Icono del sitio La Razón

Ven favorables a Pinto acciones del Gobierno

Los abogados del senador Róger Pinto (CN), quien fugó a Brasil el 23 de agosto, coinciden en que las más recientes acciones del oficialismo favorecen a su defendido para que la solicitud de refugio sea aceptada. Al Ejecutivo le tiene sin cuidado cualquier interpretación de los juristas.

“Los actos del Gobierno boliviano fueron plenamente favorables para el senador Pinto, tanto así que el ministro de Justicia (del Brasil, José Eduardo Cardoso) indicó que el caso sería analizado de forma independiente, técnica y sin presiones”, declaró a La Razón el jurista Fernando Tiburcio, defensor de Pinto en Brasil.

Tiburcio indicó que la retención irregular, en el aeropuerto de Santa Cruz, de Luis Vásquez Villamor, otro de los abogados del opositor, y el viaje a Brasil de una comisión gubernamental, “son interpretadas como una intromisión a asuntos internos de ese país”. Y en su criterio, la respuesta al asilo se conocería en seis meses. Por su lado, Vásquez dijo que “para la sociedad brasileña quedó claro que en Bolivia se persigue a los opositores del gobierno de Evo Morales”. La ministra de Justicia, Cecilia Ayllón, que fue parte de la comisión que se reunió con el Ministro de Justicia en Brasil, afirmó que al Ejecutivo le tienen sin cuidado las declaraciones de los abogados.

“Eso no nos preocupa. Lo que hicimos es entregar la documentación de los cinco casos de corrupción que pesan sobre Pinto y explicamos que estas acciones están dirigidas a todas las exautoridades que se apropiaron de forma indebida de los recursos del Estado. No sólo de anteriores gobiernos, también del nuestro”, manifestó. Además de Ayllón, viajaron al vecino país, el ministro de Gobierno, Carlos Romero; la de Transparencia, Nardi Suxo, y el fiscal General, Ramiro Guerrero. El viaje fue acordado por los presidentes de ambos países.

Pinto estaba asilado en la Embajada de Brasil en La Paz desde el 28 de mayo de 2012, y después de 15 meses dejó Bolivia sin el salvoconducto necesario y con ayuda del entonces Encargado de Negocios brasileño, Eduardo Saboia.