Con la participación de los candidatos a la vicepresidencia en el debate (del domingo organizado por la Asociación de Periodistas de La Paz) de ayer uno se da cuenta de que sobre el tema internacional poco o nada conocen. Y ése es el gran problema que uno percibe, por eso cuando se hicieron las preguntas en el tema internacional se notó que ése no es un tema relevante, por lo pronto.

Entonces, si bien esto va a aumentar el número de parlamentarios, ponerle importancia al tema internacional es positivo, porque van a coordinar con la Cancillería y el cuerpo diplomático.

Ahora, ¿cuál es la tarea y qué funciones deben cumplir? Esto se conoce en el mundo como diplomacia parlamentaria que hoy en día es muy importante en todo el mundo, por eso la diplomacia parlamentaria es una realidad en el siglo XXI. Si bien la diplomacia descansa en el Parlamento, donde se negocian los documentos y los tratados como el corazón de la diplomacia y las relaciones internacionales, estas personas (supraestatales) serán muy importantes.

Ahora cómo los vamos a diseñar posteriormente en Bolivia, esa es la pregunta, hay mucha gente que ha mencionado que solamente van a ser “levanta manos” nuevamente y que no le aportarán nada al Congreso, creo que ésa es una visión muy negativa.

Yo considero que la idea de escoger a estos parlamentarios permite —si es que vamos a hacer las cosas bien— sobre todo una tarea de apoyo a la Cancillería, para que trabajen en beneficio de ella y de acciones diplomáticas, ahora vemos quizás que está más dedicado al proceso de integración y los organismos de integración, pero eso es igual también muy importante, porque eso le ha faltado al país y aquello es lo positivo.

Por lo negativo se pueden decir muchas cosas, quiero pensar que la designación de estos representantes será de apoyo a una acción internacional y depende hasta dónde serán sus tareas y eso hay que delimitarlo en las primeras sesiones, cómo se van a desarrollar esas tareas, eso también se debe fijar, al igual de hasta dónde van a realizar una acción diplomática y hasta dónde la Cancillería o la propia política del exterior va a ponerles un límite. Pero no podemos dejar a parlamentarios flotando por ahí, hay que darles tareas y eso se llama diplomacia parlamentaria.