 14 buses que trasladaron a los exreclusos tuvo un desperfecto, por lo que retrasó su arribo a la ciudad de Oruro. El resto de los indultados, luego de reencontrarse con sus familiares, abandonó el coliseo cerrado de Oruro para emprender viaje a su lugar de origen.