Autoridades militares y de la Gobernación de Potosí dieron inicio ayer a la edificación de los criaderos de trucha en inmediaciones del Silala. Se informó que cuando el proyecto eche a andar, el caudal de agua que va a Chile se reducirá en 10% de forma permanente.  

El acto se realizó la mañana de ayer en el Puesto Militar Adelantado de Infantería Mayor José Mendizábal, acantonado en la región, en presencia del gobernador de Potosí, Félix Gonzales; el comandante del Departamento V del Ejército, general de división Luis Morales, y el senador Eduardo Maldonado (MAS). Ningún representante del Gobierno Nacional estuvo presente.

Raúl Mendizábal, secretario de Desarrollo Agropecuario de la Gobernación y encargado del proyecto, explicó que el flujo de agua del manantial que va a Chile—que surte al norte de ese país con cerca de 205 litros por segundo— inicialmente sufrirá un corte parcial del 30% por unos 15 días, cantidad que bajará de forma paulatina hasta el 10%, reducción que luego será permanente.

Ampliación. Bolivia y Chile mantienen un diferendo por el Silala, un manantial que nace en Potosí y que fue canalizado en 1960 por el vecino, que aprovecha el recurso hídrico desde 1906 sin retribución alguna, con el argumento de que se trata de un río.

Por este motivo, Bolivia y Potosí dejan de percibir $us 2 millones anuales, dijo el Gobernador de este departamento, quien afirmó que el proyecto que comenzó ayer “está sentando soberanía sobre este recurso”.

Cuando se anunció el proyecto piscícola, el Gobierno de Chile pidió a su par de Bolivia información sobre el impacto en la provisión de agua, información que el Gobierno se negó a entregar alegando el ejercicio de soberanía.

 El proyecto implica la construcción de cuatro piscinas, de 10×4 metros, para criar truchas aclimatadas a las bajas temperaturas de la región —de 12°C promedio en verano—, y un canal para llevar el agua, que necesitará un recambio diario para oxigenarla. El general Morales adelantó que se prevé construir otros cuatro proyectos en las provincias potosinas de Nor y Sur Lípez.

Estos criaderos serán construidos en “ojos de agua” (vertientes) que ya fueron identificados. Para ello se acordó una reunión, el 5 de noviembre, con autoridades provinciales y de los municipios de Quetena Grande y Chico, para especificar los lugares y los trabajos que se efectuarán, adelantó.

 El plan piloto requerirá alevines de trucha que serán llevados de Cochabamba y del lago Titicaca. De las cuatro piscinas que se espera construir, esta semana los soldados excavaron la primera y ayer se colocó la piedra fundamental e inauguró oficialmente los trabajos de las otras tres. Para sentar soberanía, autoridades presentes incluso ingresaron al agua banderas en mano.

Se prevé que el proyecto piloto produzca 21.600 truchas por año (unos 5.400 kilos) y beneficie a 670 familias del sector. La obra demanda una inversión de Bs 408 mil, estará concluida en 120 días y comenzará a operar en 2013.

Sin embargo, la Gobernación de Potosí tiene otros tres proyectos de aprovechamiento del agua: la instalación de una embotelladora de agua de mesa en la zona, una hidroeléctrica y una represa para implementar un sistema de riego; incluso se podrían usar las aguas del manantial para paliar las periódicas sequías de la Laguna Colorada, recordó Gonzales.

El Gobernador dijo que para la embotelladora y la hidroeléctrica se inscribió en el presupuesto 2013 Bs 11 millones y Bs 3,7 millones, respectivamente, y que su ejecución está prevista para el segundo semestre del próximo año.

Estas obras también implicarán cortes parciales e incluso la reducción permanente de un flujo mayor del agua al norte de Chile. 

Información. El canciller de Chile, Alfredo Moreno, dijo el viernes —según publicó el diario El Mercurio—, que aún espera información de Bolivia acerca de los proyectos que se emprende en el Silala. El vicepresidente Álvaro García respondió que éste es un tema de soberanía: “En el lado de Bolivia, qué hacemos con esas aguas, es nuestro problema, no tenemos que darle cuenta a nadie”.

Según García, esto no contradice la invitación a retomar el diálogo sobre la agenda de 13 puntos. El jueves, el vicecanciller Juan Carlos Alurralde informó que se envió una nota al Gobierno chileno para reponer la negociación, a lo que el canciller Moreno respondió: “Chile tiene toda la disposición al diálogo, sobre la base que ya hemos acordado, que son los tratados, y el tratado que tenemos es el de 1904”, publicó el diario La Tercera de Chile.

