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Tuesday 23 Apr 2024 | Actualizado a 21:53 PM

Identificarán cuerpos en semanas

Ya son 31 los muertos, ayer falleció un herido en un hospital cruceño

/ 25 de agosto de 2013 / 05:06

 mIguel rivas, JORGE SORUCO
n LA PAZ, SANTA CRUZ
Al menos 15 días tardará la identificación de los cadáveres calcinados durante el letal enfrentamiento del viernes en el penal cruceño de Palmasola, anunció el Gobierno, lo que intensificó el drama de los familiares de los privados de libertad, desesperados por noticias de sus seres queridos.
La lucha interna de los presos de Palmasola sumó ayer una nueva víctima mortal, ya que falleció uno de los 52 heridos de la que es la peor tragedia carcelaria del país.
El ministro de Gobierno, Carlos Romero, informó ayer a La Razón que de los 31 fallecidos —entre ellos un niño de aproximadamente un año y medio—, 29 están “irreconocibles”. “Este tipo de exámenes para lograr identificarlos puede durar entre dos y tres semanas”, indicó la autoridad.
Quince peritos del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) y el Instituto de Investigaciones Técnico Científico de la Universidad Policial estarán a cargo de este trabajo, precisó Romero, quien luego reveló que existe una lista preliminar de los muertos, pero que no se anima a hacerla pública debido a que “se busca confirmarla con los resultados periciales médicos”.

DOLOR. La madrugada de ayer, los cuerpos de los primeros 30 fallecidos fueron trasladados en un camión a la morgue de esa ciudad.
“¡Por favor, necesito a mi hijo vivo o muerto!”, fue el grito de de-sesperación con el que Carmen Rosa Vargas, madre del interno de Palmasola Juan Alexis Zorrilla Vargas, recibió la noticia de que aún no se informaría sobre la identidad de los fallecidos en la prisión.
“No duermo desde hace mucho, ya que no sé qué le pasó. Éstos (las autoridades) no nos dicen nada, no hay derecho, soy una madre”, señaló Vargas, frente a las puertas de la morgue cruceña. Junto a ella, decenas de familiares de los internos de la penitenciaría intentaban obtener información sobre el destino de sus seres queridos.
El coronel Johnny Requena, comandante de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen de la capital oriental, indicó que los médicos forenses sólo habían identificado hasta ayer cinco cuerpos. Después aseguró a medios y parientes que mañana se permitiría la entrada de los dolientes, para que concluya la identificación.
Pese al anuncio, la mayoría de las personas no se movió del lugar, pues para muchos de ellos era la última opción para obtener información sobre sus parientes. Es el caso de Carla Hernández, quien recorrió “todos” los nosocomios cruceños buscando a su hermano, Carlos Christian.
La esposa de Gary Hernán Banegas reclamó a su vez: “Sólo queremos saber quiénes son los fallecidos. No puede ser que no tengan una lista de los internos vivos”.
