Yungas obtuvo 62% más que el Chapare en desarrollo integral
Según datos del Fonadal, de 2009 a 2013, la zona yungueña recibió Bs 29 millones más que el dinero destinado al trópico cochabambino. Cocaleros destacan la cooperación
En el último lustro, los planes para reducir los cultivos de coca excedentarios en el país y reemplazarlos por otros sufrieron cambios, desde el nombre que los identificaba hasta los beneficiarios, pues ahora los Yungas de La Paz recibe más recursos que el trópico cochabambino.
Según datos oficiales del Fondo Nacional de Desarrollo Alternativo (Fonadal), entre 2009 y 2013 el dinero que se destinó a proyectos integrales en el Chapare, en el trópico de Cochabamba, llegó a Bs 48,27 millones, mientras que el monto que se empleó en las provincias Nor y Sud Yungas de La Paz sumó Bs 77,56 millones, o sea, la región paceña recibió Bs 29,29 millones más, cantidad que representa 62% más que la otra zona de producción del vegetal.
Si bien el plan nació con el nombre de desarrollo alternativo, uno de los cuatro pilares de la lucha antidrogas —junto a la erradicación, interdicción y prevención—, en las décadas de los 80 y 90 y primeros años después de 2000, éste pasó a convertirse en desarrollo integral, un concepto en el que no solo se buscaba cambiar los cultivos por otros productos, sino modificar la economía de las familias productoras de coca.
Norma. Este plan, también durante su creación, estuvo centralizado en el trópico de Cochabamba, zona de producción excedentaria de coca, según la Ley 1008 aprobada en 1988, donde la erradicación de la hoja era una prioridad en la lucha contra el narcotráfico. Antes de 2000 prácticamente no se ingresó a Yungas con planes alternativos, ya que la citada norma reconoce como tradicionales a 12.000 hectáreas del vegetal en la zona paceña.
El ingeniero Miguel Oropeza Arispe, director ejecutivo del Fonadal, destacó la ejecución de los planes de de-sarollo integral en Yungas, ya que en gestiones gubernamentales anteriores a la del actual presidente Evo Morales (2006) no se ingresó a esta región.
No obstante, publicaciones de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) dan cuenta de que en 2001 esta organización y autoridades del Gobierno boliviano “decidieron echar a andar en los Yungas de La Paz una serie de proyectos de desarrollo, debido a que temían una futura explosión de coca en la zona, porque habían sido detectadas hectáreas al margen de las 12.000 permitidas por la Ley 1008 en zonas tradicionales de producción”. Entre esos proyectos se encuentran puentes, dotación de agua potable y otras obras sociales.
Si bien Usaid fue expulsada de Bolivia el 1 de mayo de 2013 por el presidente Evo Morales, bajo el argumento de que tenía injerencia política y conspiraba contra su gobierno, el Director del Fonadal aseguró que la salida de la agencia de cooperación estadounidense no afectó, ya que la repartición que dirige no recibía recursos de esa entidad.
Actualmente, el Fonadal cuenta con proyectos de producción apícola, piscícola, pecuaria, educación, industrialización de productos cítricos, electrificación, riego, vías camineras, saneamiento básico y agua potable, entre otros, tanto en Yungas como en el trópico cochabambino.
Oropeza también resaltó que la labor del Gobierno boliviano en materia de desarrollo integral se nacionaliza, ya que la mayor parte de los recursos son propios, aunque reconoció la cooperación económica que brinda la Unión Europea a esta área.
Oropeza afirmó que hasta el presente, los proyectos de desarrollo integral ya llegaron a unos 50.000 de los 100.000 productores de coca que hay en todo el país. Del total de cocaleros, cerca de 57.000 pertenecen a las zonas cochabambinas.
René Jiménez, vicepresidente de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, destacó los proyectos de desarrollo integral porque —dijo— no son fruto de imposiciones. Ernesto Cordero, presidente de la Asociación de Productores de la Coca de La Paz (Adepcoca), sostuvo que este apoyo debe rescatar la fertilidad de la tierra.
Hasta 2018 se tendrá 20.000 ha de coca
El Fondo Nacional de Desarrollo Alternativo (Fonadal) tiene el objetivo de reducir de 25.300 hectáreas (ha) de coca en el país —extensión certificada por la Oficina de las Naciones Unidas para la Lucha Contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés)— hasta 2012, a 20.000 ha del cultivo hasta 2018.
Las 18.000 ha pretendidas son preliminares, informó el director del Fonadal, Miguel Oropeza, ya que se esperará que se terminen estudios adicionales de consumo legal de la hoja de coca.
Explicó que si bien el estudio legal de consumo de coca en el país estableció que es necesario cultivar 14.705 ha de coca para cubrir el consumo tradicional en el país, faltan investigaciones complementarias como la demanda de la coca que hay en el norte argentino y el establecimiento de la cantidad destinada a la industrialización del producto, sea en mates o productos medicinales.
Una vez que se tenga cuantificada la cantidad de coca de consumo tradicional, ésta será respetada y se constituirá en la meta para la gestión 2018, precisó.
Explicó que se toma en cuenta la cifra referencia de las 20.000 ha de coca porque si bien la Ley 1008 establece que debe haber 12.000 ha tradicionales, a éstas se deben añadir 7.000 ha para el trópico cochabambino, definidas por un decreto supremo que permite la tenencia de un cato de coca (40 metros por 40) por familia cocalera en esa región, y 1.000 para el municipio de Caranavi, en La Paz.
Oropeza expresó su esperanza de que la UNODC defina en las próximas mediciones la cantidad de cultivos alternativos que hay en el país, en comparación con la erradicación de coca.
En el trópico lo ven como un apoyo al cato de coca
En el trópico de Cochabamba, el desarrollo integral es considerado como un apoyo económico al cultivo del cato (40 metros por 40) de coca, indicó a este medio el vicepresidente de las seis federaciones de cocaleros de ese sector, René Jiménez.
“(El desarrollo integral) ayuda a diversificar la economía de las familias (cocaleras), ahora la idea no es eliminar o reemplazar la coca, eso han entendido los compañeros y lo toman en cuenta”, declaró el dirigente del sector cocalero.
De acuerdo con el director ejecutivo del Fondo Nacional de Desarrollo Alternativo (Fonadal), Miguel Oropeza, los proyectos de desarrollo alternativo son apoyados por los cocaleros del trópico, y por eso hay paz social en la zona y se dejaron atrás los conflictos o bloqueos de caminos.
Jiménez afirmó que la aceptación de los planes de de- sarrollo en el trópico se debe a que los proyectos son ejecutados con una contraparte de las alcaldías municipales locales y con el respaldo de la población, según los requerimientos y expectativas que tengan. “Ya no hay imposición desde arriba que nos diga ‘hagan esto’, sino que se obedece la necesidad de la comunidad”, indicó.
El dirigente cocalero destacó que con los programas de desarrollo integral actuales hay un sistema de fiscalización constante, ya que estas tareas están dentro del Programa Operativo Anual del municipio con respaldo del Fonadal.