Jornadas de mascado de coca celebrarán vuelta Bolivia a convención antidroga
"Estamos organizando, como nos pidió el presidente Evo Morales, una jornada del acullicu (masticado de coca) para cuando retornemos a la Convención de Viena, pues será considerado una victoria", señaló el diputado oficialista Jorge Medina.
Organizaciones sociales y cocaleras de Bolivia han anunciado para esta semana jornadas de mascado de coca para celebrar el previsible retorno de Bolivia a la Convención de la ONU sobre estupefacientes de 1961 con una reserva que permita el masticado de esta planta, una tradición ancestral del país.
El plazo de los países miembros de la Convención para aportar objeciones a la reincorporación de Bolivia concluye mañana y hasta el momento son 5 los que han formalizado por escrito su rechazo, muy por debajo de los 61 que sería necesario que se opongan para que Bolivia no sea readmitida.
El diputado oficialista Jorge Medina informó a través de un comunicado en su página web de que movimientos sociales preparan en todo el país una jornada de masticado de la hoja de coca «una vez que se conozca la readmisión de Bolivia».
«Estamos organizando, como nos pidió el presidente Evo Morales, una jornada del acullicu (masticado de coca) para cuando retornemos a la Convención de Viena, pues será considerado una victoria», señaló Medina.
Los países que se han opuesto hasta ahora son Estados Unidos, Reino Unido, Suecia, Italia y Canadá, aunque no es descartable que otros sumen su veto en las próximas horas, ya que el plazo aún no ha concluido.
En Bolivia se da por hecho el retorno a esta Convención, de la que el país se retiró en 2011 y a la que posteriormente pidió reintegrarse con una reserva sobre la prohibición del masticado de coca, tradición cuya defensa se recoge en la Constitución promulgada en 2009.
Las autoridades bolivianas defienden que la hoja de coca en su estado natural no es un estupefaciente, en tanto la Convención antidroga la veta en uno de sus artículos, ya que se trata de la planta de la que se extrae el alcaloide base para producir la cocaína.
Bolivia trasladó en octubre pasado a la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) su deseo de volver a la Convención internacional sobre estupefacientes.
El ministro boliviano de Exteriores, David Choquehuanca, dijo entonces que el país necesita ese instrumento «para una efectiva lucha contra el narcotráfico y la reducción de los cultivos de hoja de coca».
Choquehuanca llevó a cabo el año pasado una gira por varios países para recabar el respaldo internacional al masticado tradicional de la hoja de coca, una petición que también ha llevado el presidente Morales a los foros internacionales en los que ha participado.
Entre ellos estuvo la última Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, celebrada en Cádiz (España) en noviembre pasado y en la que se aprobó un comunicado especial que reconocía «el uso tradicional del masticado de la hoja de coca» como «una manifestación cultural ancestral de los pueblos de Bolivia y Perú que debe ser respetada por la comunidad internacional».
Naciones Unidas certificó en septiembre pasado una reducción del 12 % de los cultivos de hoja de coca en el país, un punto porcentual menos que el Gobierno estadounidense, que reconoce el avance pero lo considera insuficiente en la lucha contra el narcotráfico.