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El voto duro y el electorado potencial: panorama a mitad del camino

A siete semanas de las elecciones del 12 de octubre se puede hacer un primer balance de la dimensión del “voto duro” y del “electorado potencial” de cada uno de los candidatos. Se entenderá “voto duro” como el porcentaje de electores que con gran convicción dice que votará por alguna de las opciones; es decir, a los más leales y convencidos en el candidato. En cambio, el “electorado potencial” es una estimación del porcentaje máximo de electores que podría votar por un determinado candidato; este porcentaje está conformado por la suma de los ciudadanos más convencidos y los que quizás podrían votar por esa opción bajo ciertas condiciones.

Los resultados de la más reciente encuesta de Ipsos muestran la evolución de estas dos variables entre julio y agosto. Considerando el margen de error del instrumento de +/- 1,79%, no se perciben grandes cambios en las actitudes frente a las cinco candidaturas. Evo Morales sigue teniendo un elevado “voto duro” (42%) y un alto “electorado potencial” (71%). Samuel Doria Medina tiene un “voto duro” bajo (8%), pero un apreciable “electorado potencial” del 40%. Los otros tres candidatos continúan con bajos niveles de “voto duro” y un potencial electoral limitado del 19% (Jorge Quiroga, PDC), 18% (Juan del Granado, MSM) y 12% (Fernando Vargas, PVB).

Estos datos nos muestran a un candidato oficialista que habría tenido mayor efectividad en la expansión de su electorado más allá de su “voto duro”, aunque esta tendencia parecería haberse estancado en una intención de voto explícita del 59% por dos meses consecutivos sin lograr acercarse a su potencial. Parecería que el candidato de Unidad Demócrata (UD) cuenta con un significativo espacio para crecer electoralmente pero, hasta el momento del levantamiento de los datos de la encuesta de Ipsos, no estaría logrando consolidar esas actitudes positivas hacia su candidatura en una intención de voto explícita, la cual se mantiene en 17%.

Finalmente, la poca variación en los “pisos” y “techos electorales” reducidos de los tres restantes candidatos les augura una tarea difícil para lograr crecer en lo que queda de la campaña.

Con 17% de personas que no manifiestan una decisión de voto clara y a escasas semanas de la votación, es probable que los resultados finales de esta contienda tendrán mucho que ver con un último impulso de las campañas, que a partir del 10 de septiembre pasarán al escenario de los medios con un elevado tono proselitista.

En el caso del equipo que apoya a Morales, el objetivo será lograr acercarse, un poco más, a su potencial de voto, lo que lo colocaría entre 60% y 65% de intenciones de voto, o la capacidad de Doria Medina de movilizar con eficiencia a buena parte del electorado potencial con el que cuenta, según esta encuesta. Pero el tiempo es corto y la brecha entre intención de voto y “electorado potencial” es aún muy alta en su caso.

Para el resto de candidatos, el escenario numérico parecería proponerles un clima complejo, aunque siempre hay que recordar que estos resultados son solo encuestas, fotos difusas de una realidad en constante cambio. El día del voto se develará la verdad.