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Evo critica un doble discurso de la CIDH sobre Bolivia

Duro y crítico, Evo Morales arremetió contra la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), instancia a la que acusó, por lo menos en el caso boliviano, de un doble discurso en la defensa de los derechos humanos, además de supuestamente encubrir actos de violación de los derechos humanos en el propio Estados Unidos.

Morales cuestionó el papel de la CIDH, entidad encargada de precautelar el respeto de los derechos humanos, y consideró que ésta sufre de “amnesia” ante constantes “violaciones” a los derechos humanos en EEUU.

Refirió que para el mecanismo existen países de primera y segunda; los primeros, indicó, son aquellos que no suscribieron el Pacto de San José; mientras que los segundos son los que firmaron el documento y, por ello, son por ejemplo objeto de informes anuales sobre vulneración de derechos.

En el caso boliviano, ejemplificó lo que considera la parcialidad que tiene la CIDH con gobiernos de derecha. Recordó que el mecanismo no se pronunció en contra de los actos del expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada, cuando la represión militar durante octubre de 2003 causó al menos 68 muertos en La Paz y en El Alto.

En cambio, reprochó que la instancia regional sí se pronunció cuando los indígenas de tierras bajas se opusieron a la construcción de la carretera por el medio del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS). Esta posición la adoptó, según el mandatario Morales, porque su gobierno es antiimperialista.

TIPNIS. Fue al hablar del TIPNIS cuando Morales desafió a la CIDH a devolver el dinero gastado por su gobierno en la defensa del Estado ante la denuncia sobre violación de derechos humanos en la represión de 2011 en Chaparina, cuando policías reprimieron, amordazaron y maniataron a indígenas que marchaban contra la construcción de la carretera entre Cochabamba y Beni.

“(La CIDH) coloca la lupa sobre los gobiernos progresistas para observar su comportamiento democrático, pero no dice nada del comportamiento de los gobiernos conservadores”, remató el Mandatario. Se sumó, además, al pedido de reforma del mecanismo, que es parte de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Tropiezo del Canciller

El canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, tropezó con una de las jardineras cuando iba al lugar donde se tomaría la foto oficial; un miembro de protocolo lo sostuvo del brazo para evitar que cayera, pero no pudo impedir que se lesionara la rodilla derecha. La autoridad llegó cojeando y posó visiblemente adolorido.

Por otro lado, la Orquesta Sinfónica del colegio Laredo, declarada Patrimonio Cultural e Inmaterial de Bolivia, fue invitada para la inauguración de la conferencia; los músicos esperaron varias horas y cerca del mediodía la Cancillería ordenó que se vayan del lugar porque se pidió música folklórica y no de cámara, según el director general de Ceremonial del Estado, Fernando Huanacuni. Los jóvenes y niños cargaron sus instrumentos y dejaron el hotel Regina en Tiquipaya.

Opositores protestaron en puertas del cónclave

Personas de la oposición arribaron al hotel Regina en Tiquipaya para denunciar, ante la Segunda Conferencia de Estados Parte de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, lo que consideran vulneraciones de derechos en Bolivia. No les fue permitido el ingreso y aseguraron que buscarán la forma de entregar el documento que detalla —dijeron— las agresiones registradas en el país.

Entre los casos a denunciar están los denominados “Cristian Urresti, Perseguidos políticos, Róger Pinto, Caranavi, La Calancha y el TIPNIS”, detalló Paola Zapata, diputada de Convergencia Nacional, que encabezó la movilización. “El documento es un resumen de los siete años de gobierno del presidente Morales, donde se ha violado sistemáticamente los derechos humanos”, acotó.

El reducido grupo protestó pacíficamente fuera de las instalaciones, porque el ingreso les fue negado. La diputada Zapata aseguró que buscarán la forma de que “el mundo conozca de esto; vamos a entregar el documento a estos diplomáticos y que den a conocer a América Latina”. La protesta fue esporádica; por la mañana duró al menos dos horas y antes del mediodía el grupo dejó las puertas del hotel Regina.