Carabineros de Chile dobló el patrullaje en la zona

Soldados del Puesto Militar Adelantado de Infantería mayor José Mendizábal, en el Silala, constataron que se dobló el patrullaje de carabineros chilenos en esa región fronteriza.

El movimiento de efectivos policiales aumentó luego de que se iniciaran los trabajos preparatorios para construir el criadero de truchas aprovechando las aguas del manantial Silala.

“Antes, por día, venía una sola patrulla, pero ahora vienen dos. Entendemos que han tomado esa iniciativa por los proyectos que se están iniciando en esta región; un corte de agua parece que ha generado susceptibilidad”, relató a La Razón un uniformado del mencionado puesto militar.

El proyecto del criadero de truchas prevé beneficiar a casi 700 familias que viven en las comunidades de esa región; sin embargo, el proyecto generó preocupación en el Gobierno chileno, que a mediados de octubre, solicitó a su par boliviano informes técnicos sobre estos trabajos.

Los 27 soldados del puesto militar a diario realizan incursiones hasta la línea fronteriza con el país vecino; el denominado hito 73 es el destino de cada mañana donde el contingente llega trotando. Tras recorrer unos tres kilómetros, a diario, verifican que no se haya registrado ninguna irregularidad en el lado boliviano.

En esas circunstancias es que verificaron que el control de las patrullas chilenas se incrementó. Los soldados aseguran que entre tres o cuatro carabineros chilenos llegan a diario a bordo de camionetas “último modelo”.

 Si bien los chilenos no realizan ninguna actividad “extra” aparte del control fronterizo, esto ha generado cierta susceptibilidad en los militares bolivianos, por lo que prevén otro tipo de estrategia para incrementar el control, lo que no implicará necesariamente un movimiento armado, aseguró una fuente de esta repartición.

Sin embargo, existen limitaciones materiales. El personal del puesto militar mayor José Mendizábal no cuenta con vehículos de transporte para hacer el recorrido por el sector fronterizo y menos con equipo de comunicación móvil para verificar y reportar a sus superiores cualquier irregularidad que puedan efectuar los efectivos chilenos en el lugar.

“Por lo menos si tendríamos bicicletas podríamos incrementar nuestro patrullaje”, comentan entre risas algunos soldados, que no dejaron de confesar la envidia que tienen de los teléfonos celulares satelitales con los que cuentan los uniformados chilenos.

“Ni bien ven que alguien se acerca a la frontera o pasa a su territorio, se comunican con otras patrullas, que no tardan mucho en llegar”, cuenta un uniformado.

Chilenos tienen una represa en la frontera

Casi 205 litros de agua por segundo emanan de las nacientes del Silala, en territorio boliviano. El líquido elemento es acopiado en una represa construida por los chilenos hace unos 30 años en su lado de la frontera.

La represa se encuentra justo en el límite en territorio extranjero y tiene un tamaño aproximado de 50 por 50 metros. Este medio buscó a funcionarios chilenos para obtener mayores datos técnicos sobre esta estructura, sin embargo no había nadie en el lugar.

Según informes del Puesto Militar Adelantado de Infantería mayor José Mendizábal, se trata de una construcción que reemplaza a una similar que hace casi 40 años fue destruida por personal boliviano tras haberse realizado la delimitación territorial.

Los documentos agregan que fue personal chileno el que realizó la primera obra en territorio boliviano; luego de la delimitación territorial tuvo que hacer una nueva construcción a un kilómetro del lugar, ya en “su propiedad”.

El líquido sale por casi 100 ojos de agua dispersos en territorio boliviano y, hasta la fecha, todo pasa hacia el lado chileno, aunque antes de llegar a ese sector, dota del insumo a los soldados, quienes, para su consumo diario, conectaron una tubería de goma hasta la infraestructura militar.

Asimismo, a unos 15 metros de ese puesto, los uniformados bolivianos construyeron dos pequeñas piscinas rústicas donde crían truchas de manera artesanal, las que al crecer sirven de alimento al contingente de 27 uniformados, de los que está al mando el subteniente Rolando Tapia.   

Los jóvenes acuartelados manifestaron a La Razón su preocupación por el uso del recurso.