Más calmados, pero igual de afectados por una ira impotente, estaban quienes encontraron a sus familiares en los centros de salud del municipio. La mayoría estaba esperando en los pasillos y salas de los hospitales o corriendo a comprar medicamentos u otros productos para las víctimas.
“No hemos pensando en nada más que lograr que mi hermano se cure, esperamos que se ponga en pie”, sostuvo Sara Galindo, hermana del recluso Freddy. Sin embargo, la atmósfera en estos grupos de personas seguía tensa.
Una de las razones era la constante presencia policial que recordaba que, aunque heridos, los afectados por los disturbios siguen siendo prisioneros. Asimismo, los familiares libres no podían sino manifestar veladamente el resentimiento hacia la institución verde olivo por su negligencia, o peor aún, participación en los hechos de la madrugada del viernes.
“Yo quiero denunciar lo duro de la Policía. Los han tenido cinco horas sin prestarles auxilio. ¿Qué pueden hacer si están todos quemados?”, reclamó Daniel Vaca, padre de uno de los afectados.  
“Ellos (los agresores) también tenían armas de fuego y gases lacrimógenos. No entiendo de dónde sacan eso. ¿Cómo puede permitir eso la Policía?”, fue la queja de Karen A., prima de otro herido, mientras que Flavia (seudónimo) indicó que algunos de los uniformados habrían agravado las lesiones de su hijo.
A las 05.30 del viernes, presos del penal de Palmasola de la sección B hicieron dos forados en la malla olímpica del sector Chonchocorito, que los divide de los internos de la sección A, e ingresaron a atacarlos con armas blancas y utilizando garrafas de gas licuado como lanzallamas. La pelea se suscitó por el control de Chonchocorito, que alberga a cerca de 500 de los 5.200 internos de Palmasola. La Policía logró controlar el recinto dos horas después.
Comenzó la distribución de fármacos en la cárcel
J. S. n El Gobierno inició ayer la distribución gratuita de insumos y medicamentos en la cárcel de Palmasola, donde 21 reclusos con quemaduras y lesiones leves se recuperan, un día después de la feroz reyerta entre internos de esa prisión, informó el ministro de Salud, Juan Carlos Calvimontes.
Se “está procediendo a la distribución de insumos y medicamentos a la cárcel de Palmasola”, dijo.
La autoridad anunció también que se entregarán los fármacos necesarios a los nosocomios de Santa Cruz que atienden a los reclusos con heridas de mayor gravedad, como se comprometió la noche del viernes, luego de los enfrentamientos entre reclusos de Palmasola, que dejaron 31 muertos y 52 heridos, la mayoría con quemaduras de diferentes grados.
Ayer, los familiares de los presos internados en los hospitales afirmaron que invirtieron fuertes sumas de dinero en las primeras horas tras el traslado de los heridos.
El cirujano jefe del Hospital Japonés, Abel Durán, declaró a La Razón que su centro no tuvo problemas para atender a los afectados. Sin embargo, reconoció que el apoyo de la población, ya sea mediante la donación de insumos o de sangre y plasma, siempre es bienvenido.

