El ministerio brasileño de Defensa informó el martes que «en ningún momento» fue informado del plan de fuga del senador boliviano Róger Pinto, que estaba refugiado en la embajada en La Paz y llegó a Brasil en un automóvil diplomático, escoltado por fusileros navales brasileños.
«Ninguna autoridad brasileña en el ministerio de Defensa fue consultada o conocía del viaje antes de que el señor Roger Pinto hubiera entrado a territorio brasileño», indicó el ministerio en un comunicado.
Los agregados militares en La Paz, que el día de la fuga estaban en un evento en Cochabamba, «afirmaron que en ningún momento fueron informados de la acción de traslado del senador boliviano a Brasil», precisó.
Pinto, que estuvo refugiado 15 meses en la embajada y no tenía un salvoconducto de Bolivia para salir hacia Brasil, escapó de la embajada brasileña en La Paz con la ayuda del encargado de negocios Eduardo Saboia, el diplomático de más alto rango en la legación tras la partida del antiguo embajador y antes de la llegada del nuevo.
El vehículo en el que viajaban Pinto y Saboia iba escoltado por otro automóvil diplomático con fusileros navales brasileños en un viaje de 22 horas, a lo largo de 1.600 km, hasta Corumbá (estado de Mato Grosso do Sul, centro-oeste), en la frontera entre ambos países.
«Los militares participaron del viaje al ser convocados por el encargado de negocios de la embajada brasileña en La Paz. De acuerdo a informaciones ya presentadas por la Marina de Brasil, la participación de los fusileros tenía el objetivo exclusivo de garantizar la seguridad del diplomático brasileño», precisó el texto.
Los fusileros navales tienen atribución de dar seguridad a la embajada y a los integrantes del cuerpo diplomático. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, lamentó más temprano que se pusiera en riesgo la vida de Pinto.
«Brasil jamás podría aceptar, sin salvoconducto del gobierno boliviano, colocar en riesgo la vida de una persona que estaba bajo su resguardo», dijo.
La fuga del senador opositor al gobierno de Evo Morales desató la indignación de Bolivia, que pidió explicaciones. El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Antonio Patriota, fue relevado del cargo el lunes de noche a raíz de este caso. En su lugar, asumirá el hasta ahora representante de Brasil ante la ONU, Luiz Alberto Figueiredo.