Los cuatro lugares comunes del debate electoral (narcotráfico, Justicia, inseguridad y educación) —que son tratados con superficialidad, según analistas como Franco Gamboa y Marcelo Silva— tienen sin embargo un desarrollo menos fugaz en los programas de gobierno presentados al Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Así, al narcotráfico el Partido Verde de Bolivia (PVB) le dedica dos párrafos en que lo relevante es el castigo más severamente a la colusión de funcionarios públicos con narcotraficantes. Unidad Demócrata (UD) tampoco se detiene mucho en este asunto del que, sin embargo, sus candidatos hablan reiteradamente. Proponen crear una justicia antidroga “rápida” y generar alternativas a la plantación (algo similar a lo que fue el desarrollo alternativo en los 90).
En cuanto a la Justicia, el Movimiento Sin Miedo (MSM) plantea en su documento una “reforma de las leyes sustantivas y procesales”, evaluar, ratificar y promover solo a los operadores que tengan comprobada idoneidad, la renuncia o remoción de los actuales magistrados y una “ley transitoria” que modifique el modo de preselección de los candidatos a criterios meramente técnicos.
En lo que respecta a la inseguridad, el Movimiento Al Socialismo (MAS) propone como metas hasta 2020 puntos específicos: “implementación de cámaras para monitoreo y vigilancia en las capitales, GPS en buses de transporte interdepartamental, implementación del taxi seguro, una sociedad civil organizada, programas de educación preventiva e infraestructura y equipamiento policial moderno y de élite”.
Con relación a la educación, el Partido Demócrata Cristiano (PDC) ve oportuno dar bonos: “ejecutar un programa masivo de bonos de atención escolar (…) y un bono de nutrición dirigido a niños de familias pobres en las ciudades y en el campo”.
En este campo, el PV propone algo parecido a una reforma del pénsum de la educación primaria al plantear un reforzamiento de una formación “musical y estética”.
El MAS, por su parte, habla de “cobertura universal de estudiantes en nivel primario, cobertura de 80% de estudiantes en nivel secundario, y bajar la tasa de abandono en primaria de 1%”.
UD, al respecto, ofrece: “corregir el desequilibrio entre la inversión en educación básica y la superior sin afectar los derechos que ya tienen las universidades”; mientras que el MSM reformula la estructura del currículo educativo.