Director de Régimen Penitenciario dice que teme por su vida tras el ‘cierre’ del penal de San Pedro a nuevos reclusos
"Estamos echando agua bendita a la cárcel y los demonios empezaron a llorar y no se quedarán inmóviles, y éstos querrán asesinar e intentarán matarme por firmar la resolución que suspendió desde el 1 de agosto el ingreso de nuevos detenidos", profetizó el director de régimen penitenciario Ramiro Llanos durante una conferencia de prensa.
El director general de Régimen Penitenciario, Ramiro Llanos, reveló el viernes que teme por su vida, luego que dispuso el cierre del penal de San Pedro a nuevos privados de libertad desde el 1 de agosto. Dijo que con esa medida se afectan intereses al interior del centro penitenciario.
«Estamos echando agua bendita a la cárcel de San Pedro y los demonios empezaron a llorar y no se quedarán inmóviles, y éstos querrán asesinar e intentarán matarme por firmar la Resolución Administrativa que suspendió desde el 1 de agosto el ingreso de nuevos detenidos preventivos», declaró Llanos en conferencia de prensa.
El hacinamiento en el reclusorio es la causa principal para que Régimen Penitenciario decidiera cerrar la cárcel de San Pedro, ubicada en la zona del mismo nombre en pleno centro de la ciudad de La Paz. En la penitenciaria conviven al menos 2.500 reos cuando esa cárcel fue creada para unos 300 privados de libertad. En julio al menos 50 menores de edad fueron evacuados de San Pedro o centros de asistencia.
Llanos detalló que al prohibir el ingreso de nuevos presos a San Pedro se evita también que éste centro de reclusión continúe siendo una especie de «tierra de nadie» donde los presos incluso negocian la venta de celdas, lo que favorece a los internos con dinero «en desmedro de los humildes y pobres».
Precisó que en las secciones Los Pinos, Guanay, La Cancha, Chonchocorito, Álamos, San Martín, Prefectura, Posta y Palmar la comercialización de las celdas fluctúa entre los 750 y 70.000 bolivianos.
Llanos también mencionó que las secciones Chonchocorito y la Posta son los lugares donde el valor de una celda es el más alto, con precios que pueden llegar a 1.000, 5.000 y 10.000 dólares debido a que esos lugares van a dar los reos «más adinerados» que cumplen con la detención preventiva.
Además, insistió que con la decisión de la Dirección General de Régimen Penitenciario de prohibir el ingreso de nuevos detenidos, también se afectó a los ingresos de reducidos grupos que «controlan la cárcel».
«Ojalá no aparezca muerto en algún lugar, me cuidaré, pero que no quede duda que la política de humanizar y mejorar las condiciones de vida y bienestar de los privados de libertad seguirá adelante», sostuvo Llanos.
Por eso aseguró que «Régimen Penitenciario no dará un paso atrás en el cumplimiento de la resolución que tiene la finalidad de precautelar la vida y la integridad física de los privados de libertad».
Días atrás, el Tribunal Departamental de Justicia (TDJ) de La Paz pidió a Régimen Penitenciario el aplazamiento del cierre del penal a nuevos detenidos preventivos por diez días. Su presidente, Iván Campero, declaró que la medida generará problemas en el traslado de los presos a las audiencias judiciales, tomando en cuenta que los reos serán trasladados a penales fuera de la capital paceña.