En los últimos días sumaron a siete los países que rechazan que Bolivia pueda retornar a la Convención de Viena con la reserva de que se respete el masticado de la hoja de coca; hasta la fecha oficialmente Alemania, Canadá, Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia, Suecia y Rusia negaron el respaldo al pedido de la administración de Evo Morales, que anunció buenas noticias sobre este tema hasta el 11 de enero.
El Gobierno ruso propuso elevar a rango de ley su oposición al cultivo de hoja de coca y la negativa para que Bolivia logre su reincorporación a la Convención Única sobre Estupefacientes de la Organización de Naciones Unidas (ONU). En ese marco el presidente ruso, Vladímir Putin, presentó a la Cámara baja de su parlamento el proyecto de ley llamado a institucionalizar la oposición a las intenciones de La Paz.
El Canciller David Choquehuanca dijo en días pasados que no preocupa al Gobierno la negativa de otros países, pues tendrían el apoyo de las naciones de Unasur y los países no alineados que expresaron en diferentes foros su respaldo a la iniciativa de boliviana.
En tanto el diputado del Movimiento Al Socialismo (MAS), Jorge Medina, informó que los movimientos sociales afines al partido en función de Gobierno preparan la realización de una jornada del masticado de la hoja de coca, o, acullico, para celebrar la readmisión de Bolivia; se prevé una concentración de cocaleros para este 12 de enero en la plaza Villarroel de La Paz y la plaza 14 de septiembre en Cochabamba.
El presidente Morales dijo el sábado pasado sentirse confiado en que este jueves 10 de enero ganará la batalla internacional para despenalizar el acullico de la hoja de coca y que Bolivia retornará a la Convención de Viena, por lo que pidió a los asambleístas nacionales, departamentales y dirigentes sociales, organizar una gran concentración de celebración para los próximos días.
Bolivia tras denunciar la Convención de Viena sobre Estupefacientes de 1961 en junio de 2011 y pedir su adhesión seis meses después, reservándose el derecho de acullicar coca práctica milenaria reconocida en la Constitución Política del Estado (CPE), quedó fuera de este acuerdo. Desde entonces se abrió un periodo de 18 meses para que Bolivia explique sus argumentos a la comunidad internacional y para que los miembros de la Convención evalúen la solicitud del Gobierno.
El responsable de la oficina local de Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC en inglés), César Guedes, indicó que «hacia el 10 de enero se podrá saber si Bolivia reingresa a la Convención». La ONU establece que se requiere que un tercio de los miembros de la Convención se pronuncie explícitamente contra la solicitud boliviana para que ésta sea rechazada, o sea 61 naciones.