El control de la frontera entre Bolivia y Perú es difícil, advirtió ayer la embajadora peruana en el país, Silvia Alfaro, tras denuncias de que en las zonas limítrofes, especialmente en la región amazónica, hay tráfico de cocaína por vía aérea.
“Tenemos una frontera de más de 1.000 kilómetros que es muy difícil de vigilar de manera eficiente, por ahora, pero estamos en la lucha con esfuerzo, trabajo y cooperación”, afirmó la representante peruana tras el saludo protocolar de fin de año del cuerpo diplomático en la Cancillería. El 25 de noviembre, Informe La Razón reportó que hay entre tres y cuatro narcovuelos diarios en la zona limítrofe de ambos países.
“Sabemos que tiene una fluida afluencia de narcos de ida y venida. Creo que no vale la pena incidir en la nacionalidad de quienes conformar estos cárteles, fuerzas o mafias. Aquí lo importante es que Bolivia y Perú estamos comprometidos a trabajar de manera más acuciosa y eficiente en tratar de controlar lo que sucede en una frontera tan extensa”, agregó.
La diplomática peruana resaltó el control que se hace en la zona fronteriza tripartita de Bolpebra. Para este caso indicó que hubo esfuerzos compartidos entre Bolivia, Perú y Brasil, ya que la Amazonía es una zona “bastante difícil”.