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Bolivia enviará una nota de reclamo a Chile por paralizar desminado en la frontera

El vicecanciller Juan Carlos Alurralde anunció este lunes que en próximos días enviará una nota de reclamo a la Cancillería de Chile por la paralización de las tareas de desminado en la frontera entre ambos países, proceso que debía concluir el año pasado.

El anuncio se da luego de que este domingo el presidente Evo Morales diera a conocer que la administración de Sebastián Piñera paralizó el desminado a la que se había comprometido a través de la Convención de Ottawa, también denominada Convención sobre la prohibición de minas antipersonal, aprobada en 1997 por las Naciones Unidas y ratificada por Chile el 2002.

«Nosotros vamos a hacer una nota verbal a Chile, efectuando el reclamo respectivo por la vía que corresponde», anunció Alurralde, en conferencia de prensa desde la Cancillería.

La autoridad dijo que Chile actualmente cuenta con todas las condiciones para concluir con esta tarea, pues cuenta con los recursos que requiere este trabajo por la economía de la que goza actualmente y también con los medios técnicos, que se le fueron brindados por la comunidad internacional.

«Chile simplemente no ha cumplido una obligación porque no ha tenido la voluntad de hacerlos y eso lamentamos profundamente», precisó.

La Convención de Ottawa estable en el parágrafo primero del artículo 5 que «cada Estado Parte se compromete a destruir, o a asegurar la destrucción de todas las minas antipersonal colocadas en las zonas minadas que estén bajo su jurisdicción o control, lo antes posible, y a más tardar en un plazo de 10 años, a partir de la entrada en vigor de esta Convención para ese Estado Parte».

Chile es parte del acuerdo internacional y puso en marcha en 2002 la Comisión Nacional de Desminado (CNAD) para poner en práctica el documento internacional.

En diciembre de 2011, en una reunión llevada adelante en la Cancillería boliviana, el cónsul de Chile en Bolivia, Jorge Canelas, informó que se solicitó al país una prórroga de los plazos para culminar con el desminado de los campos fronterizos con Bolivia, pues consistía en «un proceso lentísimo, extraordinariamente peligroso y costoso».