El presidente Evo Morales ratificó el domingo los lazos de cooperación y solidaridad con el nuevo Gobierno de El Salvador, a tiempo de desearle «éxitos» al ex guerrillero Salvador Sánchez Cerén, de 69 años, que tomó las riendas del país centroamericano por los siguientes cinco años.
Morales, el primer indígena en gobernar Bolivia, calificó a Sánchez Cerén como un «luchador incasable» y expresó su alegría por los logros de de la revolución de los pueblos del continente americano frente a la hegemonía imperial del capitalismo.
«Estamos aquí para trabajar de manera conjunta (…), por el bien de nuestros países», dijo en un breve contacto con los periodistas.
Morales, que confía en ser reelecto en octubre para el periodo 2015-2020, señaló que impulsará la complementariedad y solidaridad entre Bolivia y El Salvador, principios heredados -dijo- por el líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, y el extinto mandatario venezolano, Hugo Chávez.
«Esa herencia de trabajar en complementariedad, en solidaridad es tan importante para nuestros pueblos», proclamó el mandatario izquierdista y ratificó el «profundo compromiso» de Bolivia de impulsar una mayor integración de los países de la región en todos los ámbitos.
En la ceremonia oficial de toma de mando, el líder indígena y el ex guerrillero del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional se dieron un abrazo en el estrado, ante el aplauso de los presentes.
A ese acto asistieron unas 6 mil personas, entre ellas las delegaciones oficiales de 105 países, según fuentes oficiales.
Sánchez Cerén fungió como vicepresidente del primer gobierno de izquierda de El Salvador, presidido desde 2009 por Mauricio Funes.