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/ 25 de agosto de 2013 / 05:06

 mIguel rivas, JORGE SORUCO
n LA PAZ, SANTA CRUZ
Al menos 15 días tardará la identificación de los cadáveres calcinados durante el letal enfrentamiento del viernes en el penal cruceño de Palmasola, anunció el Gobierno, lo que intensificó el drama de los familiares de los privados de libertad, desesperados por noticias de sus seres queridos.
La lucha interna de los presos de Palmasola sumó ayer una nueva víctima mortal, ya que falleció uno de los 52 heridos de la que es la peor tragedia carcelaria del país.
El ministro de Gobierno, Carlos Romero, informó ayer a La Razón que de los 31 fallecidos —entre ellos un niño de aproximadamente un año y medio—, 29 están “irreconocibles”. “Este tipo de exámenes para lograr identificarlos puede durar entre dos y tres semanas”, indicó la autoridad.
Quince peritos del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) y el Instituto de Investigaciones Técnico Científico de la Universidad Policial estarán a cargo de este trabajo, precisó Romero, quien luego reveló que existe una lista preliminar de los muertos, pero que no se anima a hacerla pública debido a que “se busca confirmarla con los resultados periciales médicos”.

DOLOR. La madrugada de ayer, los cuerpos de los primeros 30 fallecidos fueron trasladados en un camión a la morgue de esa ciudad.
“¡Por favor, necesito a mi hijo vivo o muerto!”, fue el grito de de-sesperación con el que Carmen Rosa Vargas, madre del interno de Palmasola Juan Alexis Zorrilla Vargas, recibió la noticia de que aún no se informaría sobre la identidad de los fallecidos en la prisión.
“No duermo desde hace mucho, ya que no sé qué le pasó. Éstos (las autoridades) no nos dicen nada, no hay derecho, soy una madre”, señaló Vargas, frente a las puertas de la morgue cruceña. Junto a ella, decenas de familiares de los internos de la penitenciaría intentaban obtener información sobre el destino de sus seres queridos.
El coronel Johnny Requena, comandante de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen de la capital oriental, indicó que los médicos forenses sólo habían identificado hasta ayer cinco cuerpos. Después aseguró a medios y parientes que mañana se permitiría la entrada de los dolientes, para que concluya la identificación.
Pese al anuncio, la mayoría de las personas no se movió del lugar, pues para muchos de ellos era la última opción para obtener información sobre sus parientes. Es el caso de Carla Hernández, quien recorrió “todos” los nosocomios cruceños buscando a su hermano, Carlos Christian.
La esposa de Gary Hernán Banegas reclamó a su vez: “Sólo queremos saber quiénes son los fallecidos. No puede ser que no tengan una lista de los internos vivos”.
Más calmados, pero igual de afectados por una ira impotente, estaban quienes encontraron a sus familiares en los centros de salud del municipio. La mayoría estaba esperando en los pasillos y salas de los hospitales o corriendo a comprar medicamentos u otros productos para las víctimas.
“No hemos pensando en nada más que lograr que mi hermano se cure, esperamos que se ponga en pie”, sostuvo Sara Galindo, hermana del recluso Freddy. Sin embargo, la atmósfera en estos grupos de personas seguía tensa.
Una de las razones era la constante presencia policial que recordaba que, aunque heridos, los afectados por los disturbios siguen siendo prisioneros. Asimismo, los familiares libres no podían sino manifestar veladamente el resentimiento hacia la institución verde olivo por su negligencia, o peor aún, participación en los hechos de la madrugada del viernes.
“Yo quiero denunciar lo duro de la Policía. Los han tenido cinco horas sin prestarles auxilio. ¿Qué pueden hacer si están todos quemados?”, reclamó Daniel Vaca, padre de uno de los afectados.  
“Ellos (los agresores) también tenían armas de fuego y gases lacrimógenos. No entiendo de dónde sacan eso. ¿Cómo puede permitir eso la Policía?”, fue la queja de Karen A., prima de otro herido, mientras que Flavia (seudónimo) indicó que algunos de los uniformados habrían agravado las lesiones de su hijo.
A las 05.30 del viernes, presos del penal de Palmasola de la sección B hicieron dos forados en la malla olímpica del sector Chonchocorito, que los divide de los internos de la sección A, e ingresaron a atacarlos con armas blancas y utilizando garrafas de gas licuado como lanzallamas. La pelea se suscitó por el control de Chonchocorito, que alberga a cerca de 500 de los 5.200 internos de Palmasola. La Policía logró controlar el recinto dos horas después.
Comenzó la distribución de fármacos en la cárcel
J. S. n El Gobierno inició ayer la distribución gratuita de insumos y medicamentos en la cárcel de Palmasola, donde 21 reclusos con quemaduras y lesiones leves se recuperan, un día después de la feroz reyerta entre internos de esa prisión, informó el ministro de Salud, Juan Carlos Calvimontes.
Se “está procediendo a la distribución de insumos y medicamentos a la cárcel de Palmasola”, dijo.
La autoridad anunció también que se entregarán los fármacos necesarios a los nosocomios de Santa Cruz que atienden a los reclusos con heridas de mayor gravedad, como se comprometió la noche del viernes, luego de los enfrentamientos entre reclusos de Palmasola, que dejaron 31 muertos y 52 heridos, la mayoría con quemaduras de diferentes grados.
Ayer, los familiares de los presos internados en los hospitales afirmaron que invirtieron fuertes sumas de dinero en las primeras horas tras el traslado de los heridos.
El cirujano jefe del Hospital Japonés, Abel Durán, declaró a La Razón que su centro no tuvo problemas para atender a los afectados. Sin embargo, reconoció que el apoyo de la población, ya sea mediante la donación de insumos o de sangre y plasma, siempre es bienvenido.

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